El viernes 15 de abril, he tenido una enorme satisfacción al participar en una mesa redonda sobre Gastronomía, marketing y promoción turística, dentro del
Foro Universidad Sociedad ‘Cocinarte’, como miembro del
Cluster de Turismo de Canarias (si bien advertí que mis opiniones no eran, claro está, las opiniones de los miembros del Cluster).
Moderó el coloquio Desiderio Gutiérrez Taño, Socio-Fundador
Edei Consultores y Profesor Asociado de la Universidad de La Laguna. Participaron, además, Erlantz Gorostiza, Director gastronómico del
Restaurante M.B. Abama Hotel Resort, Javier Muñoz, Director regional Iberostar, Ricardo Díaz Armas, Director de la Escuela Universitaria de Ciencias Empresariales y Turismo de la Universidad de La Laguna y Braulio Simancas, propietario del
restaurante: "Silbo Gomero" y chef del restaurante ‘Las Aguas’ del Hotel Bahía del Duque.
El coloquio giraba en torno a ‘Gastronomía, marketing y promoción turística’. Cada ponente disponía de cinco minutos para su intervención y así poder dar el mayor tiempo posible al debate. Por ello, preferí leer un texto que sirviera de posicionamiento desde mi experiencia. Mi discurso fue:
La de gastrónomo es sin duda la primera de las profesiones de la humanidad, aunque algún machista intente insultar a la mujer con otras estupideces.
Comer es una necesidad, un placer o una experiencia que puede llegar a ser mística o erótica -según algunos-. E incluso un total desengaño o una práctica desagradable. El turismo también. De hecho, hay un maridaje profundo entre ambas actividades, al tener una enorme carga de subjetividad por su valor intangible.
No hay guía turística que se precie que no tenga referencias a la gastronomía. Por ello, se habla del turismo gastronómico como nuevo producto, e incluso en la Wikipedia se afirma que “El turismo Gastronómico es una nueva opción de aventura…” aunque yo no alcanzo a entender esta aseveración. Aunque es innegable que las guías turísticas incluyen en un lugar preferente las relacionadas con la gastronomía.
En el caso de Canarias, su clima ha permitido contar con una oferta de productos locales de gran calidad y singularidad para crear una cocina local interesante que incluye platos con pedigrí. Además, está la vinculación con uno de los países con mayor variedad, calidad y riqueza culinaria, lo que se suma a la transferencia de productos que cruzaron el Atlántico (plátano, caña de azúcar, vides, cabras, aloe…) y de vuelta, tras el descubrimiento de América, como por ejemplo: la papa. A esto se añade la relación con otros países europeos (principalmente Inglaterra) y la presencia –en primicia- de otras culturas, con hitos como la aparición del
primer restaurante en España de cocina japonesa y los primerísimos chinos, iraníes, suramericanos...
Con esta trayectoria no es de extrañar en nuestro sector gastronómico la presencia de algunas –quizás pocas- estrellas Michelín, entre nuestros establecimientos o la inevitable y empobrecedora irrupción del boom de franquicias como Hooters, Hard rock, burguers, kebabs, Tommy Romas, etcétera.
Después de estas cuestiones a debatir, planteo otra cuestión también local: si estamos ante un producto turístico cohesionado y definitorio del destino Canarias. Yo creo que, entre otras cosas, le falta jugo... zumo de Google. Y es que si visitamos las webs institucionales, normalmente la gastronomía está perdida en el submenú, dentro de Cultura u otros epígrafes… Además carecen de interactividad y están cargadas de tópicos. Para rematar, usan descripciones peregrinas como, por ejemplo esta frase: “es el tiempo de una estupenda ‘vieja sancochada’. Acompañada por supuesto con papas arrugadas”. Así expresado, el turista creerá que el canario es un pueblo antropófago y poco respetuoso con nuestros ancianos.
No sólo ofrecen una propuesta textual ajena al turista, tratándolo como un tolete, sino que desaprovechan los recursos tecnológicos para dar visibilidad y gestión al sector complementario que más empleo y riqueza genera en las Islas. Así nos encontramos en las webs de los patronatos insulares con una pobre y arbitraria representación de los restaurantes de las Islas o con listados inútiles e inoperativos:
El Hierro 48
Fuerteventura: 33
La Gomera: 0
La Palma: 161
Gran Canaria: 1786
Tenerife: 30
Lanzarote 643
Y de esta pobre y desnortada presencia online de la cocina canaria tampoco se libra la
web de Promotur, la empresa pública que gestiona la promoción turística de Canarias; ni nuestro propio Cluster –para que no digan que no somos autocríticos-, ya que de 42 grupos de debate creados por iniciativa de sus miembros, ninguno trata sobre gastronomía y turismo...
Pero de todo lo planteado aquí, también hay que destacar la parte de culpa que tienen los propios restauradores ya que son ellos los que han dejado en manos de administrativos sin experiencia en turismo (muchos de ellos), en comunicación o en gastronomía -y de políticos atrevidos-, el principal escaparate que hoy día tiene el mundo para la comunicación: las Tecnologías de la Información. Por eso, insisto en que han de fortarlecerse como colectivo, como sector, como comunidad, como gran recurso turístico de Canarias.