César Manrique en su elemento... |
César Manrique
(Arrecife, 24 de abril de 1919 - Teguise, 25 de septiembre de 1992).
También polifacético creador y artista: pintor, escultor y ‘arquitecto’ del paisaje. Comprometido defensor de los valores medioambientales de Canarias. Estudioso de la arquitectura local y del los paisajes culturales desarrollados durante siglos en Lanzarote, se inspiró en la armonía entre el arte y la naturaleza para re-crear espacios singulares. Recibió, entre otros, el Premio Mundial de Ecología y Turismo y el Premio Europa Nostra
Realizó estudios de arquitectura técnica en la Universidad de La Laguna. Abandonó la carrera para trasladarse a Madrid y estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando donde se graduó como profesor de arte y pintura en 1945. En los 50 funda la galería Fernando Fé, y realiza murales en Lanzarote, como el del Aeropuerto de Guacimeta y el parador de Turismo de Arrecife. En 1964 se trasladó a Nueva York donde expuso, entre otras, en la Galería Catherine Viviano. En 1966 se instala en Lanzarote, apoyado por el presidente del Cabildo Insular, José Ramírez Cerdá, para potenciar el incipiente sector turístico. A partir de 1973 comienza su estrecha colaboración con el arquitecto Fernando Higueras, Jesús Soto y Eduardo Cáceres, colaboradores a los que se unirían otros como Toñín o Ildefonso Aguilar... Comienzan a crear espacios para el turismo: las obras del Mirador del Río, línea de trabajo que le lleva a otras islas del archipiélago y otros lugares de España, como el Centro Comercial La Vaguada en Madrid (1983). En 1988 traslada su residencia al dejar su vivienda volcánica de Tahíche para disfrutar de su nueva casa de Haría.
Murió en un accidente de tráfico el 25 de septiembre de 1992, cerca de la sede de la fundación que lleva su nombre, inaugurada en marzo de ese mismo año. La Fundación, ubicada en la antigua residencia del artista en Taro Tahíche, acoge hoy en día sus obras (esculturas, dibujos, pinturas...) y las de otros artistas
3.1. Visión del turismo
No existe en las manifestaciones de César Manrique duda alguna de su preocupación por el medio, su denuncia permanente, su deseo de educar y convertir al ser humano en una pieza fundamental de la relación entre los humanos, naturaleza y arte. La selección de textos del artista deja nítidamente claros sus principios y su obsesión y lucha por concienciar a los ciudadanos del grave problema que supone el éxito económico del modelo turístico y el riesgo de su conversión en un producto estandarizado y masificado. La obra ‘César Manrique en sus palabras’ (Fernando Gómez Aguilera. Fundación César Manrique. 1995) así lo deja de manifiesto.
- "Un pueblo sin tradición está condenado a morir”.
- “Creo que hay que potenciar urgentemente las características de cada lugar del planeta, si no, tendremos en el futuro próximo una cultura estándar aburrida y sin posible fantasía de creatividad”.
- “El mayor negocio de un país es su educación”.
- “Vivir aquí es lo más importante. El arte puede contribuir a que la vida siga, forme parte de una armonía profunda [con] todo lo creado”.
- “Meditando, observando y estudiando, llegué a la conclusión de que podía enriquecer de una nueva manera la difusión del arte en un sentido más amplio y didáctico, tratando de seleccionar lugares naturales para introducir en un gran espacio la pintura, la escultura, la arquitectura, la música, la jardinería, etc. […] logrando algo, en donde he comprobado el éxito educativo en los numerosos visitantes de estos lugares sugestivos, y que he llamado: ‘simbiosis de Arte-Naturaleza Naturaleza-Arte’”.
- “Hoy el arte es una cuestión antropológica-humana. APLICAR EL ARTE A LA VIDA. Esto lo he repetido infinidad de veces”.
En el mirador de la sala Altavista (foto: Fachico Rojas) |
- “Yo, como artista, tengo la obligación moral de profesar un gran respeto a la naturaleza y de transmitir ese respeto por medio de mis obras al espíritu del resto de los hombres”.
- “Quiero extraer de la tierra su armonía para unirla a mi sentimiento con el arte”.
- “Parece imposible que después de la catástrofe que supone el haber alterado casi todo el litoral español, borrando las acusadas características que diferencian cada lugar por la completa falta de adecuación, introduciendo gratuitamente una fría estandarización internacional, no hayamos podido todavía aprender la lección, para rectificar y salvar lo que nos queda”.
- “En Lanzarote se ha trabajado a un nivel de entrega total, en contacto íntimo con su geología, entendiendo su trama y su organismo vulcanológico, logrando el milagro del nacimiento de un nuevo concepto estético, para crear una mayor capacidad del arte e integrarlo en todas sus facetas en una simbiosis totalizadora, como he repetido: VIDA-HOMBRE-ARTE”.
- “Nosotros, los nacidos en tu tierra [Lanzarote], los que sabemos de tu magia, de tu sabiduría, de tu importante vulcanología, de tu revolucionaria estética; los que hemos luchado por salvarte de tu sometido olvido histórico y de la pobreza que siempre tuviste, hoy empezamos a temblar de miedo al observar cómo te destruyen y masifican, nos damos cuenta de la impotencia de nuestras denuncias y gritos de socorro, ante la avaricia histérica de los especuladores y la falta de decisión de las autoridades que permiten y a veces estimulan la destrucción irreversible de una isla que podría ser una de las de mayor prestigio y belleza de este planeta”.
- “Lanzarote es una isla pequeña, con una lógica cabida y un tamaño que permite un número determinado de habitantes. Si realmente queremos tener una isla con el espacio vital para su desarrollo armónico, una inteligente planificación tendría que parar urgentemente la irracionalidad de su caótico crecimiento, que se apoya en normas que, por muy legales que parezcan, resultarían, en cualquier país culto y civilizado, auténticamente delictivas”.
- “Hasta ahora el hombre ha dominado torpemente a la naturaleza, violentándola, sin embargo las consecuencias de este abuso irracional ya no pueden prolongarse, por estar en juego la supervivencia de la especie”.
- “Creo que estamos siendo testigos de un momento histórico en donde el enorme peligro del destrozo del medio es tan evidente que tenemos que entrar en una nueva responsabilidad con respecto al futuro”.
- “El primero de nuestros bienes culturales es la naturaleza, es el espacio donde vivimos. Este es nuestro mejor patrimonio, tantas veces destruido y machacado por el torpe egoísmo de unos muchos, sin una visión clara de futuro, desde la insolidaridad y la falta de interés por lo que es de todos”.
- Jameos del Agua 1966. En un tubo volcánico se formaron el "jameo chico" (restaurante) y el "jameo grande" (piscina con jardín y un auditorio que se inauguró en 1987). Juega con las grutas volcánicas y la comunicación con el mar y las mareas. Un parque temático del vulcanismo.
- Instala la escultura monumental ‘Fecundidad’ y construye la Casa Museo El Campesino. 1968. Un tributo a las tradiciones agrícolas en el inicio del territorio único y espectacular de viñedos en La Geria.
- El Taro de Tahíche. Su casa, construida en 1968, aprovecha cinco burbujas volcánicas. Es la actual sede de la Fundación César Manrique. Más de mil metros de superficie habitable, en varios niveles. Una demostración de un hábitat insólito pero posible.
- Mirador del Río 1973. Excavado en la roca del acantilado de Famara, es una ventana privilegiada sobre el archipiélago Chinijo. Un espacio que es escaparate por fuera y por dentro, con sus vistas al horizonte de las pequeñas islas o a la gruta/refugio o punto de observación y defensa convertido en obra artística.
Portada del libro 'Lanzarote. Arquitectura inédita' |
- Crea el espacio cultural ‘El Almacén’ en Arrecife. 1974. El ágora insular.
- El Lago de la Costa de Martiánez en Puerto de la Cruz 1977. Complejo de ocio formado por un lago central artificial con un conjunto de piscinas, jardines, terrazas, restaurantes, etc. con el protagonismo de la piedra volcánica. También acoge una serie de esculturas de Manrique. Ocupa 50.000 metros cuadrados de los que 33.000 fueron ganados al mar. Una gran piscina-plaza para solventar la falta de espacios de playa en la ciudad turística.
- Museo Internacional de Arte Contemporáneo, rehabilitando el antiguo Castillo de San José en Arrecife. Restaurante Los Aljibes. 1976. Restauración y adaptación de unos antiguos aljibes para uso turístico. El ágora se extiende por la isla y atrae artistas de todo el mundo.
- Jardines y piscinas del Hotel las Salinas en Costa Teguise 1977. El hotel es obra de Fernando Higueras. Los jardines y piscina fueron declarados BIC en 2004. Un oasis dentro de un hotel.
- Centro Comercial La Vaguada de Madrid. Inaugurado en 1983. Fue el primer centro comercial de España cuyo diseño lo integra perfectamente en el entorno.
- Mirador de La Peña 1989. En la isla de El Hierro. En él se aloja un restaurante con amplios ventanales y con vistas al valle de El Golfo, rodeado por un jardín de flora autóctona.
- Jardín de Cactus 1990. Recupera y restaura una antigua cantera de rofe (piedra volcánica) de Guatiza. Última obra de César Manrique en Lanzarote. El jardín alberga una gran cantidad de especies de cactus de Canarias y de otras partes del mundo. Un tributo al Volcán de La Corona.
- Playa Jardín. El Puerto de la Cruz volvió a contar con el artista en 1992. La playa fue totalmente remodelada: extensas zonas ajardinadas, bares y restaurantes, escollera, etc ocupando 17.400 metros cuadrados.
- Parque Marítimo César Manrique. Zona de ocio en Santa Cruz de Tenerife concebido al inicio de la década de los 90 consiguiéndose una regeneración del litoral. Piscinas, fuentes, etc. con el respeto a la naturaleza que caracterizó al artista.
- Mirador de El Palmarejo. Proyecto de 1989 en La Gomera, inaugurado en 1995. Integrado perfectamente en el paisaje alberga un restaurante-escuela.
- Parque Marítimo del Mediterráneo inaugurado en 1995 en la ciudad autónoma de Ceuta, después de su fallecimiento. Muy similar al complejo Martiánez del Puerto de la Cruz: lagos, jardines, solariums, etc.
- Horno-Asador de Timanfaya, un establecimiento gastronómico ubicado en el Parque Nacional de Timanfaya, cuya particularidad es un horno-asador que aprovecha la energía geotérmica para la cocción de los alimentos.
3.3. Difusión
Fiesta de tipismo en Arrecife. |
César tiene en Néstor un referente que le abre perspectivas artísticas y de identificación con el paisaje, las tradiciones y la naturaleza. Participa activamente en las iniciativas de tipismo promovidas por Néstor que son trasladadas desde Gran Canaria a su isla, pero también conoce otras visiones artísticas que coinciden en valorar y rescatar a través de la arqueología, la historia y lo popular (paisajes culturales) aquellos elementos diferenciadores de cada una de las islas. Estas influencias le vienen dadas, además, por la presencia en Lanzarote (1936/38) de los profesores Agustín Espinosa (escritor surrealista) y Juan Millares Carló, progenitor de la familia Millares Sall, estableciendo una relación de amistad permanente con Agustín, José María, Manolo y Jane. Posteriormente añadiría muchos otros artistas y personalidades en su círculo de amistades, de los que destaca Pepe Dámaso.
A pesar de desarrollar su actividad en un largo periodo de ausencia de libertades y dictadura, junto a las dificultades y pobreza que padecía la isla de Lanzarote, César obtiene el apoyo institucional de la Corporación Insular a través de la figura de su presidente José Ramírez Cerdá. Fruto de esa relación se produce la transformación de zonas abandonadas (Guatiza), puestos militares (El Río) o vertederos incontrolados (Jameos del Agua) convirtiéndolos en atractivos espacios para el turismo, donde ha incorporado restaurantes, tiendas, servicios, escenarios, piscinas y todo aquel elemento que pueda permitir una recaudación que facilite el mantenimiento y la mejora de las instalaciones además de la rentabilidad para el Cabildo de Lanzarote, que reinvirtió parte de ese capital para aumentar la red de Centros de Arte, Cultura y Turismo.
Paralelamente, desarrolla una serie de murales y acciones que abogan por la protección y la valorización, que contagian a los lanzaroteños. El reconocimiento mundial del artista influye en ese prestigio y liderazgo social de César, así como la publicación del libro ‘Lanzarote, arquitectura inédita’ (1974 y segunda edición en 1988) o ‘Escrito en el fuego’ (1988) en los que resalta los valores patrimoniales, identitarios, naturales y culturales que el pueblo de Lanzarote tiene que conservar y poner en valor ante los visitantes como elementos diferenciadores y únicos, frente al resto de destinos turísticos del planeta.
Además, los escenarios y espacios expositivos (MIAC, Monumento al Campesino, Jameos, Cueva de los Verdes…) son utilizados para ofrecer una amplia y completa actividad cultural, tanto de los grupos y creadores locales (es fundamental la proyección que alcanzarían los grupos folclóricos Los buches, Los campesinos, Ajei…) como de los artistas de la isla que sirven de referencia y de guía para los jóvenes creadores. Todo ello junto a la presencia de destacadas figuras del arte internacional que encuentran en la isla conejera un espacio muy atractivo (Festival de Música Visual, Festival Internacional Jazz & Mas, Festival de Música de Canarias...).
El impacto de César Manrique, su personalidad y su obra en el conjunto de la sociedad lanzaroteña es más que evidente, pero ese reconocimiento no se queda sólo en el ámbito local. De hecho, son mayoría los turistas que conocen la figura del artista y sus realizaciones en la isla, si bien sólo una vez se ha realizado una cuantificación del impacto sobre los turistas, con resultados muy reveladores de la importancia y reconocimiento público sobre el artista, incluso por personas foráneas. No obstante, la falta de continuidad en las encuestas sobre el conocimiento e interés sobre César Manrique por parte de los turistas impiden cuantificar hasta qué punto se ha mantenido o ha descendido el conocimiento del artista y su obra turística.
(Encuesta sobre la imagen exterior de Lanzarote ASOLAN 2000. Página 20) |
3.4. Seguidores y medios
A diferencia de Néstor, que no vio la salida de la revista Isla, César colabora activamente con la publicación a la que aporta portadas, fotografías y textos. Asimismo, hay referencias a su obra en esta publicación y en ‘Costa Canaria’ (1965-1977, promovida por el Conde de la Vega Grande y dirigida por Carlos Yrisarri). En esta revista se constata el cambio económico y de modelo producido en Canarias, así como el afán por promocionar todo el litoral como recurso de interés turístico.
El desarrollo de los medios de comunicación y la irrupción de la televisión permite a Manrique tener una intensa actividad de difusión y promoción de sus obras y sus ideas. No sólo en el ámbito local, sino también en los medios y periodistas extranjeros.
Igualmente, promueve una intensa actividad cultural y de concienciación en la población lanzaroteña, lo que coincide con la implantación del colectivo ecologista ‘El Guincho’ que especialmente durante la década de los ochenta desarrolla un papel de liderazgo que va más allá del territorio lanzaroteño. César Manrique sería nombrado Presidente de Honor de dicho grupo de defensa ambiental.
3.5. La Fundación
A diferencia de Néstor, César Manrique vive el auge del turismo en sus momentos más dulces y creativos, sorprendiéndole la inmediata desordenación del territorio y la vorágine especulativa más atroz vivida por las Islas Canarias en su historia. En ese escenario, lejos de apartarse, despreocuparse o incorporarse a la orgía de dinero fácil y rápido a costa de la destrucción del proyecto vital turístico, con la masificación y estandarización empobrecedora de los territorios de mayor calidad ambiental de la isla… César, asume el liderazgo social utilizando el altavoz que le ofrecen los medios de comunicación y a través de organismos locales, nacionales, internacionales, apoyo a ONGs medioambientalistas y participación activa en actos de protesta con presencia muy activa en los medios de comunicación.
El paisaje de Lanzarote presente en la obra de César. |
A pesar de lo incómoda que es su presencia y sus palabras, es reclamado en los actos institucionales a los que acude como ponente reconocido e indiscutible (I Asamblea Provincial de Muncipios Turísticos. LPGC 1964, Conferencia Internacional sobre Turismo y Prensa, miembro del Comité español del programa Hombre y Biosfera); o como posible asesor para recuperar zonas que ya presentan signos de deterioro grave como el caso de Maspalomas por los excesos de construcciones sin control que generan el enriquecimiento de algunos responsables públicos locales; o en El Confital, donde la marginalidad y el chabolismo residencial se apoderó de un espacio de extraordinaria calidad ambiental. Sin embargo, Manrique no pudo desarrollar sus propuestas de intervención artística en Gran Canaria.
En previsión del destino futuro de la obra y bienes que 'construyó' en vida en Lanzarote, y al carecer de descendencia directa, crea la Fundación César Manrique con su sede en su domicilio de Taro de Tahíche, cuya originalidad lo convirtió en otro de los lugares de visita obligada en Lanzarote a pesar de tratarse de la vivienda del propio César que tuvo que mudarse a Haría (también abierta al público recientemente). Esta Fundación tiene por cometido no sólo velar por los bienes artísticos de Manrique, sino también por el respeto al paisaje, la cultura, las tradiciones y el medio ambiente de Lanzarote. El presidente de la Fundación es José Juan Ramírez, el hijo del que fuera el ‘protector’ de César, Juan Ramírez Cerdá. La Fundación cuenta con unos cuarenta empleados y su presupuesto depende de la recaudación por entradas y productos vendidos de la 'factoría' Manrique.