El grupo turístico RIU quería derribar desde hace varios años el Hotel Oasis Maspalomas para levantar un 5 estrellas muy funcional y propio de una empresa que ha hecho de la hostelería su especialidad en el mundo, de la mano de uno de los grandes del turismo, el turoperador alemán TUI. Había obenido la licencia municipal y había acordado con los 'vecinos' las fechas y operaciones para no perjudicarles con la obra.
En contra de su proyecto se produjo el rechazo inicial de algunos profesionales a la demolición del edificio por ser obra de dos arquitectos de renombre (Molezun y Corrales) y, más complicado aún, se abrió procedimiento incoatorio de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Sitio Histórico por la referencia de Juan de la Cosa y el hijo de Cristóbal Colón sobre la escala que realizó el Almirante de la Mar Océana en algún punto de Maspalomas en su cuarto viaje.
El Gobierno de Canarias rechazó ese BIC y se comprometió a realizar la encomienda de un planeamiento específico para la zona que no ha hecho hasta el momento. Por el contrario, entra en liza la Justicia con una sentencia que suspende la licencia municipal que autorizaba el derribo y construcción del nuevo hotel. Los principales obstáculos reseñados en esta sentencia son la conservación del palmeral y una duda (creo que infundada) sobre los límites de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas.
Paralelamente, RIU presenta un nuevo proyecto más acorde con el privilegiado espacio del palmeral (el proyecto inicial era una mole muy impactante). El resultado será menos altura de edificación (de hecho sería el hotel más bajo del frente de playa), menos ladrillo, mas visibilidad del palmeral, más aparcamientos fuera del viario y más inversión para un hotel que podría convertirse en uno de los mejores establecimientos de la cadena (y de la zona), así como el inicio de una reconversión del mejor y más atractivo entorno de Gran Canaria.
Si no se complica el proceso con nuevas denuncias y enfrentamientos, la zona dará un salto enorme en la calidad e imagen del icono turístico de la isla (a falta de las necesarias intervenciones en el Ifa Faro y en el centro comercial). De no ser así, el deterioro de la zona se prolongará innecesariamente y afectará a toda la industria turística de Gran Canaria.
El Oasis tiene una tregua. La sentencia y el nuevo proyecto son pasos en la posible búsqueda de una alternativa que mejore el lugar como destino turístico y marque la pauta de futuras intervenciones que permitan ir reduciendo el impacto urbano sobre el icono del oasis de Maspalomas.