Charla en la Fundación César Manrique (Adriel Perdomo) |
El director del Hotel Lopesan Costa Meloneras, David Morales, se adelantó ayer al enviarme un whatsapp con el enlace a la publicación del listado. No me dio tiempo ni de mirar el correo electrónico para ver la nota remitida por Sergestur. Y todavía (24 horas después) estoy asombrado. Y, sinceramente, emocionado. No por mi posible vanidad u orgullo, sino por verme reflejado en una lista de personas que son referencia para uno de los colectivos profesionales más singulares. Un mundo aparte, formado por hombres y mujeres cuyo objetivo es lograr la rentabilidad de un negocio que se fundamenta en hacer disfrutar a la gente. Y esa impronta también forma parte de la forma de ser de la mayoría de los profesionales del sector que he tenido la suerte de conocer, el que da empleo a 4 de cada 10 canarios y produce el 36% del PIB del archipiélago.
Figurar en este listado me hace reflexionar sobre varios aspectos. En primer lugar, creo que es justo reconocer el protagonismo adquirido y merecido del sector turístico en Canarias, cuestión irrefutable tras más de 150 años de desarrollo de una marca que figura en la historia del viaje de la humanidad. Además, Canarias se muestra como potencia y éxito turístico, en constante debate y análisis ante un fenómeno siempre complejo, transversal, difícil de frenar o encauzar entre aspiraciones de inversores, búsqueda de consolidación y crecimiento por parte de los empresarios, un laberinto administrativo que refleja la falta de visión política en los distintos niveles más allá de la promoción local, insular o autonómica incluso estatal. Y permítanme un inciso, ya que aquí tenemos un problema endémico que parte de la histórica obsesión de valorar el crecimiento del número de visitantes como la panacea del negocio marca España extensible a cualquier destino del país. Un objetivo que puso en marcha Manuel Fraga a comienzos de los 60, pero que acompañó siempre del dato de la inversión extranjera en España. La necesidad de divisas era apremiante para financiar los planes de desarrollo. Pero seguimos anclados en el más y más, no en el mejor y más rentable.
En segundo lugar, dudo que mi inclusión entre tantos expertos de enorme nivel se deba a mi trayectoria como autor de guías y libros sobre esta actividad, director de cursos sobre turismo y de la Universidad de Verano de Maspalomas, ser uno de los fundadores del Foro Internacional de Turismo de Maspalomas, o ser comisario de aniversarios y exposiciones todas ellas vinculadas al turismo. En realidad, por medio está la presencia del blog 'Islas bienaventuradas' que inicié en enero de 2011 y en el que he publicado 370 artículos relacionados con el turismo en casi todas sus vertientes, siempre desde una óptica histórica y con la búsqueda de aquellos detalles que el día a día del sector suele borrar, pero que entre los profesionales y personas interesadas en estas curiosidades suman ya 259.670 lecturas. Un número que también me sorprende, me abruma. Un espacio gratuito, independiente y, según el número de lectores, con cierto interés o, como dice un buen amigo y experto, Antonio González Molina, "muestra la visión de un humanista sobre el turismo".
Pero poco he hecho para influir en el día a día del sector. Más bien he tenido poco éxito en cuanto a sugerencias, salvo para las conmemoraciones, como por ejemplo mi insistencia en crear algo tan barato y sencillo como habitáculos para los 'cazadores fotográficos' de aves, siendo Canarias un lugar privilegiado para este tipo de actividades con sus saladares, lagunas, fauna endémica... En fin, a ver si ahora me hacen caso con este y algún otro tema, ya que eso de influenciar significa “Ejercer predominio, o fuerza moral” y creo que tantos años de escritor de guías e investigador de la historia turística de Canarias habrá servido para algo y, lo enlazo con el segundo significado de la palabra influenciar: “Contribuir con más o menos eficacia al éxito de un negocio” y el turismo en Canarias es el éxito de estas islas, no sólo por el negocio sino porque “Se trata de vivir cara al futuro, contribuyendo a construir una alternativa limpia, inteligente, de calidad de vida. No debemos desfallecer, hay que seguir adelante, estar vigilantes y mantener viva la conciencia crítica, pues el futuro nunca está conseguido, lo tenemos que hacer desde el presente. Se trata de hacer convivir la industria turística con la defensa del territorio y de la cultura propia. Y esa convivencia es posible, pero, sobre todo, necesaria, obligatoria para no vivir de espaldas al futuro” (César Manrique).
PD: acaba de entrevistarme el periodista danés Kasper Kloch. Voy a tener que creerme eso de que puedo influir en algo...