Portada del concurso internacional de ideas |
Varios meses de trabajo y estudios dieron lugar a un documento que se remitió a comienzos de 1961 a la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) y a todos los colegios profesionales de arquitectos para que lo trasladaran a sus colegiados. El nombre de Maspalomas Costa Canaria se extendió por el mundo y despertó el interés por crear un modelo nuevo y de prestigio para un enclave único y paradisíaco.
Los objetivos principales del concurso contemplaban:
- La disposición del complejo urbanístico debería contemplar planes completos y de desarrollo urbano dentro de un plan general.
- Cada sector debería tener una edificación adaptada al uso o carácter de la zona.
- Elaborar un sistema de red viaria y enlaces con la carretera de acceso.
- Disposición y ordenamiento de centros cívicos, educativos, comerciales, deportivos, balnearios… y otros que el concursante considerara conveniente su instalación.
Los tres premios incluían parcelas, viajes y estancia, y cantidades económicas de trescientas, doscientas y cien mil pesetas. El plazo de entrega de proyectos finalizó el 1 de diciembre de 1961. El jurado estuvo compuesto por los arquitectos Pierre Vago (secretario general de la UIA), H. Van den Brock, Franco Albini. Luis Blanco Soler, Antonio Cepaña Sebria y Manuel de la Peña Suárez.
Se inscribieron 140 equipos de diversas nacionalidades, presentándose 80 proyectos. El primer premio fue concedido a un equipo multidisciplinar francés dirigido por el arquitecto y urbanista Langueneau y Michel Meill, economista. El segundo premio quedó desierto y hubo dos equipos (uno belga y otro francés) que obtuvieron el tercer premio, aparte de varias menciones honoríficas.
Hay que reconocer que el papel del Conde en la sociedad grancanaria fue muy destacado, impulsor junto a otros prohombres de la isla de diversas iniciativas que permitieron superar su postergación desde la capital provincial (en SCTF) como fue el Gabinete Literario o el instituto de San Agustín, o con aportaciones generosas para los problemas de hambre, la leprosería e incluso para la puesta en marcha del Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, uno de los más longevos del país con 44 ediciones en su haber.
El proyecto de Maspalomas Costa Canaria supuso varios cambios en nuestra sociedad. Finalizaba la época de esplendor del turismo en la capital, provocando la decadencia de los numerosos hoteles y apartamentos que colmataron la zona de Las Canteras y el entorno bohemio y agradable que se había conformado en el parque Santa Catalina (de esta etapa basta leer la novela ‘Catalina Park’ de Orlando Hernández, para conocer el proceso de degradación que sufrió).
También supuso el fin de proyectos peregrinos de convertir la capital grancanaria en una ciudad tipo Mónaco o ribera mediterránea, con grandes hoteles lujosos y casinos. O el divorcio definitivo del proyecto de Néstor Martín Fernández de la Torre, quien frente a la tradición turística de invalids y health resorts que caracterizaron el turismo decimonónico, abogó por el tipismo y lanzó proyectos para la capital y las cumbres, con ideas avanzadas para Maspalomas… Pero nadie secundó su propuesta en el concurso internacional de ideas y mucho menos iban a hacerlo los equipos de arquitectos de países donde no tenían ni idea de dónde estaba Gran Canaria y lo que se había hecho (y malogrado por la guerra) por el turismo.
Ni que decir tiene que el desarrollo del proyecto de Maspalomas Costa Canaria fue desbordado desde sus comienzos por la gran demanda que produjo la irrupción de los vuelos charter en el sistema de transportes, arrinconando para siempre las largas y novelescas travesías en barco. Los protagonistas del momento recuerdan que el proyecto dio paso a construcciones que tan sólo tenían en cuenta la capacidad de asientos de los aviones, lejos de cualquier planificación urbanística prevista por los concursantes y con una administración municipal encandilada por las enormes divisas e intereses económicos que se movieron en torno al desarrollo de Maspalomas Costa Canaria.
Como ejemplo, cabe destacar que los ingresos por licencia de obras en San Bartolomé de Tirajana pasaron de 332 pesetas en 1957 a 434.466 pesetas en 1966. En ese año, existían en el citado municipio 1826 camas turísticas que daban trabajo a 840 personas. La urbanización había costado 95.864.000 pesetas y las construcciones se habían realizado gracias a la inversión de 957 millones de pesetas. En apenas 9 años Maspalomas Costa Canaria contaba con el triple de camas turísticas que tenía toda la provincia de Las Palmas en 1957. El turismo reportaba a la provincia dos mil millones de pesetas en 1966 (datos publicados en la Memoria de la I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos. 1967-68)
Este año se cumplen 50 de aquella idea, aquella aventura que impulsó uno de los más adelantados (y comprometidos con su tierra) hombres de Gran Canaria. Hay un antes y un después en la Isla, con un crecimiento económico extraordinario, pero también con un auge de la especulación, la corrupción y el deterioro ambiental, al encontrarse con una sociedad desvertebrada y cuya ambición desmedida no entendía de planes ni proyectos de futuro.
Muy interesante artículo y enlaces. En Tenerife dedicarían varios años a celebrar el acontecimiento.
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarmi nombre es David Herrera y le escribo, en primer lugar, para felicitarle por su blog, el cual acabo de descubrir, y por este articulo, que contiene datos muy interesantes.
En segundo lugar, me gustaría comentarle que un grupo de amigos y yo, llevamos un nuevo periódico digital, llamado TirajanaDigital.com, que centra sus actividades en San Bartolomé de Tirajana, y que al leer su articulo he pensado en preguntarle si seria posible que nos diese la oportunidad de reproducir este artículo que comento en nuestra sección de "Opinión".
Le dejo mi correo electronico para, si le interesa, se ponga en contacto conmigo: davidherrera@tirajanadigital.com
Un saludo, y muchas gracias de antemano.
PD: disculpe el metodo de contacto, pero no encontre ninguna direccion de correo o formulario.
Hola David, me alegra que te haya interesado este artículo y el blog en su conjunto. Tienes autorización para publicar el artículo, ya que (lo pongo al pie del blog) los contenidos están sujetos a la licencia de Creative Commons, si bien es de justicia que cites al autor y al blog. Salud
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