Bueno, ya estamos en dicho siglo, han pasado apenas diez años y queda en evidencia que las premoniciones, oráculos y cábalas no se han cumplido y es probable que no se cumplan nunca.
Dice el texto que la gente saldrá de vacaciones con mayor frecuencia (dos, tres y hasta cuatro veces al año) "debido, sobre todo, a que se dispondrá de mayor tiempo libre, por el aumento de los días de vacaciones, por el adelanto de la edad de jubilación y por una mayor presencia de población del segmento de la tercera edad (envejecimiento de la población)".
Es cierto que muchos viajan con más frecuencia (los que pueden) pero no por esas causas, sino por las facilidades de transportes y el abaratamiento de precios (hasta que duren los combustibles que, cuando se agoten, ya se verá cuánto costará recorrer miles de kilómetros), que no por una mejor o similar calidad de servicio como el que disfrutábamos en los noventa.
Aumento del día de vacaciones... está claro que la tendencia es la contraria, a recortar las vacaciones; al igual que sucede con la edad de jubilación... ¡quién le diría a estos autores que apenas diez años después de publicar su libro se produciría una ampliación de la vida laboral en España...
Más adelante señalan unas características del turista del 'futuro':
- Más exigente.
- Búsqueda de otros alicientes.
- Tendencia hacia la individualidad.
- Confección a medida de las vacaciones con el uso de Internet.
- Buscará nuevos destinos.
Bueno, no puedo decir que no sea así, que de todo hay, pero el fenómeno más destacable es la desaparición de diversos operadores, sepultados ante la facilidad de gestión directa que ofrece Internet. Asimismo, lejos de la búsqueda de calidad, la lucha se ha desatado en el ámbito de los precios, con la irrupción e implantación rápida de las líneas low cost, las cuales van parejas a la aparición de destinos que complementan esa filosofía de lo barato por norma. De ahí que algunos destinos de Canarias se agarraran a esta tendencia para justificar su existencia, sin pensar en el futuro, sólo en obtener la renta inmediata.
Yo no voy a hacer de pitoniso. No voy a desvelar el futuro ni diré cómo será. Lo cierto es que es más fácil pronosticar cómo no será, tan solo contemplando la falta de iniciativa pública y privada por crear un modelo propio, unos recursos que nos diferencien y nos posicionen frente al resto de destinos que compiten -y nos ganarán- contra nosotros en precios: ya que sol, playa y los (mismos) hoteles y zonas de ocio, apenas se distinguen en uno u otro destino, quedando sólo el precio como elemento diferenciador y eso nos llevará a la ruina por falta de rentabilidad de los negocios.