lunes, 24 de enero de 2011

Iglesia y turismo en Canarias, del enfrentamiento a la cohabitación

Templo Ecunémico, Playa del Inglés

Siendo muy niño,  a mediados de los años sesenta del siglo pasado, contemplé una escena que no he podido olvidar. Estaba con mis padres en la playa de Agaete. El día era un cálido y hermoso día playero de agosto. Junto a nosotros se encontraba una pareja de turistas que estaban en la playa antes de llegar nosotros. Él, de forma natural, besó a la chica en los ojos. Nosotros no nos sentimos incómodos ni mucho menos. Pero algunas personas que se encontraban en el entorno no reaccionaron igual y se dirigieron hacia un policía local para que expulsara a los turistas de la playa. El policía preguntó a mis padres y le respondieron que sólo le había besado en los ojos, tras lo que intentó hablar con el turista sin entenderse entre ellos. Lo único que pudimos comprobar era que la mujer era invidente. El agente local pidió a los ‘denunciantes’ que fueran más comprensivos y tolerantes.
¿A qué respondía esa reacción de algunos isleños de aquella época? Evidentemente, el predominio de la iglesia católica durante siglos marca la educación y cultura moral extendida en España, lo que da lugar a un comportamiento en el que la mujer y lo carnal está bajo sospecha de pecado e impureza.  Una creencia que forma parte de la discriminación y dominación de género que durante siglos ha consolidado la sociedad machista con sus diferentes complicidades.
Pero la presencia de la iglesia ha trascendido a toda la esfera pública en el control moral, económico, político, científico, cultural y educativo, con instituciones como el santo oficio. Y Gran Canaria también en eso es un ‘continente en miniatura’; y no sólo en la variedad de sus paisajes, climas y ecosistemas. Su naturaleza y la posición de la Isla en el tránsito de personas, arquitectura, gastronomía, cultura e ideas, ha dado lugar a que una población pequeña y aislada sea el escenario para el enfrentamiento y la persecución de ideas científicas, históricas o literarias contrarias a la ortodoxia religiosa.
Ese enfrentamiento tiene su máximo exponente en el obispo José María Urquianona y Bidot, quien condenó públicamente la obra del médico y antropólogo Gregorio Chil  y Naranjo (Telde, 1831-Las Palmas de Gran Canaria, 1901), cuya formación médica en la Universidad de La Sorbona (París) le llevó publicar Estudios Históricos, Climatológicos y Patológicos de las Islas Canarias, donde asume los posicionamientos evolucionistas, motivo más que suficiente para la persecución religiosa. Sin embargo, a pesar de la iglesia, Chil y Naranjo es el artífice del desarrollo de la arqueología en Canaria al fundar en 1879 el Museo Canario. Otro de los protagonistas de la creación del Museo es el músico e historiador Agustín Millares Torres (Las Palmas de Gran Canaria 1826-1896). En este caso, el obispo arremetió contra las Biografías de canarios célebres porque trataba irrespetuosamente (según Urquianona) a las figuras religiosas de las Islas. A pesar de ello, Millares Torres publicó una segunda serie de biografías y la historia de la inquisición.
El siglo XX traería nuevos protagonistas, entre los que figura el controvertido obispo Antonio Pildáin Zapiáin (1890-1973, obispo de la Diócesis Canariense entre 1936 y 1966), quien tuvo su cruzada particular contra Benito Pérez Galdós, condenando a la excomunión a quienes promovieron y celebraron la inauguración de la Casa Museo del universal escritor canario en su isla natal.
Pildáin se enfrentaría a Franco porque el dictador iba a participar en un baile con motivo de la festividad de Santa Ana, patrona de la ciudad, actividad de la que era enemigo acérrimo el obispo y que no permitía el Concordato entre la Iglesia y el Estado, por tratarse de una manifestación festiva pagana. Y por ello, la visita a la catedral bajo palio del dictador quedaba anulada por incumplir el concordato, como hizo saber mediante un documento-homilía. Franco prefirió no asistir a la función religiosa. No sería su único encontronazo contra las decisiones del dictador. Pildáin actuó con determinación en defensa de sus convicciones, incluida la ayuda a los presos republicanos y para evitar la pena de muerte contra Juan García El Corredera.
También son los años de Manuel Fraga Iribarne como Ministro de Información y Turismo (1962-69), quien lanzó el lema ‘Todo por el turismo’ como necesaria fuente de ingresos y divisas para un país subdesarrollado y arruinado. Fraga llegaría al cargo en el momento idóneo para impulsar el turismo en Canarias en la época dorada de ‘Catalina Park’ y la playa de Las Canteras. Pero, desde su Radio Catedral, el Obispo Pildain, se manifestó contra la moda del baño de las suecas que atraía a numerosa gente apoyada en las barandillas de la playa de Las Canteras, contemplando los cuerpos de las turistas. Los ‘guindillas (agentes municipales) tuvieron que dedicarse a apartar a los mirones. Y el ayuntamiento terminó por quitar las barandillas y poner macetones con piteras.
El Obispo usó la radio para cargar contra las turistas: “¿Pero qué están contemplando nuestros buenos feligreses en la playa? Están contemplando el ir y venir de las olas sobre nuestras blancas arenas. ¿Y qué culpa tienen ellos de que sobre esas arenas haya tantas impudicias?”
Aún así, la política oficial tenía otro criterio. Un folleto editado por el Ministerio de Información y Turismo, bajo el título ‘España para usted’ (1964). Editado en siete idiomas (reproducido íntegramente en la revista ‘Isla’ del Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria, números 28, 29 y del 33 al 41), con descripciones como: “A los españoles, ya ve usted, nos suelen caer bien los extranjeros. Hasta a veces demasiado bien. Queremos decir que el español da con frecuencia mejor trato y concede mayor crédito -sin razones serias- al extranjero que al connacional”.
En cuanto a la religiosidad, señala que “la mayoría de los españoles profesan la religión católica. En su seno han sido bautizados, y ella les conforta a la hora de abandonar este mundo. Son muchísimos los que practican esta religión piadosamente durante toda su vida. Todos estos españoles y aquella minoría que no se considera católica, respetan la religión y tienen un profundo sentido espiritual, muy bien expresado en la historia y el arte de España. Existe un Concordato entre la Santa Sede y el Estado Español, que es un Estado católico”.
En el núm. 28 de Isla se publica una selección de párrafos del “opúsculo de propaganda editado por la Subsecretaría de Turismo”, en el que se recogen las opiniones en torno al vestido, bikini, puntualidad, siesta, signos externos, propina, tacos, piropo, amor, saludos, tabaco, tertulia, chateo y la despedida. Entre otras cosas cabe destacar las siguientes frases: “casi todos los españoles visten un poco mejor de lo que sus economías aconsejan. Sólo los millonarios o los indigentes se permiten, en este país, cierto desaliño indumentario”... “No crea usted en esas leyendas de que aquí montamos un auto de fe para quemar a los que van en ‘shorts’ por la ciudad o a las que usan turbador ‘bikini’ en la playa”... “Los españoles somos hipercríticos, amamos a nuestro país ‘porque no nos gusta’, y practicamos, de siempre, el catártico deporte nacional de hablar mal del Gobierno, sea el que sea”.
Luis María Ansón fue uno de los escritores que escogieron los responsables de Isla (núm. 29) para reproducir un comentario que publicó en ABC (13/1/1965), titulado ‘Oscuras afroditas’, en el que indica que el turismo ha solucionado el problema comercial del país, “Pero sería un error gravísimo reducir el problema del turismo a su sola dimensión económica. A mi me parece que el alud turístico que disfrutamos desde hace unos años es, sobre todo, tema para el estudio del sociólogo y del sacerdote. Porque el turismo creciente hará inevitable el contagio de costumbres. La juventud española, la masculina y en menor grado la femenina, comienzan ya a impregnarse de los hábitos extranjeros, algunos magníficos y otros incompatibles con nuestra moral tradicional”. De ahí que añada que “La época de vacaciones, máxime si se pasan en el extranjero, acucia el libertinaje, el desprecio por el escándalo y el deseo de satisfacer el placer, al precio que sea”, para advertir que “ya empieza a venirse a España todo ese haz de indeseables del ‘demimonde’, que constituyen la gran vergüenza de Europa... No son pues las costumbres europeas, sino las malas costumbres europeas, las que nos amenazan con el contagio”. Y todo lo dicho “nada tiene que ver con la beatería, la mojigatería y el pudor histérico, tan al uso en ciertas sacristías y fuera de ellas. Una cosa son las modas y otra la decencia. Una cosa es vivir al ritmo de los tiempos y otra la moral. Que venga, pues, el turismo en buena hora. De lo que se trata no es de escandalizarse al estilo de viejas beaterías agarbanzadas, sino de salvar las normas permanentes de nuestra tradición católica”.
Otra opinión publicada en Palma de Mallorca, bajo el título ‘Perspectivas religiosas del turismo’ por Gabriel Llompart (reproducida en Isla núm. 26), califica a los turistas como ‘las difíciles ovejas del Papa Juan XXIII’ y recoge las conclusiones del Congreso de Pastoral Turística de Trento (1962), en el que pone el énfasis para la atención de los viajeros, aprendiendo idiomas, celebrando misas por las tardes, salones “más bien neutros que confesionales”, “estar atentos a la moralidad de las playas. Llamar a la responsabilidad de los fieles. Advertir de los valores positivos de salud, educación y cultura de un turismo bien practicado”, y atender religiosamente “al personal del ramo de hostelería católico”.
Con motivo de la publicación de un número especial de la revista ‘Touring Club’ dedicado a Gran Canaria, incluye una entrevista con el entonces Obispo de Canarias (entre 1967-78), José Antonio Infantes Florido, quien hace una reflexión acerca de la comunicación entre las distintas comunidades y religiones que permiten comprobar “la esperanza común de los hombres en Dios, ayudan a descubrir las incógnitas que rodean el misterio humano”. En la apuesta de la Iglesia local se resalta el intercambio entre Canarias y la Península, ya que “existen otros vínculos históricos y culturales que determinan la fe de todos los canarios”, llegando a afirmar que la idiosincrasia del pueblo canario se manifiesta en lo religioso, y éstas muestras podrían ofrecerse al conocimiento del turista peninsular.
Hay en estas palabras un cambio de postura, un reconocimiento del proceso de apertura de España a una realidad europea y económica en la que el turismo se consolida como un elemento con el que han de convivir, lo que da lugar a que impulsara en Playa del Inglés un templo ecuménico, como reconocimiento de que muchos turistas también precisan de atención espiritual. Cabe destacar que este centro, obra del arquitecto Manuel de la Peña, abierto en 1972, es el primero de este tipo en España y Europa. De hecho, es el único, según nos comentan desde el propio templo, actualmente en restauración…
Pero la iglesia no sólo se ha abierto a los fieles, sino al negocio turístico, si bien no con tanta ambición como en otros lugares de Europa, donde te cobran por el acceso, unos plásticos para cubrir el cuerpo (si vas muy ligero de ropa), e incluso hay tiendas de souvenires en el interior de los templos. Aquí ya gestionan museos diocesanos, ascensores para ver la ciudad desde la torre… Todo sea para mantener un patrimonio y unos servicios a los más necesitados que la iglesia atiende secularmente.
Fátima o Lourdes son destinos turísticos religiosos que impactan a quienes acuden, bien por su fe o porque entran dentro de las rutas turísticas de esos países. Santiago de Compostela, ejemplo de senderismo religioso, El VaticanoTeror, Gáldar, Tunte… en la escala insular también son destinos de un turismo interior que hace décadas realizaban los grancanarios para cumplir son su devoción, si bien hoy día la facilidad de transportes los ha encadenado en una ruta de romerías y fiestas a las que acuden miles de jóvenes para disfrutar de la parranda, la verbena y de lo que surja, llegando incluso a las fiestas de los barrios más recónditos con su avalancha de trajes mezcla de tipismo y tenderete. Lo que no ocurre con la Semana Santa, el Corpus o los ranchos de ánimas, ya que los jóvenes se decantan más por la romería parrandera o el carnavalero y comercial Halloween.
Y es que, aunque se mantiene en vigor el acuerdo con la Santa Sede, España tiene una Constitución que ampara la libertad religiosa y la aconfesionalidad, pero es habitual que en los actos religiosos de la iglesia católica se den cita las autoridades civiles y militares, consolidándose como momentos de exhibición de la autoridad en un ritual que no tiene nada que ver con las obligaciones de quienes nos representan o defienden gracias a los impuestos que paga la ciudadanía, sea católica, budista o atea. Casi lo mismo que sucede cuando hay un derby futbolístico.
Hoy día, la iglesia se ha colocado en un segundo plano, en una sociedad en la que el poder económico que representa el fenómeno del turismo de masas hace muy difícil que los preceptos morales puedan ir contra corriente, a pesar de que ya se pueda practicar el nudismo en zonas delimitadas para naturistas, la sexualidad es uno de los elementos que conforman el sueño de las vacaciones y el turismo gay se presenta como un ‘producto’ para un segmento o perfil de clientes ‘de alto nivel de gasto’… Sin importarles el pecado… 

4 comentarios:

  1. Las cosas han ido cambiando desde aquella época en que delante de cada iglesia se montaba un puesto que vendía pañuelos para las mujeres turistas taparse la cabeza y los brazos si no llevaran mangas, para poder entrar al templo.

    En Arguineguín se celebraba la misa en la misma sala que luego se usaba de cine y los domingos no se permitían películas "sugerentes" - una mujer en bikini suscitaba silbidos y gritos de los hombres y un fuerte golpe en la cabeza del bastón de "Santos" el regidor.... Llegada de fuera, no comprendía por qué ver a una mujer el obligo era tan emocionante... Hoy en día las escandinavas se quitan la camisa para aprovechar cada rayo de sol, y si debajo llevan sujetador y no bikini, les da igual, algo que aún escandaliza a la gente local. Para las escandinavas no hay diferencia entre un sujetador como prenda íntima y un bikini - tapan lo mismo, no les importa mostar el encaje en la calle.... Y en cuanto a muestras de afecto entre personas adultas en la calle, los estadounidenses han sido siempre mucho más estrictos que los españoles - cuando vienen aquí se escandalizan de ver parejas abrazarse o besarse delante de otros....

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  2. Gracias Jenni (y feliz cumpleaños). Cada persona, cada momento, cada lugar... encierra numerosas historias de comportamientos sometidos a los preceptos morales de cada uno y cada época. Cierto es que hay muchas diferencias culturales entre países y dentro de cada país, pero para eso está la humanidad y sus creencias: para complicarse la vida, aunque parece que se está tomando una senda de entendimiento, tolerancia y respeto.

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  3. Muy interesante, Michel. Siempre se aprende un montón de cosas de tí. Eres un magnífico maestro humano.Margaret

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  4. Gracias a ti, Margaret... El que pueda interesarte es lo que me motiva...

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