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Catálogo de la exposición sobre De la Peña |
(Extraído de la ponencia del arquitecto Manuel de la Peña Suárez en la I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos. 1967-68)
Coincidiendo con el 50 aniversario de Maspalomas Costa Canaria, proyecto turístico en el que tuvo un papel de primera línea, aprovecho para publicar estos razonamientos que planteó acerca de por dónde debería ir el urbanismo capitalino ante los cambios hacia una sociedad terciarizada y turística. Hay cuestiones que hay que enmarcarlas en la época, pero tiene el interés de un documento que anticipa y propugna cuestiones que hoy ya no se discuten o se echa en falta que no se tuvieran en cuenta.
Estudio de aplicación a la nueva ciudad de Las Palmas. Como primera medida es imprescindible acometer urgentemente el trazado de los viales principales, particularmente la autovía marítima en su tramo playa de Las Alcaravaneras-Muelle Grande.
Actualmente la zona turística del Puerto de La Luz se ve atosigada por un tráfico congestionado, con su secuela de ruidos, humos y malos olores que la imposibilita totalmente para el desarrollo turístico.
Creemos que hay que concebir todo el entorno de Las Canteras como una gran ciudadela apta para el paseo, la diversión y la compra, esto es preferentemente para el uso por el peatón, por lo que no sería descabellado ir estudiando la posibilidad de acotar para este uso estricto algunas de sus calles comerciales.
En segundo lugar, estimamos absolutamente inaplazable abordar el establecimiento de una adecuada densidad de habitantes por hectárea. Con los actuales planos urbanos, la zona turística del Puerto en el término de pocos años se tendrá una densidad de cerca de 2000 habitantes por hectárea. Cifra a todas luces en contradicción con los principios urbanísticos no ya de términos turísticos, sino igualmente de cualquier núcleo urbano (Máximas densidades aconsejables: 400/500 habitantes/ha)
Como medida provisional para la consecución de este objetivo, a la vez que para lograr ambientes urbanos equilibrados y salubres, ha de limitarse la altura de la edificación en consonancia con los anchos de las calles, proponiendo cualquier otra consideración.
Zonas verdes.- No haremos hincapié, por conocidas en los imprescindibles beneficiosos influjos físicos, psicológicos y fisiológicos de las zonas verdes de los centros urbanos, y en la que insisten todos los tratadistas, pero recordaremos que se indican como cifras mínimas las de 10 a 25 m2 por habitante, cifras evidentemente en pugna con nuestras escasísimas zonas verdes. Existe, por tanto, igualmente, una imperiosa necesidad de creación de zonas verdes, particularmente en las zonas turísticas de Las Canteras.
Aparcamientos.- Vinculado con los dos problemas anteriores, nos encontramos con el gran problema originado por los 25.000 autos que precisan aparcar. Parece aconsejable, bajo el punto de vista exclusivamente urbanístico, al margen de otras medidas de índole más o menos administrativos y ordenancistas, el establecimiento de aparcamientos subterráneos bajo plazas y zonas verdes, a sean antiguas o de nueva creación, con lo que puede conseguirse su amortización, al menos parcial. Todo ello sin necesidad de anular las especies arbóreas, adoptando el sistema de sustentación combinado con parterres profundos. Otra solución, propugnada por Louis Kahn y que puede combinarse con la anterior. Consiste en situar torres de aparcamientos en los extremos de las nuevas zonas verdes; el tráfico no interfiere la zona de esparcimiento interior, y las construcciones de las manzanas circundantes pueden en todo caso estar prudentemente alejadas de dichas torres.
Cabe incluso pensar en las soluciones que hicieran viable habilitar como aparcamiento subterráneo grandes tramos del Paseo de Las Canteras, ampliándolo además a costa de la supresión de la calle Sagasta en el tramo Gomera-Tenerife, haciendo notar que tal idea nace como demanda de solución al gran aparcamiento que situábamos en la ciudad turística ideal, junto a las instalaciones costeras; y que, en el caso de Las Canteras, se hace sentir ya una gran deficiencia en tal sentido, que la hace incómoda para el disfrute de playa, restaurantes, balnearios, etc.
Industrias.- Los nuevos planes urbanos deben situar las instalaciones de industrias moletas fuera del ámbito de la ciudad y sobre todo del Puerto, particularmente aquellas que puedan producir malos olores, y conservar sólo aquellas actividades industriales vinculadas obligatoriamente a la actividad portuaria de una manera inmediata.
Arquitectura.- Hay que promover una actuación efectiva, a fin de conseguir además de una imprescindible toma de conciencia popular, conservación de la arquitectura tradicional y rincones urbanos característicos. Política que incluye no sólo la protección decida a las antiguas casas, calles y plazas de Vegueta, sino incluso a la no alteración del carácter de espacios urbanos conseguidos, tales como el Parque de Santa Catalina, etc.
Servicios.- Por último, teniendo en cuenta las dotaciones de 300 litros por habitante y día, y el consumo de 300 w por habitante, hay que enfrentarse con los problemas de servicios urbanos (agua, luz y alcantarillado) proponiéndose como objetivo su solución para las épocas de máxima ocupación previsible y con las reservas adecuadas al desarrollo probable en los años venideros.