lunes, 28 de febrero de 2011

Territorio y Dignidad. La visión del ciudadano José Saramago

'Cuadernos de Lanzarote'
Texto presentado por el Premio Nobel, José Saramago, en las II Jornadas de Legalidad Territorial y Ambiental celebradas en Lanzarote:
Señora presidenta, estimados compañeros de mesa, señoras y señores:
Tengo una historia para contarles, una historia que alguien podría pensar que es inventada, que la he escrito para traerla aquí esta tarde, pero no es así, es un hecho auténtico, que va a ser entendido en Lanzarote como en pocos sitios. Por eso, cuando acabe de contar lo que les traigo, no haré demasiadas consideraciones, sencillamente me callaré porque tengo mucha confianza en la inteligencia y la sensibilidad de las personas, y hay casos que cuanto menos retórica, mejor.
Hace dos o tres semanas, el presidente Lula entregó a 19.000 indios de un estado del norte de Brasil un territorio –ya ha salido la primera palabra, “territorio”– más o menos del tamaño de la provincia de Zaragoza. A 19.000 indios. Como la provincia de Zaragoza no es pequeña, imaginemos que los 19.000 indios van a vivir dispersos, aislados... No sé cuántos habitantes tiene Tías, pero poco más o poco menos que esos 19.000, es decir, la población de Tías en un espacio equivalente al territorio de Zaragoza, lo que llama la atención ¿verdad?
Pero vamos a lo importante: ¿Qué ha pasado para que el Presidente Lula haya tomado esa decisión? Lo cuento en pocas palabras: Esa zona es lo que podríamos llamar un territorio histórico, aunque es un poco difícil hablar de historia cuando nos referimos a las etnias en Brasil, pero en fin, aceptemos la convención y recordemos que es el lugar donde siempre vivió ese pueblo, ahí están sus bosques, sus ríos, el paisaje del norte de Brasil que tantas veces hemos visto en reportajes. Ellos, los indios, son personas que se pintan la cara, tienen danzas un poco extrañas, culturas que no entendemos o que entendemos mal, y son 19.000 seres humanos, como vengo diciendo. ¿Qué ha pasado con esta gente para que haya sido necesaria una intervención estatal? Pues que el suyo un territorio fértil, absolutamente apetitoso, tan tentador que poco a poco ha ido siendo invadido por empresas arroceras que han instalado sus cultivos de arroz en tierras que no les pertenecían, que las usurpan, tras matar, sí, matar, grandes extensiones de bosque o floresta, y esto desde no sé exactamente cuántos años, por lo menos desde hace diez años. En este tiempo, la comunidad indígena ha luchado con las fuerzas de que disponía para recuperar su tierra. No es una expresión retórica decir “su tierra”. Nosotros, todos los seres humanos, incluso los más urbanos, somos más de la tierra en la que hemos nacido y donde nos hemos criado de lo que imaginamos, aunque algunos, con vidas llamadas estupendas, con coches, con varias viviendas, viajes, playas, casinos y todo eso, pretendan olvidar, y a veces lo consigan, que lo importante es tener los pies en la tierra. Si no quieren recibir el mensaje que la tierra les envía continuamente, es cosa suya, pero la tierra está ahí y habla. Y para nuestros amigos de Brasil, que no son nada sofisticados, que no son “civilizados” (aunque habría mucho que discutir acerca del significado del concepto “civilizado”), lo más importante es la tierra, por eso han peleado por recuperarla durante años y años ante distintos tribunales, con sentencias contradictorias, hasta que el asunto llegó al Supremo, que decidió en sentencia firme que las tierras debían ser restituidas a sus legítimos dueños. Así ha ocurrido: el presidente Lula ha entregado a sus representantes la tierra que había sido de sus ancestros. Ahora, en este momento, están en un lugar que todavía está ocupado porque los cultivos no se cambian de un lado a otro ni en un instante, los arroceros tendrían que resolver su problema, es decir, no tanto el problema de los arroceros, que no son más que braceros que trabajan allí, sino de las empresas arroceras, multinacionales, que tendrán que salir del estado e irse a otro lugar. Y van a salir, ya están saliendo porque eso es lo que ha dictado la justicia.
Se preguntan muchas personas en varios continentes, en Europa y América: ¿Qué es esto de dar atención a 19.000 salvajes que se pintan la cara? ¿Qué es esto, el mundo al revés? ¿Vamos a decir no al desarrollo, no al progreso, no a la sofisticación de los medios de producción, tan necesaria, según la información hábilmente manejada? Pues mire usted, no se trata de negar el desarrollo, se trata, en este caso, sencillamente, de devolver lo que fue robado. Insisto: es un caso de justicia.
Cuando nosotros llegamos a América, nosotros quiere decir los portugueses y los españoles, en el siglo XV y XVI, hicimos mucho daño, matamos, torturamos, asesinamos, robamos las creencias de quienes las tenían, hicimos barbaridades, lo más bárbaro que se puede imaginar y que visto desde hoy son acciones que nos repugnan, y ya entonces repugnaron a los mejores, como Bartolomé de las Casas o el Padre Viera en Portugal. Es decir, la historia, nuestra historia, está llena de latrocinios, de robos, de crímenes de los que, de alguna forma, somos nosotros, los pueblos de la Península Ibérica, responsables. Claro que no somos responsable directos, pero hemos heredado y hemos obtenido beneficios de la explotación infame que fue no el encuentro de civilizaciones, como hipócritamente se dijo durante el 92, ni siquiera del encontronazo, sino del exterminio cultural, del desprecio hacia otra la gente, la que allí vivía. Y las consecuencias de ese desprecio están patentes, basta mirar y se ve como se sigue tratando a los indígenas, como hay dos medidas, como el blanco tiene un plus sobre el indio. En la gobernación de los países, en los ámbitos del poder, en la sociedad.
Lo que acaba de pasar en Brasil es casi un milagro, porque la tierra estaba ocupada por las empresas arroceras, de modo que era fácil dejar las cosas como estaban y no complicarse la vida, sabiendo además que esas empresas contarían con el silencio y la complicidad de los medios de comunicación, ya que los consejos de administración de unos y otros están integrados, tantas veces, por las mismas personas. Pues precisamente por eso se hace más de elogiar y agradecer la decisión del Tribunal Supremo de Brasil y la posterior intervención del presidente del gobierno, porque han tenido el coraje de confirmar que la tierra es de estos hombres y estas mujeres por todas las razones morales y legales que han enumerado en la sentencia. Y esto no se va a quedar así, este ha sido un primer paso, es un primer caso, al que otros se sumarán porque las situaciones de apropiación indebida y de usurpación son, por desgracia, demasiado frecuentes. Para que la dignidad –dejamos ahora el territorio y pasamos al concepto dignidad– sea integralmente vivida en esos pueblos era necesaria la restitución de la tierra.
Y miren que no digo dignidad recuperada, porque ellos nunca la perdieron, habían perdido la tierra y su uso, pero no la dignidad, y esa es la gran diferencia con otros, que sí se han resignado. Visto desde la distancia, qué fácil sería comprar a esa gente, tan pobre, tan indefensa. Comprarlos, que es otra forma más explícita de decir corromperlos. Lo asombroso, sin embargo, es que esos 19.000 hombres y mujeres resistieron a todos los intentos de corrupción de que han sido blanco. A todos, absolutamente a todos.
Por tanto, si se habla de territorio y si se habla de dignidad, tenemos ante nosotros un ejemplo que nos llega del otro lado del Atlántico. Quizá nuestros amigos de Brasil se sientan un poco solos, 19.000 personas en un territorio del tamaño de la provincia de Zaragoza da para no encontrarse nunca, pero se van a encontrar y no se van a perder unos de los otros nunca. Ya verán. Y saben que cuentan con la admiración de muchos en el mundo.
Y esto me trae a Lanzarote. Nosotros, Pilar y yo, estando aquí desde el 93, no con residencia definitiva, porque tenemos la residencia en Lisboa, pero estando en un lado, estamos también en el otro, y esto es bueno, porque vivimos en dos sitios a la vez. Dieciséis años ya. Si no es una vida, es una adolescencia. Y, de alguna forma, si consulto mi recuerdo, creo que puedo decir que llegamos a Lanzarote en el último momento en el que todavía había una relación con el pasado más o menos cercana. Las carreteras, por ejemplo, no tenían rotondas ¿cómo han podido vivir los conejeros durante siglos y siglos sin rotondas? Se carecía de una cantidad de cosas que ahora sí hay, algunas de ellas afortunadamente, porque son logros útiles: los padres, abuelos y tatarabuelos de los actuales lanzaroteños en muchos casos pasaron hambre, vivieron con unas limitaciones terribles, que hoy casi ni se puedan imaginar. Ahora no. Ahora los conejeros son ricos, o tienen mentalidad de ricos, que es peor que ser rico. Es decir, la isla en que sobrevivir era duro, pasó de un momento a otro, en unos años, a tener de todo. Porque de repente apareció el euro que hizo aflorar una cantidad de dinero negro que estaba por ahí más o menos encubierto e, inevitablemente, con ese dinero a Lanzarote llegaron los arroceros. Digo arroceros, y digo invasión, arroceros que ocupan, compran, construyen, destruyen, son termitas que hacen todo el daño que pueden en nombre de la sacrosanta caja bancaria. En muchos casos esa gente venía con capital, en otras se han enriquecido de la noche a la mañana, las personas que no han participado en este baile no saben bien cómo lo han conseguido, o lo intuyen, pero la isla ha cambiado, no siempre para mejor, el territorio es otro y el concepto dignidad sobra, no se habla. Aunque una cosa todos tenemos claro: los arroceros de Lanzarote se han enriquecido con la complicidad de algunos naturales y contra la mayoría.
La cosa es de tal forma alarmante que clama al cielo. Porque sólo no lo ve quien no quiere verlo.
Hace unos años pronuncié una conferencia en el Casino, invitado por una asociación de jóvenes, Achitacande se llamaba. Allí dije que estábamos asistiendo a la segunda muerte de César Manrique.
La primera fue la del cuerpo, ahora se le estaba matando el espíritu. Cuando dije eso todavía produjo cierta conmoción, ahora, no sé. Porque la situación ahora en Lanzarote es muchísimo peor, cualitativa y cuantitativamente. Es interesante que cuando pronuncié aquella conferencia se me acercó un político que en la actualidad está en la cárcel, o ya no está, ha salido con un tercer grado, y del que no vale la pena decir el nombre porque todo el mundo sabe de quién hablo, pues ese político se me acercó al final y me dijo esto: “Muy bien, tengo que decirle que estoy de acuerdo con casi todo lo que usted ha dicho”. Es decir, una vida construida sobre la ilegalidad, sobre la delincuencia, sobre la corrupción, y se atreve a decirme, como si pretendiera ofenderme, aunque no creo que fuera esa la intención, que estaba de acuerdo conmigo en casi todo. Me quedé asombrado, aún lo estoy. La gran diferencia que hay que plantearse, que hay que analizar, y con esto vuelvo a los indios de Brasil, es que ellos no se dejaron corromper. Y era fácil, era muy fácil, no tienen carreras universitarias, estudios superiores, no son doctores, no son médicos, a lo mejor hay médicos que van allí para asistirles, ellos son unos salvajes, se pintan la cara, pero no se dejaron corromper por los arroceros y esa es su lección. Desgraciadamente una parte de la población de Lanzarote no puede decir lo mismo, porque se ha dejado corromper. Y el problema radica aquí, no en el concepto territorio, sino en el concepto dignidad.
Los indios del Brasil nos han dado, sin pretenderlo, sin quererlo, lo que se puede llamar, y con todas las letras, una lección magistral. Los maestros son ellos, maestros de vida: puede que no tengan estudios convencionales, pero conocen las reglas de la existencia digna y responsable, saben cómo es vivir, saben quiénes son ellos y cómo son en relación a la tierra, que es la fuente de la que manan.
Estas palabras para nosotros tal vez no signifiquen mucho, pero para gente que se alimenta de la tierra que pisa, del paisaje que mira, del agua que bebe, del entorno vivo que llamamos naturaleza, para esta gente eso es todo. Tal vez también debería serlo para nosotros, no digamos naturaleza, si nos resulta un concepto fuera de lugar, digamos una palabra de erudito, su hábitat por ejemplo: si fuera importante para todos, otro sería el planeta. Ellos saben que preservarlo es el más sagrado de los recuerdos o la más luminosa de las posesiones. Y nos dan esa lección.
Aquí, en Lanzarote, se ha tenido una relación fuerte con la tierra, como se ve en La Geria, por ejemplo, en otros lugares que se perciben amados, pero, lo siento, se perdió el nexo que era un distintivo de la Isla. Así, mientras los indios de Brasil lucharon, estos 19.000 hombres y mujeres se esforzaron hasta la extenuación para recuperar sus derechos sobre la tierra (vuelvo a decir, no para recuperar la dignidad, porque ésa nunca la habían perdido, no confundamos), aquí no, un huracán llamado dólar o euro se instaló en el centro de las motivaciones. Dinero de negra procedencia.
El dinero corrompe, el dinero que llega de repente corrompe mucho más. No es como el que se va acumulando con el trabajo, con el esfuerzo cotidiano, ése que se puede contemplar con orgullo, incluso uno puede exclamar “lo he ganado, tengo algo mío”. No hablo de eso, sino del dinero que llega de repente, y sólo llega por la corrupción, por la delincuencia, por la ilegalidad: ese corrompe, corrompe de veras. Y hay muchos casos, no sólo en Lanzarote, o en Canarias, en todo el mundo, en fin, pero estamos hablando de Lanzarote y de la corrupción, y tenemos que decir, con pena, que para muchas personas la corrupción es algo cotidiano, habitual, casi una función social más, están definitivamente corrompidas, no hay nada que hacer, no saben que incurren en un cúmulo de ilegalidades, simplemente se han hecho cómplices de un sistema de explotación ilegal, de aprovechamiento de circunstancias políticas, de políticos que fácilmente se dejan comprar. Éste es el tejido de la sociedad mundial, lo vemos en países enteros, en Europa y América, pero ahora lo que nos ocupa es el tejido de Lanzarote, tan penetrado por la suciedad… Si los conejeros no deciden que quizás haya tiempo de volver atrás, si se dejan arrastrar por esta ola sucia, porque es todo muy sucio, el cheque, el talón, el empleo que se obtiene de una forma no muy clara, Lanzarote dejará de ser lo que ha sido.
Porque el dinero sucio ensucia a quien lo toca, a quien se beneficia directa o indirectamente, y acaba por ensuciar a toda una sociedad. No quisiéramos ese destino para Lanzarote.
Nosotros, Pilar y yo, queremos mucho a esta tierra. No podemos hacer más por ella, sino quererla y defenderla hasta donde se pueda, pero fuerzas para más no tenemos. Me invitan a venir aquí y digo lo que pienso, tengo este defecto, sólo digo lo que pienso y nada más. A mí no se me puede decir eso de “la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad”, porque digo exactamente lo que pienso, con las palabras con las que lo he pensado, y así voy a seguir, tranquilamente, con la tranquilidad no de una conciencia en paz, porque ninguna conciencia hoy puede estar en paz tal como está el mundo... Está la idea de “no hagáis daño”, en el fondo es tan sencillo, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti, no se necesita un tratado de ética, está todo en esta frase, incluso aunque sea por egoísmo, no hago daño a esa persona no porque yo sea muy bueno, sino sencillamente porque no quiero que me hagan daño a mí. Qué bueno sería.
Pido perdón por haber ocupado tanto tiempo cuando mis compañeros antes me habían dado lecciones de brevedad, pero he entendido que no podía perder la historia de Brasil. Y si les ha fatigado este perorata mía, les pido que se queden sólo con la historia de los indios de Brasil, no necesitan nada más. Pueden decir “Saramago ha dicho unas cuantas cosas, pero eso no tiene importancia, lo importante es el ejemplo de los indios”. Es que asombra, llega a parecer imposible, cómo es posible que en el siglo XXI pueda ocurrir un acto de dignidad de esta magnitud. Y sin embargo ha ocurrido. Y no como en el ejemplo de la Madre Teresa de Calcuta, que por profesión tiene que ser buena, y era buena, aunque no tan buena como para aceptar los dos hospitales totalmente equipados que querían regalarle, porque ella lo que quería era ocuparse de las almas, poner la mano en la frente del pobre desgraciado y encomendarlo a Dios. Esto me indigna… La verdad es que tengo unas cuantas guerras con Dios porque no le perdono nada: empiezo no perdonándole que, supuestamente, exista y esto sea el caos.
Y no perdono el monumento de hipocresía, maldad e intolerancia que nace a la sombra no del cristianismo, sino de cualquier religión. Hans Küng, el gran teólogo suizo, decía que las religiones no han servido nunca para acercar a la gente, a los unos con los otros. Y es cierto lo contrario, sólo han servido para matar, torturar para guerrear... Pero ya estoy en otro capítulo, y si me dejo arrastrar por ahí esto no acaba nunca jamás, así que muchas gracias a todos y recordemos a los indios de Brasil, su dignidad y su triunfo.

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domingo, 27 de febrero de 2011

La in/capacidad de las haciendas locales en los orígenes del turismo de masas en Canarias

Portada Memoria

La provincia de Las Palmas celebró entre 1967 y 1968, a instancias del Gobierno español, su I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos, previa a la asamblea nacional. El documento que recoge las doce ponencias presentadas y debatidas es una completa radiografía de la situación en la provincia oriental, con una variedad de temas y un alto nivel de intervinientes que hacen de esta Memoria una extraordinaria aportación documental para la investigación sobre el turismo en Canarias. En varios aspectos, la información puede servirnos para conocer la realidad del conjunto de Canarias y no sólo de la provincia de Las Palmas.
Figuras de la talla de Fernando Giménez, Manuel de la Peña, Juan del Río Ayala, César Manrique… formaron parte del equipo de ponentes que abordaron un amplio temario sobre doce aspectos que incidían en el desarrollo del turismo de masas tras la realización en 1960-61 del concurso internacional de ideas e inmediata puesta en marcha de las construcciones en Maspalomas Costa Canaria, un hito en el que podemos situar el cambio de modelo del sector turístico en Gran Canaria. Un modelo que se ha mantenido durante 50 años a pesar de su agotamiento desde hace mucho más de una década.
En esta ‘entrega’ vamos a centrarnos en la ponencia “Análisis y revisión de los medios económicos de las Haciendas Locales de los municipios turísticos”, presentada por Jesús Sánchez Trallero, jefe del Servicio de Inspección y Asesoramiento de Haciendas Locales. Estamos ante un análisis serio y ‘oficialista’ de una realidad apabullante que se impone en una sociedad sin recursos, con una burguesía local encerrada en la producción agrícola de exportación. Tampoco contaba Canarias con una administración descentralizada, o unos ayuntamientos capaces de resolver los problemas que se avecinan con la aparición de ciudades turísticas surgidas de la nada, en municipios con una población muy escasa y sin recursos para abordar proyectos de urbanización para grandes destinos turísticos. Los cabildos eran los verdaderos gobiernos insulares, los motores de políticas de desarrollo, con el turismo como una de sus apuestas, pero con unos recursos limitadísimos.
Sánchez Trallero advierte de entrada de las necesidades que produce la radicación del turismo en un municipio: unos servicios mínimos, “cuya implantación y sostenibilidad repercute en una gran medida sobre sus respectivas haciendas”
Aunque reconoce que el fenómeno turístico beneficia “no sólo al municipio donde se radica, sino también y en mayor grado si cabe a la Nación…” Añade que “si esto es así, parece obligado y justo que el Estado y las diputaciones o cabildos ayuden a los ayuntamientos a soportar las cargas y gastos necesarios para mantenerle y aumentarle”.
Pero la realidad era que la normativa no contemplaba este nuevo escenario. “El análisis de los recursos que dotan las Haciendas Locales nos demuestra que si bien existen una serie de exacciones en las que el fenómeno turístico debe producir una fuerte alza de su rendimiento” (Contribución Urbana, Licencia Fiscal, Licencias de construcciones, apertura, consumos de lujo y arbitrios sobre riqueza urbana y valor de los terrenos, entre otras…), pero “ello sucede con posterioridad a la implantación de una serie de costosas obras de urbanización e infraestructuras que el Ayuntamiento no puede eludir si quiere aprovechar, en beneficio de sus administrados, la riqueza que el turismo trae consigo”.
Había, además, otra realidad difícil de superar: “es una verdad manifiesta que la situación actual de las Haciendas Locales no permite a la inmensa mayoría de los Ayuntamientos atender los gastos destinados a cumplir las obligaciones de carácter permanente o temporal que no tengan la naturaleza de primer establecimiento con sus propios recursos ordinarios, por lo que de no mediar una ayuda especial por parte del Estado o de la Provincia será dificilísimo que los municipios puedan sufragar el coste de los servicios mínimos que el turismo reclama imperiosamente”.
De hecho, el ponente señala que el Estado tenía previsto “pensando principalmente en la iniciativa privada” la declaración de Centros y Zonas de Interés Turístico, a través de la concesión de “cuantiosos beneficios. Ocurre, sin embargo, que la compleja y laboriosa tramitación de estos expedientes hace, en la práctica, inasequible su logro para los municipios medianos y pequeños”. Además, no existía en la época la consideración de ‘Municipio Turístico Protegido’ que pudiera facilitar beneficios económicos a éstos.
Ante esta situación, la ejecución de las obras de urbanización e infraestructura requerirían “una inversión cuantiosa que, evidentemente, sólo podrán efectuar acudiendo a la contratación de un préstamo”. Pero, en esos años sólo se contemplaban dos líneas de financiación pública: los préstamos del Banco de Crédito Local para obras de tipo turístico (urbanización o infraestructura) a un interés del 5,25% anual. O las que concedía el Banco Hipotecario para iguales fines en Zonas de Interés Turístico, hasta el 40% del valor de ellas con un interés del 6,5% a amortizar en un plazo máximo de cinco años. Aún así, la realidad es que las cantidades que manejaba el Banco de Crédito Local “son totalmente insuficientes, así como el largo y complicado procedimiento a que da lugar la contratación de un crédito con esta entidad” produce, en la práctica, su nula utilidad en corporaciones locales pequeñas.
Y, lo más importante “el suelo es el elemento de principal especulación en los lugares donde se asienta el turismo, produciéndose en las fincas rústicas del término plusvalías de gran importancia sin que los propietarios, por su parte, hicieran cosa alguna para conseguirlas, motivo que induce a instar el establecimiento de una imposición sobre las ganancias especulativas de carácter inmobiliario, hasta hoy sin repercusión en los erarios municipales de los ayuntamientos donde el arbitrio sobre el incremento del valor de los terrenos no es aplicable, en unos casos por falta de base fiscal y, en otros, por la complejidad de exacción”.

jueves, 24 de febrero de 2011

Maspalomas, la víctima natural de la especulación

El Oasis antes hace cincuenta años

Un periódico local ha publicado una encuesta ante el deterioro de la zona turística de Maspalomas debido a la pérdida de arena de la playa y su transformación en un enorme pedregal de cayados (en Canarias, piedras lisas redondeadas por la erosión) que convierten el paseo o el baño en una experiencia desagradable y arriesgada.
Como todas las encuestas, la simplificación en las respuestas es significativa, aunque lo importante no es el resultado cuantitativo de la misma, sino la realidad que oculta la información que hemos recibido durante años sobre las causas y orígenes de este desastre ecológico.
La encuesta busca un culplable: ¿serán “los políticos”?, ¿“las construcciones de hoteles y apartamentos que interrumpen el ciclo de la arena”? ¿O es “la naturaleza. Un fenómeno en el que sólo intervienen el viento y las olas”?. Pues sí, todos son culpables, pero hay más.
Ya comenté en un artículo anterior que este año se celebra el cincuenta aniversario del concurso internacional de ideas que inició la transformación de toda esta zona para convertirla en el mayor centro turístico de Canarias y el más importante para el invierno en Europa. La propuesta vencedora apenas comenzó a desarrollarse y fue superada por la ambición y el negocio veloz que se originó, lo que dio lugar a que ahora nos encontremos una realidad fruto de la improvisación y la especulación.
Se construyó donde no se debía: sobre dominio público (de costa o de cauce público), sobre espacio protegido y se primó el pelotazo urbanístico y la desnaturalización de un paraje inigualable.
Si mal no recuerdo, se permitió la penetración de las construcciones hasta el escándalo, con la construcción del Riu Palace Maspalomas en el vértice sur de la urbanización de Playa del Inglés, lo que originó una barrera artificial para el tránsito de arena. Una parcela en primera línea del Paraje Natural era demasiado negocio para pensar en otras opciones o posibles impactos en el entorno natural.
Pero no quedó todo ahí. El Ayuntamiento de San Bartolomé y sus regidores –cuya situación personal económica y patrimonial mejoró sustancialmente coincidiendo con la actividad política-, decidieron canalizar el barranco desde la Avenida Alejandro del Castillo hasta la charca de Maspalomas (antes llamado Oasis) donde ya el palmeral del lugar había desaparecido o había sido integrado en los jardines de algunos complejos hoteleros. La ocupación urbanística de los márgenes del canal fue inmediata. El cauce público y natural se convirtió en un suculento negocio urbanístico. Un negocio redondo.
Visto desde el cielo, el canal es como una especie de  disparadero que conduce una potencia de agua impresionante que antes se distribuía por el entorno y aportaba la humedad necesaria para el desarrollo del oasis y su palmeral. Hoy día esta infraestructura consigue cada vez que llueve en el sur (que cuando lo hace suele caer mucha agua) romper la barrera que separa el mar con la charca y arrastrar toda la arena que encuentra a su paso, lo que ha dado lugar a que uno de los parajes turísticos más importantes de Canarias esté en un proceso de grave degradación y que su supervivencia pase por la creación de infraestructuras artificiales.
Y retomo la encuesta periodística para plantear si la pregunta fundamental habría de ser: ¿Cree que los que se han beneficiado con la destrucción del oasis de Maspalomas deberían compensar a la sociedad y restituir el lugar para evitar su plena desnaturalización?
Creo que deberíamos plantearnos esta formulación, ya que lo único que se contempla por parte de los responsables políticos y técnicos es parchear el problema en una espiral que nos conduce a un final trágico para uno de los más hermosos lugares que la naturaleza creó en Canarias.

martes, 22 de febrero de 2011

Hoteles con estrella y estrellados

Hotel en Mogán
Un hotel básicamente, históricamente, gramaticalmente es el establecimiento donde se aloja con comodidad a huéspedes o viajeros. Para ello, contaba con camas y baño, aunque en ocasiones el servicio te lo encuentras fuera de la habitación contratada y para compartir con los demás vecinos de planta. Hoy día esto es inconcebible en la planta alojativa de Canarias, donde podemos disfrutar, mayoritariamente, una oferta de máxima categoría.
Habitaciones es decir poco: un verdadero lujo en consonancia con un lugar único y privilegiado como es Canarias. Materiales de primera calidad, mobiliario que podría llenar páginas de revistas de decoración, baños con jacuzzi o duchas con chorros sorpresa, un completísimo neceser de productos para la limpieza personal de primera calidad, una atención sibarítica, buffettes pantagruélicos para desayunar, comer o cenar, wifi, animación, restaurantes temáticos y un larguísimo etcétera que no apreciamos hasta que vamos a otro país y contratamos un hotel creyendo que las estrellas que ostenta son iguales a las que iluminan nuestros hoteles. ¡Qué equivocados…!
Es sorprendente cómo los estándares de calidad son tan distintos en el mundo, o en la misma Comunidad Europea con tanta directiva homogeneizante… Pero está claro que hospedarse en un hotel en París que cuesta el doble que otro del sur grancanario no es garantía de que se parezcan en lo más mínimo, y no me refiero al entorno, sino al contenido y servicios.
Y hablando de esta Isla, también hemos podido ver la evolución de nuestra planta hotelera desde aquel primer hotel de estilo británico en Gran Canaria, el Santa Catalina (1890) con sus gardens y zonas de sport, en el corazón del barrio Ciudad Jardín donde se asentaron numerosos británicos. Hoteles para aclimatarse, para recuperarse, para disfrutar de un tempo propio de los desplazamientos que duraban varios días o semanas.
Hoy en día, los hoteles ofrecen no sólo una vida de lujo al alcance de muchos, sino que todo forma parte de un escenario de película: grandes construcciones, salones inabarcables, piscinas para navegar… espacios fen sui, salas y terrazas ‘house’, terrazas para bikinis, monokinis y sinkinis… Todo lo imaginable, para públicos temáticos o multidisciplinares. Y es que la competencia es mucha si tenemos en cuenta que en apenas cincuenta años hemos incrementado una oferta alojativa -en cantidad y calidad- de forma sombrosa.

Vídeo de éxito con imágenes de un supuesto robo a un cliente de un hotel en el sur de Gran Canaria.

Perooooo… ¿Hemos sabido aprovechar ese tirón? ¿Cuál es el porcentaje de empleos que el sector hotelero ha cubierto con personal de las Islas? ¿Cuánto dinero queda de ese negocio en las Islas? (…y gracias que las tornas han cambiado en los últimos años gracias a la capitalización canaria y su creciente papel en el sector turístico) ¿Seremos capaces de ocupar el número de camas que hemos permitido crear? ¿El personal está suficientemente formado y motivado para que el turista tenga la mejor impresión de su estancia? ¿Se implica el negocio hotelero en la mejora del entorno y en impulsar negocios y actividades complementarias que consoliden el sector turístico?. Bueno, por hoy ya vale de preguntar, si bien estas reflexiones deberían estar presentes de forma permanente entre patronal, sindicatos, políticos y la sociedad en su conjunto: no es momento de mirar al pasado, se trata del futuro, el de todos.

jueves, 17 de febrero de 2011

Reliquiator

Garrafas de agua de Lourdes, supuestamente milagrosas

Hay destinos turísticos que tienen entre sus ‘ingredientes’ lugares u objetos capaces de cumplir los deseos o peticiones de quienes se trasladan hasta el lugar: que si es bueno para la fertilidad, da suerte y dinero, garantiza la boda o el embarazo, mejora la salud o cura enfermedades terminales… y de esto último, los santuarios de Fátima y Lourdes son ejemplos de devoción, cierto fanatismo y un negocio mezquino que se aprovecha del sufrimiento.
De ahí que una visita turística no está completa sin ser partícipe de la pequeña anécdota estrambótica local, como la espina de ballena colgada de unas cadenas de hierro en lo alto de un portón en el interior de Italia, en Verona, de la que cuentan que caerá el día que pase por debajo un hombre bueno o santo. Lo que no se dice es si caerá encima y lo aplastará o no… De hecho, muchos papas se han dejado ver por ahí. Pero la espina permanece impasible. Inmóvil. Incluso cuando yo intenté averiguar si sería el elegido.
Los templos, además de grandes salas de pintura, escultura y arquitectura, están llenos de relicarios: que si un trozo de pelo, de hueso, dedo, tela, espina, astilla de la cruz, todo un supermercado que durante siglos supuso un enorme negocio entre traficantes de reliquias por toda Europa. Eso sí, como los perfumes lujosos de hoy día (y para justificar su precio desorbitado), los relicarios vienen con una decoración extraordinaria: oro, plata, piedras preciosas y un trabajo de talla extraordinario. Y todo para ver un cacho de madera, tela, piel o algo indescifrable y vencido por el tiempo tras una pequeña ventanita de cristal. Bueno, también hay cuerpos -o parte de ellos- incorruptos, u osarios de ciudadanos anónimo, pero todo lo que tenga que ver con la muerte forma parte del ritual turístico de ver todo aquello que se salga de lo monótono, y la muerte forma parte del espectáculo.
Otra variedad son las fuentes o pozos (como el de la Casa de Colón), donde ya tiramos mecánicamente la moneda para que nos de suerte, aunque en determinados sitios se ha prohibido expresamente por su impacto ecológico. Evidentemente esta prohibición sólo era posible en un sitio como Lanzarote, en los Jameos del Agua, donde los cangrejos ciegos no precisan de la caridad turística. También en Lanzarote había una mareta para recoger agua en Teguise de la que se cuenta que los que metían los pies el agua terminaban casándose con una conejera (habitante de Lanzarote, aclaro).
Pero lo del amor, que daría para un extenso trabajo, tiene también su vertiente psicológica. Por ejemplo, ahora está de moda colocar candados en verjas, como demostración de amor bajo llave. Pero, lo más llamativo son las peregrinaciones y romerías, migraciones masivas de creyentes que bien a pie por las rutas xacobeas o del patrono o patrona local o insular, o usando medios de transporte colectivo o particular, producen avalanchas extraordinarias que son en sí mismas motivo de espectáculo.
Así que no se extrañen de ver en casa de algún vecino o conocido una colección de recuerdos, que no son los imanes en la nevera con los iconos arquitectónicos de las ciudades visitadas, sino postales, figuras virginales, garrafas con agua supuestamente bendita… todo ello comprado en los centros de devoción que ha visitado convirtiéndose en un personaje de película: Reliquiator.

lunes, 14 de febrero de 2011

LPGC capital atlántica y turística

Estatua de perro en la plaza de Santa Ana

Permítanme que hoy dedique estas líneas a una reflexión sobre la ciudad y el océano que es puerto y puerta al norte, al sur y al este,; ese horizonte azul permanente que es el sonoro Atlántico que describiera con su genial poesía Tomás Morales, el escritor al que este año dedica nuestro archipiélago el Día de las Letras Canarias.
Telegráficamente, Las Palmas de Gran Canaria (entonces Real de las Tres Palmas) nace como campamento militar a orillas del barranco Guiniguada, supuestamente la frontera entre los guanartematos de Telde y Gáldar, y supuestamente su nombre significaba ‘Por donde siempre corre el agua’. Tenemos pues, a Juan Rejón y sus aventureros que desembarcan expedicionados por los ‘Reyes Católicos’ en la bahía natural de Las Isletas y se dirige hacia Gando, al sur, siendo advertido por una anciana –la ‘aparición’ de Santa Ana- que le hace cambiar de idea y establecerse en ese montículo que hoy forma el conjunto histórico de Vegueta (el entorno de la ermita de San Antonio Abad) y el conjunto de la catedral de Santa Ana.
El palmeral facilitó la creación de una empalizada, si bien las condiciones naturales de la bahía permitían el apoyo logístico desde la Península para la que sería la primera expedición castellana en ‘ultramar’, estableciéndose en el campamento grancanario las primeras instituciones coloniales del futuro imperio español, así como el establecimiento de la primera relación con pueblos indígenas.
La maquinaria militar castellano-aragonesa, después de casi ocho siglos de combate contra los musulmanes, contempló su expansión fuera del territorio peninsular, negociando los derechos sobre las islas de más difícil conquista (Gran Canaria, Tenerife y La Palma) para convertirlas en Islas de realengo una vez finalizada la conquista por las armas. Coinciden estos hechos con la aparición de Cristóbal Colón por la corte, con un proyecto muy arriesgado y de difícil comprensión para la mentalidad de aquel entonces que concebían el mundo conocido como el centro del universo, con sus fronteras en el cabo del fin de la Tierra (Finisterre) o las Islas Canarias como lo más recóndito del mundo conocido donde deberían tener descanso los dioses.
Lo cierto es que la coincidencia de personajes en el tiempo hace posible la vinculación de Gran Canaria y La Gomera a una de las mayores gestas de la historia de la Humanidad, iniciándose una vinculación directa de esta ciudad con el tránsito entre continentes, una ciudad atlántica.
Una ciudad para el mundo global que arrancó en el momento en el que se constató que la Tierra no era plana, sino un planeta redondo que giraba. Y España inició la ruta alrededor del mundo, y marcó un camino que pasaba por Las Palmas de Gran Canaria, refugio natural entonces para navegantes y actualmente un centro mundial de transportes con una inmediatez y capacidad que a otros les resulta más complejo y ‘lento’. Canarias se ha consolidado como plataforma tricontinental a lo largo de los siglos, para alcanzar en la actualidad su condición de nodo y un ‘hub’ de comunicaciones y transportes de primer orden. Y hemos de conseguir que lo sea aún más.
Su posición como destino turístico, como centro de tráfico de mercancías, sus infraestructuras científicas, tecnológicas, formativas, culturales, deportivas, junto a su pertenencia a la Unión Europea, al euro, al territorio Shengen, a las regiones ultraperiféricas… Estas y otras circunstancias sitúan a Canarias como un lugar privilegiado en el mundo y, en particular, a Las Palmas de Gran Canaria.
Una ciudad cosmopolita que tiene una playa espectacular protegida por la naturaleza que atrajo miles de nórdicos hasta la crisis de un crecimiento desproporcionado de establecimientos y de pérdida de personalidad, identidad o producto que caracterizó su oferta durante las décadas de mayor desarrollo turístico de la ciudad: Catalina Park, el puerto, Las Canteras, Vegueta, los indios, el Pueblo Canario, sus museos, los comercios, los puertos francos y lo barato que era para el visitante.
También es cierto que la competencia de un sector turístico pujante y con atractivos más que notables como los que ofrecía el sur de la Isla, un nuevo espacio que surgía de la nada, más bien de uno de los paraísos naturales más hermosos imaginable y hasta hace cincuenta años.
En medio siglo, la ciudad no ha rescatado su protagonismo, a pesar de consolidarse como ciudad cosmopolita y abierta, recuperando espacios como el casco histórico, la remodelación del paseo de Las Canteras, centros comerciales, una red de teatros y auditorios de primer orden, zonas verdes… Pero… Las Palmas, Las Palmas de Gran Canaria, LPGC o como quieran llamarlo, no es una marca reconocida, reconocible ni atractiva.
Los esfuerzos públicos para situar a la capital en la red de destinos turísticos no han logrado su objetivo, si bien han originado una oferta completa para la ciudadanía que disfruta cada vez más de su ciudad.  Pero la sangría de establecimientos hoteleros ha sido imparable, incluso la búsqueda de turismo de convenciones o de negocios no ha frenado el proceso.
Habrá que recapitular y replantearse por qué han fracasado los estudios y promociones pagados por los ciudadanos de esta capital, cuando para todos es incomprensible que no se aproveche el tirón y recursos turísticos de un municipio donde el turismo ha sido una consigna ciudadana, un motivo de inspiración y movilización.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Turistas en el limbo

¿Sabe un turista dónde va a ir cuando el viaje contratado es cancelado por revueltas o revoluciones? ¿Le importa algo cambiar un viaje al Mediterráneo y sus paseos por el Nilo o la visita a las pirámides, por un viaje a unas Islas Canarias donde el patrimonio histórico es poco menos que un lastre para administraciones y un motivo de vergüenza para los desdendientes de los colonizadores y los colonizados?
Bueno, lo cierto es que es más que probable que no le importe saber a dónde va porque al regresar habrá tenido la sensación de haber estado en un destino de sol y playa con buen clima y hoteles, restaurantes y aeropuertos que se repiten en casi todos los destinos turísticos baratos y que sirven de 'refugio' cuando hay crisis política, revueltas o revoluciones...
Así lo ha expresado magistralmente el dibujante Morgan en su viñeta publicada hoy en el periódico Canarias7 y que les adjunto para que comprueben la genialidad humorística y de síntesis que caracteriza a este periodista del sentido común.

viernes, 4 de febrero de 2011

Gran Canaria. Caleidoscopio isleño


Una de las páginas del reportaje
Les adjunto el artículo que aparece publicado en el último número de la revista Ronda Iberia. El texto es mío y la selección fotográfica es una muestra de nuestra variedad de paisajes. ¡Que lo disfruten!

Apenas ochenta kilómetros mide el diámetro de esta isla de variados ecosistemas y contrastes inimaginables. En una hora de trayecto en automóvil, el visitante puede darse un baño en Maspalomas con sus imponentes dunas de arena rubia; abrigarse del frío en las cumbres a 1800 metros de altura (y ocasionalmente cubiertas de nieve) o introducirse en la prehistórica selva de laurisilva para volver a nadar en hermosas calas de arena negra al pie de acantilados vertiginosos. Es Gran Canaria. Un caleidoscopio perfecto que combina la naturaleza de los continentes que baña el Atlántico.

La isla de Gran Canaria fue bautizada hace un siglo como ‘Continente en miniatura’ por uno de los personajes isleños más relevantes para su desarrollo cultural: Domingo Doreste (discípulo y amigo de Miguel de Unamuno) atisbó el futuro turístico que la Isla desarrollaría hasta alcanzar en 2010 la cifra de 3,2 millones de visitantes de los que el 90% es extranjero, principalmente británicos y alemanes.

El propio Unamuno viajó en dos ocasiones, la primera invitado a un acto literario en 1910 y la segunda en 1924 condenado al exilio por el dictador Primo de Rivera. El escritor y filósofo dedicaría algunas de las descripciones más bellas de los singulares paisajes de la Isla como la denominación de ‘tempestad petrificada’ a la visión de las cumbres donde se alza desde profundos barrancos el símbolo geológico insular, el Roque Nublo, la “lírica piedra lunar” como lo describe la canción que Néstor Álamo creó para este espectacular monolito y que se ha convertido en el himno del pueblo grancanario, que interpretara, entre otros, Alfredo Kraus con Los Sabandeños. “Fuego y lava junto al mar…”, así finaliza la canción, fiel reflejo del origen volcánico de la Isla.

El pico y la caldera de Bandama; la extensa caldera de las Tirajanas o la singular isla-apéndice llamada La isleta son espectaculares hitos volcánicos que se enfrentan al húmedo y refrescante Océano Atlántico que rodea la Isla y que frena el caluroso siroco que llega desde el Sahara. La mezcla de aire seco y húmedo origina unas temperaturas estables a lo largo del año, lo que ha propiciado que el clima de la capital insular sea considerado el mejor del mundo, según un estudio publicado en 1996 por el Departamento de Climatología de la Universidad de Syracusa (EEUU).

El prodigio del clima ya era conocido desde la época clásica por los escritores griegos y romanos, quienes identificaron el Archipiélago canario como el Jardín de las Hespérides, dibujado como Insula Fortunae por Ptolomeo en el primer mapa del mundo conocido y reconocido posteriormente por los aventureros que descubrieron el Nuevo Mundo en el siglo XV, los científicos expedicionarios del siglo XVIII o los viajeros románticos del XIX. Todos ellos corroboraron la imagen que ha perdurado de esta Isla donde el turismo de salud decimonónico daría paso al turismo de masas a mediados del siglo XX tras el impacto que supuso el concurso internacional de ideas para proyectar una moderna ciudad turística sobre uno de los espacios vírgenes más atractivos para el europeo: Maspalomas Costa Canaria.

El éxito fue inmediato. Los turistas encontraban el clima perfecto para el invierno y un agradable tiempo el resto del año, sin las temperaturas tórridas del verano que eran de esperar en una isla muy próxima al desierto sahariano. Y es que la Isla se había preparado a fondo para mostrar al visitante un lugar singular, confortable, con una arquitectura y una cultura propia muy llamativa, impulsada por un artista multidisciplinar, Néstor Martín Fernández de la Torre. “Es necesario que hagamos de toda la vida una obra de arte”, afirmaba, y ello le sirvió para crear un modelo turístico que contemplaba la recuperación de las tradiciones populares para mostrar el tipismo en todas sus facetas; promover establecimientos en lugares emblemáticos para el turismo como el Parador de Tejeda o el Pueblo Canario (donde se encuentra el museo dedicado a su figura).

Hoy día, son muchos los alojamientos existentes en la Isla. Lujosos hoteles con spa junto al mar, con toda clase de comodidades y una calidad indiscutible, o pintorescos establecimientos rurales en entornos idílicos que nos arrastran a un pasado en el que el isleño creaba con mimo sus viviendas integradas en el medio natural, incluidas las casas-cueva que salpican la geografía insular, usadas como iglesias, restaurantes o comercios; un escenario troglodita sorprendente para el siglo XXI.

El sol y el buen clima de la Isla invitan a descansar y recuperar un aspecto saludable, pero también nos estimulan para pasear por las callejuelas de los pueblos del interior, con sus encantadores barrios de arquitectura doméstica de casas encaladas al unísono o de multicolores fachadas con bellos toques de cantería o balconadas que nos muestran el tránsito y adaptación de los diseños españoles a las ciudades de Hispanoamérica.

Entre los lugares emblemáticos de esta isla, no sólo encontraremos vistas y rincones hermosos para contemplar; también se abre al visitante un abanico de espacios para conocer la exuberante flora de la Macaronesia, en el Jardín Canario creado por Eric Sventenius; El Museo Canario, con su muestra de la misteriosa y sorprendente historia de Canarias; la Casa de Colón, con la recreación del paso del navegante por la Isla en sus viajes; la Casa Museo de Pérez Galdós, uno de los escritores españoles más importantes… y muchos otros museos y centros culturales que llenan la agenda de eventos todo el año y a los que se suman diversos festivales musicales, de teatro, cine, danza…Todo ello con una oferta gastronómica que va desde los productos frescos y sugerentes del mar y la tierra, acompañados de vinos y bebidas con sabor propio, junto a una carta de quesos cuya variedad no tiene parangón en ningún otro territorio de planeta, junto a la más cosmopolita representación de cocinas del mundo, ya que en Gran Canaria se abrieron los primeros restaurantes conocidos en España de Japón, Irán y otros países.

Una tradición internacional que se ha conformado a lo largo de los siglos y que fue descrita magistralmente por el poeta Tomás Morales en su poema ‘La calle de Triana’ (1919), al señalar que: "Todo aquí es extranjero: las celosas / gentes que van tras el negocio cuerdo: / las tiendas de los indios, prodigiosas, /y el Bank of British, de especial recuerdo... / Extranjero es el tráfico en la vía, / la flota, los talleres y la banca, / y la miss, que, al descenso del tranvía, / enseña la estirada media blanca...".

Descargar el artículo en pdf de la revista Ronda Iberia

martes, 1 de febrero de 2011

Canarias, 'refugio' de turistas perdidos

Dios Horus egipcio
La crisis del mundo árabe (Túnez, Argelia, Egipto, Jordania...) está favoreciendo la ocupación en Canarias. Numerosos turistas han cambiado sus planes para aprovechar sus días de descanso del frío invierno en un destino 'seguro', un 'refugio' para quienes no quieren ver masas en las calles exigiendo libertad o aeropuertos y hoteles sin el avituallamiento garantizado.
Hay quienes tiran voladores por la noticia (fuegos artificiales, para entendernos), porque tal como están las cosas por estas Islas Canarias, era necesario ver los aeropuertos y hoteles con bullicio de maletas y de europeos disfrutando de su destino 'refugio'.
Esto me lleva a insistir en mis reflexiones sobre la pérdida de identidad y la falta de proyecto que posicione las Islas como un destino con mayor valor añadido que el sol y la playa masificados que ahora mismo estamos ofertando. Una realidad que podrá comprobar cuando llegue junto al aluvión de turistas frustrados por su visita a la tierra de los faraones.
Por el contrario, algunos de los políticos responsables de nuestro sector turístico consideran que -sin desear problemas ni crisis a otros competidores- "esta es una de las situaciones en las que se ve que la estabilidad y la seguridad en un destino es clave para el desarrollo de esta industria". Yo creo que, al contrario, la estabilidad y seguridad forman parte de todo destino turístico y es cuando se pierde ésto (por incremento de delincuencia, problemas naturales, políticos, religiosos...) cuando el resto de destinos se benefician.
En este caso, el contagio en varios países del arco sur mediterráneo es lo que ha producido el desplazamiento hacia Canarias, pero un cliente desplazado necesita mucho más que refugio para no repudiar el sitio al que tuvo que ir por obligación. ¿Podremos superar sus expectativas? ¿Desearán volver o recomendarán nuestras Islas a otros compatriotas cuando regresen a sus países? Ese es el reto y no llenar al máximo los hoteles del Archipiélago.