Gráfica elaborada por Cristina del Río Fresen |
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Los hoteles, las playas y hasta el sol está vacío porque nadie toma su vitamina. Han tomado sus primeras vacaciones para que nos reencontremos con la brisa y la arena renovados. Una reapertura que se dará progresivamente a medida que confinemos al virus. Y nuestras islas tienen las mejores condiciones para lograrlo. “Quienes antes lo consigan y lo aseguren serán los que se situarán en una posición privilegiada en la recuperación de la actividad”, señala Cristina del Río Fresen, experta en turismo.
Los isleños visitaremos Corralejo, La Concha, Papagayo, Maspalomas, Teide, El Cedro, la playa de Santa Cruz de La Palma o El Verodal en exclusividad, por primera vez, tras haberlo compartido siempre con viajeros, desde 1492, incluso con los astronautas que también pisaron por primera y última vez la Luna en las misiones Apolo.
Volveremos a recorrer y reconocer las islas. Más cautos, pero más felices, porque esta crisis muestra la fuerza colectiva para defender a los que menos defensas tienen (una metáfora del abandono e insolidaridad que ha caracterizado a la especie). El trágico balance de personas quedará en la memoria, eternamente. Seres queridos contagiados por sus seres queridos. "La industria del Turismo ha sido siempre la Industria de la Hospitalidad, ha querido ser también la de las Experiencias de Felicidad, pero nunca como ahora está teniendo y en muchos casos demostrando que puede ser la de la Solidaridad en la Vitalidad", explica el consultor turístico Fernando Sáenz-Marrero.
Todos vimos cómo se originó y cómo se expandió por ciudades, continentes y el planeta. Supimos de sus efectos y velocidad. Pero reaccionamos tarde y mal. Hasta que el riesgo mutó en un contagio. Es nuevo, aunque lo vimos en las películas basadas en hechos reales esperados. Pero China, con 1.380.000.000 de habitantes ha controlado y extingue la pandemia, tras lo cual se blinda para evitar su retorno. La globalización ha mostrado su acción más preocupante, paralelamente al cambio climático que también forma parte de esta preocupación planetaria.
También hay una carrera -tristemente competitiva, no colaborativa- para crear una vacuna, tratamientos eficaces y el mayor esfuerzo en salud comunitaria de la Historia. Unas zonas se verán libres antes, para renacer poco a poco la confianza entre territorios más seguros. También los futuros turistas querrán más seguridad y liberarse de las máscaras para sentir el sol en sus cuerpos. Pero el territorio Shengen no será igual. Se irá implantando a medida que se ocupen los territorios que fueron sometidos por la pandemia. La moneda única se moverá mejor donde se active el tránsito de personas, y la logística ha demostrado ser el sector de mayor fortaleza en esta crisis con el caso inolvidable del papel higiénico que nunca se agotó. Las redes de transporte funcionaron en un territorio de islas bien comunicadas pero el Archipiélago se asegurará de no ser tan vulnerable. Un nuevo paradigma del hecho insular al cambiar el aislamiento geográfico por islas-fortaleza, protegidas de los peligros para (y de) la Humanidad.
Otro paradigma finiquitado es el protagonismo predominante o aislado de la empresa, ya que el turismo va a depender mucho más del conjunto concertado del destino para su comercialización. A las tres 'S' (sun, sand and sea) habrá que añadir una cuarta (safety). A lo mejor ya también security, aunque ya estaba aquí, ahora probablemente incluyendo el terrorismo o ataques biológicos. El turismo que resurja buscará destinos con garantías de limpieza e higienización de todo tipo de alojamientos, transportes, restauración, ocio y hasta las hamacas, con atención en recepción por vía telemática. Todo tendrá nuevos procesos y costos con la seguridad como prioridad. Sólo así podremos afrontar la crisis del modelo turístico que reabrirá con nuevas condiciones porque Gobierno y empresas deberán adaptarse al nuevo escenario. El viaje incluirá mayores controles de salida y llegada, ampliaciones del espacio entre pasajeros en el transporte y también en las hamacas, comedores, espectáculos... Incluso los amigos y familias temerán el abrazo porque es fuente del contagio.
“La reconstrucción del destino debe entenderse también en términos de resiliencia. entendida como la reorganización de la capacidad de todos los sistemas (infraestructuras, edificaciones, transportes, energéticos, comunicaciones, etc.) para funcionar y satisfacer las necesidades de los usuarios residentes y turistas, durante y después del fuerte impacto de peligros e incidentes naturales y ahora biológicos de origen incierto” explica Sáenz-Marrero.
Los establecimientos tendrán un importante papel, con excelentes profesionales, directivos y trabajadores que conocen a los clientes y sus necesidades. Tras el cierre total y repatriación de miles de clientes de los últimos días, hay que escuchar su opinión y compromiso para el nuevo escenario que vamos a crear. Pero las empresas tendrán que variar la estructura tradicional de departamentos de Ventas, Administración, Producción, Recursos Humanos y Marketing. Toca incorporar expertos en situaciones de crisis y reinventar el turismo. Es momento de renovar establecimientos y crear islas-fortaleza de seguridad para colgar el cartel de 'Libre de virus'.
Empresas y administraciones han de elaborar un plan para crear una frontera de seguridad, recuperar ese destino de salud que originó el turismo en Canarias. La movilidad será recuperada poco a poco y Canarias puede convertirse en referente mundial, pionero en seguridad e higiene. En el Gobierno de Canarias, hay un equipo experimentado, un tándem entre la promoción y un vice consejero de amplia trayectoria en la investigación y colaboración con empresas e instituciones. Pero no es tiempo de promoción. Hay que crear comunicación y confianza.
El turismo volverá. Por el clima, tradición, comodidad, actividades y un largo etcétera de ventajas. Aunque no vendrán los mismos y hemos de lograr que aumente su tiempo de estancia y gasto ¿no era eso lo que llevamos años pidiendo y persiguiendo?. Durante mucho tiempo habrá reducción en la capacidad de transporte. Pero los nórdicos, alemanes, británicos, sueñan con sus horas de oro (luz del Atlántico sonoro y la confortable suavidad solar todo el año) en Canarias, aunque tengan que venir con una certificación de vacunas desde libres de virus.
El viaje dependerá del interés de la demanda, que sólo funcionará con garantías, a pesar de la enorme flota de aviones parada en tierra, “pero nuestra ventaja competitiva histórica, ahora temporalmente volatilizada, debe ser revitalizada además de con calidad y seguridad, introduciendo de forma continua nuevas propuestas de valor a diseñar y desarrollar, a la altura del nuevo mundo por descubrir que se nos abre después del COVID-19”, afirma Sáenz Marrero. “Los destinos invencibles serán aquellos, que no dando nada por asegurado, abracen de forma sistemática el reto de, conservando la identidad diferencial de sus raíces, gestionar de forma innovadora sus adaptables modelos de atender a las corrientes de viajeros, que buscarán ir más allá de sus espacios cotidianos, de sus 'confinamientos' físicos o mentales, reales o virtuales”, concluye.
Tras superar el virus en el territorio, Cristina del Río imagina una hoja de ruta en la que “no se podrá abrir fronteras hasta comprobar que los emisores estén también libres de agentes patógenos. Se puede iniciar la actividad local sin turismo exterior. Pero, sobre todo, debe atenderse el diseño de un nuevo modelo de gestión de zonas turísticas con evaluación continua de amenazas y riesgos, controles de acceso al destino y concienciación y prevención”.
Las tareas a desarrollar mientras se mantenga a cuarentena territorial, deben promover el “análisis en destino, diseño de un plan de acción, sumar un soporte financiero público a la inversión prevista por los operadores, formación online y mantener el contacto con los mercados emisores” advierte Del Río. “En caso de que la cuarentena se haya levantado, se debe atender la renovación y readecuación de los establecimientos, implantar los protocolos de seguridad, mejoras del paisaje, formación del personal en idiomas, en servicios y la higiene exquisita, así como divulgar en los mercados emisores las medidas de mejora” señala.
Un segundo objetivo sería “incorporar con contundencia el nuevo atributo de la imagen turística de Canarias: transmitir la seguridad sanitaria y convertirla en una excelencia que nos distinga o certifique ante otros destinos. Tras estos pasos se procederá a la reapertura gradual de establecimientos y negocios turísticos, con un sistema de control de seguridad que se establece de forma definitiva, aunque surja una vacuna y se proceda a la reapertura gradual de fronteras. Esto supondrá que la gestión turística post-covid19 establecerá de forma permanente el aumento de controles en desplazamientos, el cambio de comportamientos y consumo turístico, pero aún así no podemos aventurar cómo afectará a la viabilidad de las líneas aéreas y la conectividad necesaria para los destinos turísticos. Podrá surgir otro virus y otra pandemia, no sabemos cuándo, pero Canarias estará preparada para no volver a sufrir sus efectos como en esta ocasión”, concluye Cristina del Río.