Álamo y Carmen Laforet |
De este interés de César por el folklore, y 76 años después de que ofreciera estas palabras ante la Junta de Turismo en su célebre discurso ‘Habla Néstor’, vemos que hay una situación distinta, pero no halagüeña. Por un lado, el ‘arte popular’ sigue ausente de los programas oficiales, tal es la ausencia del timple de las enseñanzas de nuestros Conservatorios, acontecimiento que esperemos que pueda ser testigo uno de los grandes intérpretes de la música en Canarias, Totoyo Millares. Otro gran desafío es poder conseguir que el sector turístico recupere a los cientos de músicos canarios, así como los numerosos espectáculos de música y baile canarios que se ofrecían –con gran satisfacción por los turistas- en hoteles y establecimientos alojativos. Hoy día, no queda un solo músico canario trabajando para la empresa que monopoliza los espectáculos en los hoteles ubicados en las islas, donde ofrecen espectáculos musicales interpretados por músicos de los países del Este de Europa, así como surafricanos. Lo de las irregularidades fiscales o a la Seguridad Social de la empresa (y su entramado de nombres) queda para otra ocasión.
Así como en Néstor tuvimos el gran visionario del turismo –que no el único-, inmediatamente después encontramos otro gran personaje, también llamado Néstor pero apellidado Álamo. De sus obras de indagación histórica, su interés por el pasado, su participación activa en la rehabilitación de edificios y, sobre todo la Casa Museo de Colón, hablaremos en otro momento, ya que aquí lo vamos a aprovechar como excusa para hablar de la música y el turismo. Muchas composiciones tiene Néstor Álamo, pero me voy a limitar a hablar de Sombra del Nublo, compendio de características turísticas puestas en valor por la propaganda desde su creación (1935) hasta hoy día por la propaganda turística, al señalar que se trata de “símbolo musical (de la isla) y exponente de canariedad”. Y es que es un compendio de valores paisajísticos y ensoñaciones, tales como el altar sobre unas cumbres en las que se unen las nieves y el sol, recuerdos de la tierra guanche y lugar donde se nace, vive y ama, entre el fuego y la lava junto al mar.
Si este tema refleja una visión de la isla muy sugerente para el turista, mucho más explícito es el compuesto por José María Millares Sall que con el título ‘De belingo’ nos encontramos con una verdadera antología del destino turístico, empezando por la inglesa soñadora como actor de una historia en la que el paisaje y el clima (el cielo azul a todas horas) se une a la historia con el guanche y la gastronomía a través del mojo picón. Para terminar con la fidelización del turista al “dejarse aquí el corazón”.
Se podría tratar de otros muchos aspectos, a través de la música, pero es indudable que los dos Néstor (sin olvidar a los transmisores de las tradiciones, los creadores de los grupos como Gofiones, y otros compositores de la talla de Sindo Saavedra, Pancho Guerra…) dieron un giro importante al folklore al contemplarlo como un elemento vinculado al destino turístico de Canarias, como no podría ser de otra manera y, además, de forma muy destacada en comparación con las referencias musicales de otros territorios, al ser un lugar de tránsito entre continentes y refugio de grandes músicos e intérpretes: Camille Saint Saëns, Alberto Dogliotti, Luis Vecchio... Y, en particular, de la figura de Alfredo Kraus.
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