martes, 26 de julio de 2011

Un libro para evidenciar los fracasos de la planificación turística

Portada del libro
Acabo de finalizar la lectura del libro ‘Condicionantes de la competitividad turística grancanaria’, cuyo autor es Antonio Garzón Beckmann, a quien tengo el honor de conocer personalmente, así como a su padre, Daniel Garzón Luna, profesional del turismo que no se ha mantenido al margen, al poner en evidencia las incongruencias de un sector que ha estado en manos de caprichosos intereses políticos y carecer de un sector empresarial local con un mínimo de unión para defender sus intereses y plantear una estrategia de presente y futuro, a medio y largo plazo.

Llevo muchos años a la caza de libros, estudios, folletos y artículos que aporten luz a nuestra principal actividad económica –la locomotora- de Canarias, el turismo. Y lo cierto es que hay poco material, demasiado poco para la importancia que tiene para nosotros. Incluso podríamos hablar de épocas de absoluto silencio. No es así con la publicación de revistas y prensa especializada (como los numerosos ejemplares de Canarias Turista entre 1910 y 1930) o los 41 números de la revista Isla (entre 1946 y 1969) o inmediatamente después las voluminosas y cargadas de publicidad bajo el nombre de Costa Canaria. Si a estas publicaciones les añadimos los numerosos libros, folletos y publicaciones en forma de guías… Una ingente y cuantiosa obra que habla del turismo en Canarias y que apenas profundiza sobre este sector.

La obra de Garzón Beckmann surge en un momento en el que se está formando un ámbito de opinión, debate e ideas muy importante para el turismo en Canarias. Tanto desde los profesionales del sector (más concienciados y valorados), como los empresarios (con un papel protagonista del capital canario) y las instituciones políticas (ya no es ‘María’ el Turismo), parece que se están dando pasos hacia un serio y riguroso tratamiento de la actividad turística, incluyendo un cierto apoyo (en recuperación) de la sociedad civil.

Decíamos que hay pocos trabajos sobre el turismo en las Islas, pero el libro de Antonio Garzón no es un libro más sobre Turismo en Canarias. Por el contrario, es un excelente análisis del gran fracaso de la planificación inadecuada, de la falta de comunicación y consenso, de la inexistencia de un plan estratégico, del triunfo de los miedos, fobias, frustraciones y de la ignorancia que ponen en grave peligro la supervivencia del turismo en Canarias y, por ende, su principal fuente de riqueza actual y a medio y largo plazo.

El libro de Garzón Beckmann es para leerlo despacio, tomar nota y discutirlo públicamente. Reconocer los errores y abrir las ventanas de las cuestiones que pone sobre la mesa para el debate. También es una obra que permite avanzar en aquellos aspectos que no profundiza, al tener un sesgo muy centrado en el aspecto alojativo, si bien deja entrever claramente que el modelo turístico de Canarias –en particular de Gran Canaria- precisa un replanteamiento que pueda posicionar la Isla como un destino con excelentes referencias (históricas) para el turista de sol y playa, pero con nuevos productos que puedan ser tan importantes (o casi) para atraer turistas que consuman y que vengan en cualquier temporada y con atractivos para todos los perfiles de usuario (el llamado familiar, donde tenemos el mayor déficit).

No se trata de un libro que pueda ‘despacharse’ en un artículo, sino más bien capítulo a capítulo. Por ello, hablaré con el autor y amigo para ver si está conforme en que su obra pueda ser profundizada públicamente y colaborativamente para así poder contribuir en la segunda y necesaria edición de este libro. Un trabajo que es fundamental analizar, aportar ideas y argumentos, dar a conocer y exigir mayor responsabilidad a los agentes que intervienen en el Turismo, ya que en ello nos va el presente y el futuro de este territorio insular.

domingo, 17 de julio de 2011

La rehabilitación turística no basta, necesitamos un Plan de Reconversión

Costa Teguise
La foto actual de Canarias –en particular de Gran Canaria- es inquietante, con oscuros nubarrones sobre un territorio con pinceladas de devastación junto a imágenes idílicas de un pasado y presente de este paraíso de leyenda: Mayor nivel de paro de España, los salarios más bajos, diáspora de la ‘generación más preparada de nuestra historia’, marginalidad…

Este retrato del momento actual contrasta con la realidad de hace apenas tres o cuatro años, cuando el desempleo se reducía a un tercio del índice actual (aunque siempre por encima de la media española). Y es que partimos de una situación que combina el hecho insular con su realidad colonial/periférica histórica y presente. Un colonialismo que tiene su origen en la ocupación y apropiación del territorio y sus habitantes, convertidos en mercancía humana, y que se extiende a lo largo de los siglos hasta que hace poco más de dos décadas, cuando las islas asumen un autogobierno ultraperiférico con una sociedad atrasada, sin apenas infraestructuras, con el nivel más elevado de analfabetismo del Estado y con la herencia de una estructura administrativa, económica y cultural ultracentralista.

Los éxitos y logros de la economía canaria a lo largo de su historia permitieron –cíclicamente- obtener importantes beneficios para los intereses foráneos, sin tener en cuenta la necesidad de estrategias para que estas Islas pudieran tener recursos suficientes con los que garantizar el mantenimiento de su población y su competitividad. Por el contrario, sólo interesaba obtener las rentas inmediatas y las divisas que pudieran entrar por Canarias, tanto en su sector primario como posteriormente en su turismo. En esto estábamos cuando surgió el turismo de masas y el cambio político, con una sociedad que rápidamente se benefició de las rentas, pero que no llegó a planificar ni tener el control sobre el sector turístico porque apenas existían capitales locales para ello. De ahí que fueran empresas peninsulares y fondos germánicos liberados por la Ley Strauss, o inversores nórdicos. De ahí que el turoperador asumiera tempranamente la dirección de marketing del destino canario (estudios de mercado, política de precios, definición del producto en su catálogo, política de imagen y de comunicación, etc).

Hoy día, el escenario es distinto. Hay capital canario invertido en grandes grupos turísticos (incluso en turoperadores), pero Canarias sigue viviendo del sol & playa en exclusiva, gracias a su clima y a su proximidad a Europa. Y nada más… Y sol y playa es una combinación que se da en muchas partes del mundo. Demasiadas.

Por ello, por ese monocultivo turístico, no estamos exentos de amenazas: que si hay más competencia de sol & playa con precios más bajos; que si perdemos atractivo por la ‘madurez’ de las zonas turísticas más que amortizadas, abandonadas; que si la naturaleza lanza las cenizas de un volcán islandés y paraliza el tráfico aéreo (y el turoperador reduce unilateralmente sus pagos por esas pérdidas); que si el cambio climático afecta a nuestras playas e incrementa el número de días de siroco con el paisaje cafényleche; que si los combustibles sólidos se van a acabar y se encarecerán los transportes aéreos; que los controladores aéreos o los limpiadores de aeropuertos se ponen en huelga (o de baja colectiva)… etc…

En este escenario, la pregunta es obvia ¿tenemos futuro?  Está claro que todo es ponerse: que si la biotecnología (aunque sea con un apoyo más que simbólico), el liderazgo de los puertos en carga (aunque el millón de TEUs de La Luz no llegue ni por asomo al tráfico de Algeciras, por citar uno, o nos enfrentemos a la competencia de los puertos marroquíes); perdimos nuestro papel como centro de capturas y distribución de la pesca del banco canario-sahariano; tenemos una agricultura que sobrevive gracias a las subvenciones de la UE; nos enredamos sobre qué hacer con el petróleo en nuestras costas (aunque el beneficio se lo lleve otro o nosotros rechacemos su explotación por el impacto sobre nuestras islas); o un futuro como centro financiero; o que cambien las tornas y nuestro territorio vecino deje de ser un Magreb pobre y en conflicto…

Encima de no tener claro otro escenario económico, estamos junto a una de las zonas más pobres del planeta y en conflicto latente, gracias a la política española y su vergonzosa huída del Sahara, incumpliendo las recomendaciones de la ONU y sin importarle lo que supondría para Canarias la inestabilidad en la zona.
Pues sí, siendo realistas, si falla el turismo en el momento actual viviremos una terrible catástrofe, porque la situación actual con un 28,52% de parados es la antesala del desastre. Y si no hacemos nada, el futuro llega mañana o pasado y convertirá este jardín de las Hespérides en un polvorín.

Todos coinciden: el modelo ha de cambiar. ¿Pero qué hacemos para conseguirlo? Se nos venden planes de rehabilitación, consorcios, planes de modernización y de dinamización… En definitiva, labores de adecentamiento, chapa y pintura. Fondos escasos para prolongar unos años la agonía y decadencia de los enclaves turísticos. Un acuerdo entre metrópoli y ultraperiferia para que todo siga igual que antes, cuando todos sabemos que ya nada es igual al pasado reciente.

Insisto en lo de la condición de Canarias como ultraperiferia, ya que en escasas ocasiones se ha apostado (como el caso de Manuel Fraga, y luego lo explico) por Canarias como un lugar donde el Estado apueste por su liderazgo mundial en turismo. Quizás porque teman que pensemos que somos capaces de autogobernarnos si nuestros recursos nos lo permiten. Y, sí, digo liderazgo porque nunca nos han apoyado para ir más allá del sol y playa, con ofertas que nos posicionen como destino único, o para ser sede de eventos internacionales (y veremos qué hacen con la propuesta de la Expo Canarias 2023), mientras otras ciudades españolas potencian -con recursos de todos- sus infraestructuras y su marca internacionalmente.

Tampoco se nos ofrece superar nuestra dramática situación laboral con una reconversión como las industriales en los setenta o de los ochenta (que se pagaron con dinero canario también). Ni se impulsó un INI turístico que facilitara la continua renovación de la planta alojativa y el impulso de oferta complementaria que pudiera situarse al mismo nivel que la marca Canarias o Gran Canaria a la hora de identificar el destino por parte de los potenciales turistas (ya he comentado que Eurodisney ha tenido 150 millones de visitantes entre 1992 y 2010, lo que contrasta por cinco mil habitaciones hoteleras en comparación con Gran Canaria, por ejemplo, con sus 65.500 camas hoteleras).

En resumen, con el escaso dinero que aporta el Estado para apoyar la industria que está tirando de la economía canaria, apenas podemos realizar unos arreglos que no garantizan el rejuvenecimiento del destino, con una oferta de ocio complementario pobre y en declive, con el desarrollo de productos turísticos incompletos, sin innovación, intervencionismo inadecuado (moratorias, planes insulares…), con infraestructuras anticuadas e insuficientes, pero no garantiza nada el futuro frente a competidores más modernos y baratos, ni evitará las repercusiones económicas, sociales y estructurales del declive de Canarias como destino turístico.

La rehabilitación o modernización, con escasos recursos y sin plan estratégico, es insuficiente. Hay que ser más contundente, como señaló el subdirector de Air Berlin, Pablo Caspers: “Hay cosas que no se pueden adaptar, sino que es necesario tirar y volver a construir. Es difícil competir con hardware antiguo y Canarias, si no pone remedio, pude perder cuota”.

Con una apuesta decidida de RECONVERSIÓN y MEJORA PERMANENTE, podríamos desarrollar la estrategia de futuro del nuevo destino. Podríamos abordar expropiaciones de camas que han salido del mercado y se encuentran en lugares de extraordinario valor para el turismo. Podríamos revertir ese suelo expropiado (recuperar el gasto realizado) para proyectos de establecimientos de gran calidad, parques temáticos innovadores y otros (a través de concursos o subastas). Podríamos lanzar hitos que sean símbolos internacionales, como ha sido el Guggenheim para Bilbao (sin que con esto pretenda decir que lo copiemos o que volvamos a caer en aumentar el número de museos, que eso no es lo que busca el turista).
En definitiva:
  • Tenemos que exigir al Estado financiación suficiente para un plan que permita reconvertir el destino turístico, no para arreglar aceras y fachadas.
  • Tenemos que impulsar una estrategia desde Canarias, ya que nosotros sabemos quiénes somos y quiénes son los turistas. Lo hemos aprendido de nuestros bisabuelos, abuelos, padres y lo llevamos en nuestra sangre, en el Adn (“el trabajador canario lleva la hospitalidad en la sangre”, Bjorn Lyng. La Provincia 14/10/1999).
  • Tenemos que ser líderes, creerlo también. Somos el destino (en especial Gran Canaria) que tiene la mayor fidelización en Europa… Pero podemos aprovechar las fortalezas para potenciar el liderazgo europeo en turismo de sol, playa, bienestar y ocio.
  • Y tenemos que aprender de los líderes turísticos en el mundo. Porque estamos todo el día recordando que nuestros históricos enclaves turísticos son maduros u obsoletos y tan sólo tienen cincuenta años o menos. ¿Y Las Vegas, con 39 millones de turistas al año? ¿después de ochenta años? ¿No envejece?
  • Tenemos que revisar las normas que nos ahogan y nos hemos impuesto, como la Moratoria, que según la isla que se trate ha sido negativa o una catástrofe.
  • Tenemos que defender el paisaje y el paisanaje, pero con la convicción y no sólo con la norma administrativa arbitraria (“si no crecemos respetando el medio ambiente, la tortilla podría volverse manchando al cocinero”, Bjorn Lyng).
Tenemos que… Tantas cosas que podemos hacer… ¿Por qué no nos atrevemos? ¿Por qué nos conformamos con las migajas de las reconversiones realizadas en este país? ¿Por qué invertimos más en aumentar los aeropuertos y no en reconvertir los destinos turísticos para que vengan los pasajeros que todavía caben en esos aeropuertos…?

PD: tal como dije más arriba, es de destacar el papel de Manuel Fraga, quien apostó atraer inversión, la creación de infraestructuras, los paradores… Errores aparte, las inversiones de su etapa como ministro de Turismo sí que supusieron una reconversión para Canarias.

domingo, 10 de julio de 2011

Paisaje, paisaje, paisaje: ¡Paisaje!

'Paisaje' de un centro comercial
El turismo es la ‘sangre’ de nuestra economía. Un sector que hizo que el atraso económico y social de Canarias pudiera ser superado en apenas tres décadas, pasando de un 60% de renta en Canarias respecto a la media nacional al 98% en los años dos mil para caer nuevamente al 89% en la última década a causa del deterioro del sector turístico, tanto por las distorsiones provocadas por la moratoria y otras medidas (cada isla tiene sus peculiaridades) como por el propio agotamiento o madurez de los destinos. Este es el escenario que plantea el gerente del Consorcio de Rehabilitación de Maspalomas, Rafael Molina Petit, quien critica el desamor que se ha establecido entre las Islas con el turismo, del cual “buscando culpables” cita entre otros el papel secundario del área de turismo en las distintas administraciones y el escaso presupuesto que se ha asignado a esta área por parte de dichas administraciones.

En este sentido, Molina Petit (en la última jornada del curso Re-Crear el turismo. 50 años de Maspalomas Costa Canaria, que se celebró en la Universidad de Verano de Maspalomas) quiso reconocer públicamente el papel protagonista que ha dado Paulino Rivero a este sector en sus gabinetes, principalmente tras la ruptura del pacto con el PP.

El responsable del Consorcio recordó los diversos estudios y encuestas que recogen lo que piensa el canario del turista y lo que piensa el turista de Canarias, para destacar que el canario tiene el alma dividida por el fenómeno turístico, al reconocer su importancia pero critica la ocupación de las playas, la señalización en alemán u otro idioma o la idea de que se puede vivir de otros sectores y que no se debe poner “todos los huevos en la misma cesta” para preguntarse qué podemos hacer si somos excelentes en el turismo y estamos obligados a continuar siéndolo. Este “darle a todo” es propio de las autarquías, pero hemos de ser excelentes en lo que tenemos y dominamos.

Molina Petit reconoció que hubo una gran preocupación social por el enorme impacto que se producía en los años ochenta con las numerosas obras –y los casos de corrupción que se denunciaban- que daban la sensación de que la costa se llenaba de cemento. Esa situación dio lugar a una reacción en contra que hizo que entráramos en un círculo de no al turismo que llevó a una situación de inflexión a nuestra industria, nuestra oferta y nuestra economía. Esta situación ha dado lugar a un importante deterioro del sector, cuando todos coincidimos en estos momentos que el turismo puede sacarnos de la crisis. En este sentido, destacó que la Organización Mundial del Turismo ha publicado datos que señalan que el turismo en el mundo crece a un ritmo del 4% anual, en Canarias la evolución es en sentido negativo y ha perdido el 16% en los últimos años. Un ejemplo de este retroceso es que los hoteles no se amortizan como antes, con apenas unos cuatro años de explotación. O que las grandes cadenas no compran en Canarias y se van a otros destinos, y las que se quedan es porque no pueden vender sus establecimientos porque nadie los compra…

Para cambiar esta tendencia se han puesto en marcha iniciativas como el Consorcio, pero este ente necesita un compromiso decidido y una colaboración estrecha entre el sector público y la empresa. Relató los pasos y trabajos puestos en marcha por el Consorcio tras varios años de frustrante gestación (por la falta de entendimiento político) lo que retrasará el horizonte de las iniciativas hasta el 2018, con intervenciones fundamentales en Maspalomas, la ‘joya de la corona’ cuya salvación significa muchísimo para el destino, así como la búsqueda de soluciones a los centros comerciales y motivar a la inversión privada, mediante la búsqueda de mayor atractivo y agilidad en estas inversiones, por lo que comentó “el Consorcio tendrá sentido cuando concite normas y la ventanilla única que coordine a las administraciones y se pueda facilitar la realización de grandes proyectos. Una dirección muy complicada pero ha de ser el futuro para poder atraer inversiones”. Para ello, añadió, el sector privado ha de estar presente en el Consorcio con voz y voto.

Si bien el Consorcio actúa en la zona turística de San Bartolomé, otra iniciativa colaborará con el Consorcio, Gesplan, con su Plan de Modernización de Infraestructuras Turísticas, que actualmente desarrolla en Puerto del Carmen, Costa Teguise, Morro Jable y Corralejo. Ya están en marcha trabajos en otros cuatro destinos y continuará hasta cubrir todos los destinos turísticos de Canarias.

El director de Gesplan, Rafael Castellano, destacó que Canarias necesita hacer una apuesta por rehabilitar los destinos turísticos. Una actuación que no sea de intervenciones aisladas, como cambios de cables, arreglo de una avenida o construcción de un auditorio o una plaza. “Se tiene que actuar sobre el conjunto, sobre su imagen global”. En este sentido, Castellano recordó que vendemos el paraíso (que lo hay) pero hay otra realidad que muestra numerosos problemas. Así, recordó que la administración ha gastado muchísimo dinero en planes que no han dado respuesta a la rehabilitación y que ha sido posible gracias a la ley 6/2009 poner en marcha los planes de modernización para aumentar la competitividad; los incentivos a la renovación y sustitución; así como la abreviación de los procedimientos, que ha permitido que los planes puedan estar en un año tramitados y en vigor.

Para el desarrollo de estos planes se realizan estudios completos y al detalle, así como encuestas entre turistas, residentes y empresarios. Todo ello da lugar a una realidad de percepción bastante negativa, pero también reflejada en la sangría de camas turísticas que salen del mercado, ocasionando un problema mucho más grave para el turismo en Canarias, la residencialización de zonas concebidas para la industria turística, como es el caso de Puerto del Carmen, donde se ha pasado de 25000 camas turísticas a 19.300: un veinte por ciento menos, con lo que supone este cambio de aparición de oferta ilegal o de ciudadanos que residen en complejos sin los equipamientos adecuados.

Castellano culminó su intervención señalando que es necesario actuar en todo el destino, ya que “la oferta alojativa facilita la venta del destino y la oferta complementaria fideliza”. Por ello se lleva a cabo también un plan de innovación y dinamización de estos destinos, para completar el Plan de Modernización de Infraestructuras.

Acto seguido, los conferenciantes participaron en un coloquio en el que intervinieron también el consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, Melchor Camón, quien resaltó el papel protagonista que tiene el turismo para el actual grupo de gobierno en el Cabildo, al ser el presidente insular quien ostenta la presidencia del Patronato de Turismo. Un Patronato que pretende impulsar decididamente el sector y contar con profesionales en su consejo asesor, al incorporar a varios destacados empresarios como Andrés Melián, Nicolás Villalobos y Eustasio López.

Ramón Suárez, nuevo concejal de Turismo en San Bartolomé de Tirajana, declaró su apoyo decidido al desarrollo de las actuaciones de modernización y rehabilitación, pero también planteó como iniciativas inmediatas la organización de actos que conmemoren un hito histórico que marcó Maspalomas, como fue el concurso que dio lugar a su creación hace 50 años y el apoyo a la formación y el debate sobre el turismo, tanto a través de la Universidad de Verano como con la creación de un Foro Maspalomas.

Isidro Ramos, un veterano guía turístico, puso en tensión a los asistentes al guiarlos a través de la ruta de la autopista desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Maspalomas, con la secuencia de escombros, suciedad y abandono que puede contemplar el turista al llegar a su destino vacacional. Así, culminó su intervención repitiendo numerosas veces la palabra paisaje, paisaje, paisaje… para cuya mejora reclamó un plan de actuación por parte de las administraciones que, además, permitiría dar trabajo a numerosas personas.

También intervino el representante del cluster de turismo de Canarias, Edu William, quien explicó cómo se ha desarrollado la plataforma y que ésta es necesaria y ha propiciado la conexión entre numerosos profesionales y emprendedores, lo que servirá para actuar como una comunidad.

viernes, 8 de julio de 2011

El año que cambió el turismo que llega a Gran Canaria

Aeropuerto grancanario
El título puede chocarnos y hasta preocuparnos, pero es la realidad. Un taxista o un guagüero es la primera persona de la Isla que contacta con el turista y, también, la última. Es el que abre la puerta del destino de unas vacaciones deseadas y en las que el turista ha puesto enormes expectativas, pero también es el último acompañante desde el lugar de vacaciones hasta el aeropuerto. La persona que le despide. Y… ¿qué hacemos para que estas personas logren que el turista tenga una primera y última impresión grata y que les deje un recuerdo que les invite a volver? Como dicen los expertos en gastronomía, un buen postre te endulza una mala comida, pero un mal postre te puede amargar un excelente banquete…

Este aspecto, tan evidente es una de las advertencias lanzadas por la consultora especializada en turismo, Cristina del Río Freisen, durante su conferencia en la Universidad de Verano de Maspalomas, dentro del curso Re-Crear el turismo en Canarias. 50 años del Concurso Internacional de Ideas Maspalomas Costa Canaria.

Cristina del Río realizó una minuciosa radiografía del turista que viene a Gran Canaria, su evolución y transformación (profunda y sorprendente) en los últimos quince años, así como anticipó algunas de las claves que podrían darse en los próximos años.

Una cuestión fundamental (en Gran Canaria, no en otras islas) es el aumento del turismo nórdico (daneses, suecos y noruegos), lo que ha permitido incrementar el gasto medio por turista, así como ha propiciado que se mantenga una estancia media en la isla de unos once días por turista, gracias a éstos y a los germánicos. Sin embargo, también se ha producido un enorme aumento de la estacionalidad, quedando los meses de verano con una demanda muy reducida y, a juicio de la especialista, con la necesidad de replantearse si vale la pena mantener abiertos los establecimientos a pérdida o para competir en precios con los establecimientos de la isla y perjudicarse unos a otros. Cristina del Río aboga por buscar otras actividades como la rehabilitación o incluso plantearse otros usos para parte de la planta alojativa, mediante una decisión unilateral o pactada entre los empresarios del sector.

El turista llegado en 2010 se divide en una tarta casi a partes iguales entre nórdicos, germánicos y angloparlantes, con el resto repartido entre holandeses, españoles y otros. Dos años antes, los nórdicos se habían convertido en uno de los grupos de visitantes menos significativos en un proceso decadente de más de quince años, cuando había sido el principal tipo de turistas que llegaba a Gran Canaria desde los años cincuenta hasta casi finales del siglo veinte.

Además de este sorprentende y drástico cambio, explicó que más del 60% son funcionarios o empresarios y ejecutivos, de edad superior a los 40 años y mayoritariamente en parejas, (sólo el 19% viene con hijos por la falta de atractivo del destino para turismo familiar y las transformaciones de la sociedad: “cada vez hay menos padres con muchos hijos y más hijos con muchos padres”).

Otro aspecto destacado es que Gran Canaria es el principal destino en el mundo donde se produce el mayor grado de fidelización del turista, con porcentajes de reincidencia de tres veces en más del setenta por ciento, con un altísimo porcentaje que repite muchas más veces. Lo cual confirma que están a gusto con su destino y lo recomiendan a sus amigos y familiares. De hecho, el nivel de satisfacción supera el 80% (entre los que consideran como buena y muy buena su experiencia vacacional), el mayor índice en España. ¿Y qué es lo que piden?: buen tiempo, playas cuidadas y descanso. ¿Qué es lo que consideran que falta?: una oferta más atractiva de ocio complementario y dedicada a la familia.

Sobre el futuro, los cambios enormes producidos en los últimos años seguirán, así como se asoma una gran transformación del tipo de visitantes según se vaya transformando la pirámide poblacional de los países emisores, donde la población de más de cincuenta años va a suponer el principal cliente… Según estas estimaciones.

Por su parte, el catedrático Carmel León explicó las características del negocio turístico y la necesidad de apostar por la competitividad y la sostenibilidad. León insistió en que el cincuenta aniversario de Maspalomas Costa Canaria indica que muchas de las inversiones realizadas en este destino hace años que fueron amortizadas y que precisan de una profunda transformación. No basta con cambiar muebles, arreglar la piscina o poner un jacuzzi… Hay que reconvertir y apostar por los productos que demanda el cambiante negocio de esta industria.

El ponente resaltó que “Si hiciéramos el símil con otros países, si Canarias fuera independiente, figuraría entre los veinte primeros países del mundo en visitas y negocio turístico”. Si bien también destacó los malos datos económicos (paro, principalmente) y la baja productividad de los trabajadores isleños, por lo que insistió en la necesidad de apostar por la innovación.

Asimismo, comentó las dificultades que está teniendo el sector con las normativas y la gran presión poblacional residencial, frente al mito de que es la presión turística sobre el territorio la que está provocando graves distorsiones.

Tras estas intervenciones se celebró un coloquio en el que participaron también el director de Edei Consultores, Fernando Sáenz, quien criticó duramente la “militarización” de la ordenación territorial, “a golpe de Boletín Oficial y no mediante el diálogo y escuchando a los interlocutores del sector y a los empresarios”. Sáenz recordó que estamos ante una realidad que nos sitúa como uno de los nodos más importantes del turismo en el planeta, pero planteó evitar la ‘pepebenaventización’ populachera y mediocre del destino. También señaló que estas actuaciones sobre el sector turístico lo dejan encallado o encanallado, al estar todos a la espera de ver si sube la cifra de pasajeros o de precios para volver a mantener la senda anterior “cuando la realidad es que ya nunca podremos volver al mismo sitio porque todo ha cambiado profundamente”.

Por último, intervino la profesora Margaret Hart, quien resaltó que tras cincuenta años seguimos con el mismo producto, que es el paquete turístico como si no nos enteráramos de que estamos en la era de las comunicaciones. “Pasamos gracias al turismo en muy poco tiempo del tercer al primer mundo y tenemos un buen producto, pero ¿lo controlamos? ¿Tenemos su rentabilidad?... Hart retomó el símil de los cincuenta años para señalar que un hombre o mujer de cincuenta años ya tiene que trabajar más sus encantos para volver a enamorar. Pero se puede, así como instó a plantear todo desde actitudes positivas y “dejar de ser una hora menos para ser una hora más, así como no rechazar que seamos españoles o europeos, ya que tenemos que ser algo…”

Uno de los asistentes al curso planteó por qué no asistían empresarios turísticos a las conferencias o los colquios…

jueves, 7 de julio de 2011

Maspalomas Costa Canaria. Morir de éxito

Poblado de San Fernando (M. de la Peña)
Pedro Franco, presidente de la Asociación de Amigos de Maspalomas, José Luis Gago Vaquero, arquitecto y académico de Bellas Artes, comisario de numerosas exposiciones sobre arquitectura en Canarias (Miguel Martín Fernández de la Torre o Manuel de la Peña, entre otros) y Ulises Medina (colaborador del arquitecto Manuel de la Peña), desentrañaron en la Universidad de Verano de Maspalomas los orígenes, desarrollo y situación actual de uno de los principales centros turísticos de España.

Son muchos los temas que se trataron, por lo que intentaré centrarme en algunos, aunque siento que las intervenciones de los participantes merecen ser divulgadas por completo para que el lector pueda disfrutar de unos conocimientos que, a mi parecer, son muy importantes y enriquecedores.

De Pedro Franco cabe señalar la extensa y detallada explicación del entorno e historia de Maspalomas, un lugar que forma parte de dos hitos de trascendencia planetaria: el paso de Colón por las Islas en sus viajes a América, y la participación de las instalaciones espaciales en la zona para recibir el mensaje de los astronautas que realizaron el primer alunizaje tripulado al satélite terrestre: “Un pequeño paso para el hombre pero un gran salto para la humanidad”. El mensaje llegó primero a Maspalomas, el lugar paradisíaco que todos los canarios valoraban y que se convertiría en el icono para numerosos equipos de arquitectos que participaron en el concurso internacional de ideas convocado por la asociación internacional de arquitectos, la AUI.

Tras el recorrido histórico por el extraordinario enclave sureño, Pedro Franco se refirió a sus habitantes, a una sociedad que vivió en la penuria hasta los años sesenta del siglo pasado, pero que ahora se enfrenta a difíciles retos, pero que conserva todavía unos recursos y un espíritu de trabajo y de ilusión que les permitirá superar las dificultades, con una visión idílica del atardecer sobre el faro de Maspalomas como icono de un enclave único en el mundo.

José Luis Gago hizo una amplia exposición sobre Manuel de la Peña, uno de los arquitectos más destacados de la historia de Canarias y, sin embargo, apenas conocido y divulgado por los isleños. A su juicio, la contribución de Peña es tan original y atractiva como para convertirse en referente de estudio y de imagen de marca del destino turístico, tal como hace Miami con algunas de sus construcciones emblemáticas. De hecho, dos obras que supusieron el inicio de toda la aventura de Maspalomas, el restaurante La Rotonda y la iglesia y grupo de viviendas de El Tablero, hoy día no existen.

Gago defiende que Peña realizó una arquitectura acorde con el territorio, adaptada a su clima y su paisaje, anticipando lo que hoy se denomina vivienda bioclimática. Una arquitectura que ahorraba territorio y recursos energéticos, lo que condujo al éxito al destino turístico, un éxito que fue inmediato, capaz de superar cualquier previsión y desbordar al sector en apenas cuatro años.

Las construcciones se anticiparon –hace 50 años- a lo que se denomina hoy arquitectura bioclimática, e incorporaron a los diversos artistas canarios que fueron amigos personales de Peña y sus colaboradores: Millares, Chirino, Manrique, Padorno, Josefina Betancor… todo ello con el apoyo y complicidad del conde de la Vega Grande. Eran los momentos en los que la familia condal había lanzado un concurso internacional de ideas a través de la Asociación Internacional de Arquitectos (AUI), para desarrollar un proyecto local, fundado en la visión y análisis de la arquitectura local, para crear interesantes modelos que superaron las dificultades y falta de visión productiva del proyecto presentado por el equipo SETAP que ganó el citado concurso.

De la Peña convierte el turismo en un negocio productivo para el sur, con una industria que no precisa más que de sol y playa, junto a una ordenación y uso adecuado del territorio. Gago Vaquero aboga por rescatar y difundir la obra de Peña y convertirlo en icono arquitectónico como referente de Maspalomas para quienes visitan el citado centro turístico.

Tras desvelar las diferencias entre el proyecto de Setap, que consideró condenado al fracaso y con elementos peregrinos dentro del territorio como un teleférico que atravesaría las dunas para transportar clientes desde las urbanizaciones hasta la playa, Gago Vaquero concluyó que de no ser por Peña, Maspalomas habría fracasado con un proyecto pensado para un territorio de 17 kilómetros de costa y más de veinte millones de metros cuadrados donde los ganadores del concurso contemplaban una serie de pequeños núcleos que en total podrían acoger apenas unos 500 turistas.

Ulises Medina recordó con nombres y anécdotas todos estos hechos, así como señaló que gran parte del éxito se debió a que en aquellos primeros pasos el control estaba en manos de una comisión de urbanismo local que estaba presidida por Marcial Franco (entonces mayordomo de la familia del Conde) y otros técnicos que permitían regular el desarrollo de un territorio virgen con criterios de sostenibilidad “hasta que el Ayuntamiento de San Bartolomé cumplió la ‘mayoría de edad’ y se hizo independiente de aquellos que trabajábamos en el desarrollo turístico. Eso dio lugar al despido de todos los miembros de la citada comisión –que realizaba sus trabajos gratis-, para designar responsables políticos, contratar funcionarios y para iniciar drásticos cambios de uso de parcelas y construcciones, siendo la primera la de un bungalow que se transformó en restaurantes (propiedad de un concejal), o construcciones de tres o cuatro plantas que se prolongaban por el desnivel para sumar otras ocho o más plantas.

“Nosotros construíamos con máximo cuidado del detalle, del entorno y de los elementos que se encontraban en el lugar. Un apartamento tenía sesenta metros o más, para que luego vinieran a construir de 30 metros”, señaló Medina, quien recordó que se trabajó sobre un territorio en el que no había nada. Cuando colocaron la estaca de inicio de las obras, “un amigo bajó en el coche a toda prisa a Las Palmas para traer el champán” Aquello fue el 15 de octubre de 1962.

Gago Vaquero concluyó con una imagen de apartamentos de los años sesenta junto a unas construcciones permitidas recientemente. Las primeras se adaptan a la orografía y cuentan con amplios espacios y zonas ajardinadas. Las segundas han ocupado y construido toda la parcela sobre las que se ubican, sin espacio para una sola planta. Ahí, en esa utilización de las normas urbanísticas recientes, está el verdadero mal que deteriora este patrimonio arquitectónico y urbano que puede ser parte de la promoción turística como lo fue hace cincuenta años al crearse una arquitectura novedosa, pensada en la arquitectura tradicional canaria y en el respeto y aprovechamiento del entorno.

miércoles, 6 de julio de 2011

Néstor y César, el reconocimiento obligado

Por primera vez, dos representantes de las entidades que velan por la preservación de la obra e ideas de los dos grandes artífices del milagro turístico de Gran Canaria y Lanzarote, el Museo Néstor y la Fundación César Manrique, han compartido mesa en una jornada sobre el desarrollo del turismo en Canarias.

Es curioso –sorprendente- que en tantas décadas no se haya producido este encuentro, diálogo e intercambio de opiniones y datos acerca de las biografías de los dos artistas y precursores del turismo en Canarias, dos figuras que trascienden lo insular para convertirse en referentes mundiales, tanto como artistas como por su contribución a la creación de dos modelos de turismo únicos en el mundo y desarrollados con éxito en sus respectivas islas.

Ambos casos fueron expuestos en la segunda jornada del curso Re-Crear el turismo en Canarias, que tiene lugar en la Universidad de Verano de Maspalomas. Para ello se contó con la presencia del director del Museo Néstor, Daniel Montesdeoca, y del profesor y portavoz de la Fundación César Manrique, Alejandro Díaz, los cuales participaron en un coloquio posterior en el que se fundieron las dos biografías de los artistas canarios y las dos trayectorias en el ámbito del turismo.

Como resumen, brevísimo, de las dos amplias conferencias, cabe resaltar que tanto Néstor como César fueron unos activos animadores de la sociedad local, pertenecientes al sector más dinámico y pudiente de sus respectivas islas (aunque en momentos bien diferentes de la historia), quienes conocieron los ambientes culturales isleños e internacionales. En el caso de Néstor, su actividad pictórica le llevó a codearse con una extraordinaria generación de artistas e intelectuales que conformaron la edad de plata del arte español, convirtiéndose en referente del simbolismo y del modernismo artístico internacional.

César viajaría a la Península y a Nueva York, codeándose con los artistas más destacados del arte en los años cincuenta y sesenta. Ambos, no obstante, mantendrían sus vínculos con Canarias y su deseo de plasmar en sus islas aquellos conocimientos y experiencias que habían experimentado en sus viajes y que consideraban que eran la solución al futuro incierto de unas islas pobres y ancladas en un pasado de penurias y necesidades.

Tras conocer la gestación del turismo de masas y la rápida evolución de los sistemas e infraestructuras de transportes, Néstor y César consideraron las posibilidades de un territorio con un clima y unos paisajes únicos para recabar los apoyos necesarios en sus islas para poner en marcha sus proyectos de desarrollo turístico.

Ellos tuvieron suerte, era el momento adecuado. El destino les permitió contar con los apoyos necesarios para poner en marcha sus proyectos. En el caso de Néstor, además de pertenecer a la clase dirigente local, además de ser un artista reconocido, su hermano era un gran arquitecto. A ello se sumaría el respaldo social y el de un dirigente local como sería Mesa y López y, posteriormente, Ramírez Bethencourt, entre otros –además del apoyo de la sociedad civil, entre otros el del Centro de Iniciativas y Turismo-. De ahí la creación del Pueblo Canario, el Parador de Tejeda o el Parque Santa Catalina con su Casa del Turismo.

Por su parte, César Manrique obtendría inicialmente el apoyo del alcalde de Arrecife, Ginés de la Hoz, en algunas obras capitalinas, pero el gran desarrollo sería gracias a su estrecha amistad y colaboración con Pepín Ramírez, sin olvidar a otros colaboradores que participaron de esta revolución de la isla de Lanzarote: Jameos del Agua, Timanfaya, Los Algibes, Mirador del Río, Monumento al Campesino, Castillo de San José, El Almacén, Cueva de los Verdes, Jardín de Cactus, Fundación… y numerosas pequeñas intervenciones que formarían parte de una labor que se contagiaría a la población, en particular en el desarrollo de la arquitectura doméstica y el respeto a los paisajes culturales de la isla de los volcanes. Una proyección que no logró los mismos efectos en Gran Canaria con las ideas de Néstor debido a su prematura muerte y la coincidencia con la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.

La obra de César y los apoyos que recibió de la sociedad isleña tenían un antecedente inmediato en el impacto que tuvo en la sociedad canaria –y también en la de Lanzarote- el fomento del tipismo de Néstor, al reproducirse en la isla conejera diversas actividades de fomento de las ideas de Néstor que permitieron visualizar los posibles cambios que produciría una apuesta decidida por el turismo a través de la puesta en valor de lo propio, convertido en un producto turístico sin competencia exterior y sin nada que envidiar a los destinos de moda en Francia, Inglaterra o Estados Unidos, los cuales habían sido conocidos por estos artistas que supieron aprovechar esos conocimientos para aplicarlos en un lugar único que necesitaba una interpretación que sólo ellos podían desarrollar.

El problema actual es el de la necesidad de educar e impulsar el mensaje de estos artistas entre los canarios, sin que ello suponga repetir o mantener a ultranza los modelos ya obsoletos, sino continuar con sus principios de ilusión, constante creación y la realización de toda actividad como si se tratara de una obra de arte, dado que arte es lo que la naturaleza nos ha concedido y que nosotros hemos de patrimonializar para que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando y, a la vez, que sea la fuente de riqueza que precisan para que Canarias continúe como el lugar que a lo largo de toda la historia ha sido considerado el destino soñado por los europeos.

sábado, 2 de julio de 2011

“Canarias es la primera marca de turismo de naturaleza en la Historia de la Humanidad”

En el centro, Míchel Jorge Millares
 
  • “El canario puede y debe ser el creador de su personalidad, de su posicionamiento como destino singular en el mundo, tal como hicieron Néstor o César”
  • “La familia del Castillo fue pionera en el mundo al impulsar en 1961 un concurso internacional de ideas para crear Maspalomas Costa Canaria que situó a la Isla en la esfera internacional como destino turístico

Antonio Becerra Bolaños
Las Palmas de Gran Canaria
La Universidad de Verano de Maspalomas ha incluido en esta edición, por primera vez en sus 20 años de actividad, un curso con el título 'Re-Crear el turismo en Canarias. 50 años de Maspalomas Costa Canaria', coordinado por el periodista y especialista en turismo, Míchel Jorge Millares, autor de numerosas guías de las Islas además de un estudio sobre el turismo en la provincia de Las Palmas entre 1940 y 1970. El curso contará con diez conferenciantes repartidos entre los días 4 y 8 de julio, en horario de tarde, y una docena de profesionales que participarán en los coloquios.
P.- Llama la atención que la primera conferencia aborde la mitología clásica. ¿Qué tienen que ver los autores griegos o romanos con el turismo canario?
R.- Canarias es la primera marca turística de salud y naturaleza de la Humanidad. Así queda recogido en los textos clásicos y da lugar a la aparición del destino ‘Insula Fortunae’ en la primera cartografía que se realiza en la historia, gracias a Ptolomeo. Todo lo que tiene que ver con las islas del fin del mundo, la Atlántida, los Campos Elíseos o las Hespérides, no hace más que iniciar una "campaña" de publicidad que se prolonga durante siglos y que viene avalada por las singularidades climáticas y naturales del Archipiélago.
P.- ¿Pervive esa relación entre naturaleza, salud y el destino Canarias’
R.- Por supuesto. Canarias es un gran parque temático de naturaleza, con un importante territorio protegido, con la mayor concentración de Parques Nacionales de España, con Reservas de la Biosfera, con una enorme riqueza de endemismos exclusivos y otros muchos aspectos, incluida una Ley de protección de nuestro cielo. En cuanto a la salud, durante siglos ha sido un lugar de atracción para enfermos, entonces llamados ‘invalids’ y para recuperar el ánimo físico y psíquico gracias a su clima, en especial durante el invierno.
P.- El programa del curso incluye las figuras de Néstor Martín Fernández de la Torre y César Manrique. ¿No es un tema manido para el turismo en Canarias?
R.- No, por el contrario; no existe en ningún otro destino turístico figuras de este tipo, capaces de concebir desde su visión artística una serie de referencias para el turismo que abordan la cultura popular, el paisaje, la naturaleza, el paisanaje… No podemos olvidar, obviar ni descuidar su legado, ni tampoco debemos continuar en la senda de importar de fuera cualquier elemento arquitectónico o producto turístico por muy bien que funcione en este mundo franquiciado. Ellos dejaron claro en su obra y sus textos que el canario puede y debe ser el creador de su personalidad, de su posicionamiento como destino singular en el mundo.
P.- ¿Se puede recurrir a Néstor y César para superar los problemas de un destino ya gastado y necesitado de rehabilitación como Canarias?
R.- Se debe aprovechar su experiencia. Gracias a ellos vivimos épocas doradas del sector turístico en las Islas y debemos buscar y fomentar a los nuevos Néstor y Césares que esta tierra ha producido y hemos desperdiciado. O lanzar un concurso de ideas en Gran Canaria para el sector turístico a través del Museo Néstor, sin olvidar el apoyo e impulso a dicho museo como referente no sólo artístico sino de creación turística y diseño. En el caso de Lanzarote, la isla fue incorporando un patrimonio extraordinario de obras de César pensadas para el turista con el aprovechamiento de los recursos propios de la Isla. Asimismo, fomentó una conciencia de valor de lo propio que convirtió toda la Isla en un parque temático de arquitectura y paisaje, algo sobre lo que comenzó a trabajar Néstor pero que quedó inconcluso por su muerte prematura y las dificultades del momento histórico que le tocó vivir, como fue la Guerra Civil y la dictadura.
P.- ¿Y qué aporta Maspalomas Costa Canaria? ¿No es una desviación sobre las líneas rojas marcadas por Néstor?
R.- Por el contrario, Néstor abogó por preservar Maspalomas para las generaciones futuras y advirtió que se trataba de una joya que tendría que ser realizada pensando en grande y sin hacer caso a las pretensiones de lo que llamó ‘espíritus materialistas’. Sin embargo, la familia del Castillo (el condado de la Vega Grande) también fue pionera en el mundo al impulsar un concurso internacional de ideas que situó a Gran Canaria en la esfera internacional como destino turístico. Son los artífices del milagro económico de esta Isla y del conjunto del Archipiélago, si bien el resultado del concurso y la realidad de los hechos no fueron parejas. En aquella ocasión se puede utilizar el símil de ‘morir de éxito’, ya que la demanda desbordó todas las buenas intenciones, desbordó las ambiciones y se encontró con una administración sin capacidad de respuesta y sin transparencia. Sin embargo, es el origen y principal ejemplo del desarrollo del turismo de sol y playa en Europa, el verdadero ejemplo de turismo de masas.
P.- ¿Qué otras motivaciones tiene el turista además de sol y playa? ¿Podemos ser competitivos más allá del clima y el mar para llenar las camas turísticas que tenemos?
R.- Ahí está nuestro talón de Aquiles, sobre todo en Gran Canaria. Hemos visto cómo cada isla se ha especializado en algún segmento (La Palma con los senderos y la astronomía, Lanzarote con la cultura de la naturaleza; Fuerteventura con sus condiciones excepcionales para los deportes de viento; o Tenerife con varios parques temáticos de prestigio…). Sin embargo, en Gran Canaria tenemos una limitada oferta complementaria que fracasa plenamente en el turismo de familia. Hemos de reinventar el destino, no es suficiente rehabilitar espacios.
P.- ¿Por qué considera que no basta con la rehabilitación de los destinos turísticos?
R.- Porque no es suficiente arreglar un espacio. El turista huye de los destinos obsoletos (aunque oficialmente se les denomine ‘maduros’) y sólo volverá si se reinventan y ofrecen algo que supere la publicidad negativa que se han ganado a pulso. Estamos en un momento en el que la transparencia es absoluta. La imagen y las opiniones sobre los destinos turísticos están en la red y no podemos combatirla si no superamos los problemas de concepto y de falta de iniciativa que han dado lugar a su estado actual, por mucho que mejoremos los jardines, peatonalicemos las calles o pongamos farolas nuevas, o lo más grave… que pongamos una red de pluviales y de alcantarillado que sea la que realmente necesita la urbanización y que durante años nos ha puesto en evidencia cada vez que caen cuatro gotas. Hay que ser más audaces, creativos, volver al espíritu de los creadores como Néstor o César.
P.- Pero impulsar el destino Gran Canaria ¿no traerá consigo otra vuelta a la espiral de especulación y deterioro del territorio?
R.- No tiene por qué ser así. La Graciosa, por ejemplo, es un laboratorio en el que podemos comprobar que una parte de la isla está teniendo un desarrollo extraordinario del turismo, con alojamientos y establecimientos, mientras el 98 por ciento de la Isla está protegida. Ahí es fácil departir con Miquel Barceló, Pedro Solbes o Carme Chacón, a la vez que puedes pasear hacia los acantilados del oeste, a la playa de Las Conchas o Montaña Amarilla donde prácticamente no encuentras un alma. Es un ejemplo en el que podemos aprender otro modelo de gestión para corregir los errores que hemos cometido en otras islas.
P.- Usted confía mucho en la capacidad del canario para ‘re-crear’ el destino en las Islas ¿Confía en que los canarios pueden plantear alternativas para atraer al turista?
R.- Sí confío. Ya lo hemos hecho en otras ocasiones con hitos que asombran al mundo. Tenemos el territorio ideal, el clima perfecto y una población preparada y que tiene en su ADN el turismo como hecho vivencial, como identidad. ¿Por qué tenemos que recurrir a empresas foráneas para que nos digan cómo hacer nuestros hoteles, nuestra marca, nuestra oferta de ocio, nuestro futuro…? El problema no es si confío yo o nuestros vecinos, sino que nuestros representantes políticos o líderes empresariales sean capaces de estimular este conocimiento y esta forma de ver del canario, cosmopolita, creativa, artística, para dar a nuestras Islas una personalidad que nos posicione en el mundo sin complejos. 

Vea la entrevista (incompleta por cuestiones de espacio) publicada en el diario La Provincia