viernes, 19 de agosto de 2011

La estrategia turística canaria invisible

Portada del libro
Ya en los primeros trabajos sociológicos sobre el turismo de masas (‘de sol y playa’, si así lo prefieren) en España, dirigidos por Mario Gaviria (‘España a go-go. Turismo charter y neocolonialismo del espacio’, 1974;  o ‘El Turismo de playa en España: chequeo a 16 ciudades nuevas del ocio’, 1975), se nos muestra claramente la política de turoperadores y agencias en busca de un beneficio máximo, un objetivo que marca una estrategia a través de la cual se pretende “introducir al ‘hombre acrítico’ dentro del circuito del consumo turístico, prometiéndole el acceso a mundos míticos presentados de forma que su gozo resulte posible, por lo que las vacaciones adquieren un matiz de incuestionabilidad que imposibilita toda reflexión y, desde luego, toda crítica”.

Es así que las agencias y turoperadores nos ofrecen el sueño impreso en grandes catálogos especializados según los destinos, tipos de turismo, o por ofertas, donde la identificación del posible cliente con los modelos humanos que aparecen en las fotografías está garantizada por la falta de definición (edad, estatus económico…) y que resaltan a las propias vacaciones como si fueran un producto de primera necesidad y obligado consumo.

Lo cierto es que las vacaciones se convierten (desde que los charter las transformaron en el fenómeno de turismo de masas) en el mecanismo para extraer una última plusvalía de los trabajadores –clases medias y bajas- a quienes manipulan a través del control de los turistas desde el país de origen para así presionar y conseguir las mejores condiciones (en ocasiones leoninas) de los destinos turísticos, ya que éstos, los Estados receptores, han sido sustituidos en su papel de productor turístico, papel que se atribuyen los turoperadores, lo que les permite manipular a su antojo los  valores paisajísticos o culturales, los establecimientos y su ubicación los territorios de mayor calidad que existen en el mundo. Eso sí, gracias a la complicidad de quienes creen que otro turismo no es posible.

De ahí que los grandes turoperadores y agencias lleven a cabo una labor de control económico a través del producto principal: el turista, mediante la amenaza de la sustitución por otros destinos o establecimientos. De hecho, los folletos presentan una premeditada homogeneidad de todos los establecimientos y destinos, se evitan presentaciones privilegiadas y así, si lo necesitan, pueden derivar la demanda según sus pactos económicos. De esta forma, el folleto ha servido para que el turista decida consumir vacaciones, pero no para elegir el lugar concreto donde llevarlas a cabo con vistas a lograr el riguroso control del consumo turístico por parte del turoperador, ya que apenas está insinuada en dicha propaganda que el viajero pueda salir del hotel salvo en las visitas acordadas (y pagadas). De hecho, el análisis de dichos documentos permite comprobar que el tratamiento referido al mar vende más la certeza de su existencia que la posibilidad de su uso para los destinos de sol y playa.

En este escenario se desarrolló el destino turístico de Canarias, en especial tras la puesta en marcha de Maspalomas Costa Canaria en 1962, si bien en sus primeros momentos existió un comité técnico que supervisaba y decidía las cuestiones urbanísticas y arquitectónicas, por lo menos fue así hasta que el Ayuntamiento se 'hizo grande' y dotaron a la Corporación de funcionarios y a su política urbanística de decisiones en despachos que -al calor del esplendor del vellocino de oro- modificaban normas y usos al arbitrio de intereses particulares.

Así se consolidó el sur de Gran Canaria como un destino charter, de masas, de sol y playa... Un destino 'commodity', o mercancía, genérico, básico y sin mayor diferenciación entre sus variedades. Precisamente, lo que buscaban los interesados en poder desplazar a sus turistas hacia otros destinos según el beneficio que pudieran obtener.

Las imposiciones de los turoperadores obligaban a reducir precios y, por tanto, rebajar costos y aumentar la ocupación para poder lograr beneficios, lo que da lugar al hotel mecánico, transformado en ‘fábrica’ de vacaciones bajo la obsesión de encerrar al turista en el establecimiento para que realice el gasto en el mismo. Así, durante todo este periodo de casi medio siglo, los turoperadores han actuado como oligopolios de demanda, con una fuerza superior a la oferta que no ha sabido diferenciarse y posicionarse con una oferta que supere las barreras de los intermediarios de la demanda.

De ahí que, señala Gaviria, “conjugado con el enorme desinterés por el paisaje, muestra la verdadera imagen de un tipo de vacaciones, de un tipo de turismo nacido a partir de la década de los 60 y que permite a las clases media y baja de los países industriales gozar del sol y del buen clima, así como de una diversión garantizada fundamentalmente por el constante consumo de alcohol a bajo precio”.

Por ello, insisto, las políticas llevadas a cabo en Canarias no han servido para crear una oferta que supere el sambenito de turismo de masas, el tópico del sol y playa (y clima) y que conviertan a Canarias en un destino atractivo diferenciado de sus competidores, capaz de atraer público de todas las edades y que deseen venir a las Islas sin que puedan ser manipulados por los turoperadores y sus intereses especulativos.

Tenemos el mejor clima, excelentes instalaciones y una planta alojativa suficiente y de calidad, equipamientos e infraestructuras, experiencia y una marca consolidada. ¿Nos falta…? Un poco de audacia y crear productos que nos lleven más allá de los tópicos y dejemos de ser un destino commodity. Para ello los empresarios han de apoyar ideas y nuevas apuestas, y los políticos deben apoyar la elaboración de planes estratégicos y de marketing y dejar de distorsionar el mercado con normativas que no pueden ser aplicadas de forma general, sino en cada isla con un proyecto claro de futuro, lejos de las palabras vacías y decisiones populistas pero que conducen a la ruina del sector.

jueves, 4 de agosto de 2011

Sioux City, pionero de los parques temáticos en España

Cartel de 'Por la senda más dura'
Sioux City fue construido en el año 1.971 e inaugurado en el año siguiente para el rodaje de películas y, según sus propietarios, “esta considerado único en Europa por el hecho de que no sólo tiene las fachadas sino que está completamente construido”.

Ubicado en un barranco montañoso y cubierto de cardones y tabaibas, de “belleza singular y salvaje”. Se diseñó y construyó con la intención de que fuera una réplica de las ciudades del ‘salvaje Oeste’ americano. Según publica la revista Costa Canaria (número 23, de diciembre de 1971) "han intervenido técnicos y decoradores norteamericanos. Un 'far-west' que ha costado muchs millones de dólares para recreo y admiración del visitante".

Este espacio, pionero en España de los parques temáticos, cuenta desde sus inicios con numerosos profesionales, especialistas, jinetes, cuidadores de caballos, artesanos, y personal de restaurante y cocina.
Durante 40 años, Sioux City ha sido escenario de espectáculos diarios y en determinadas ocasiones fondo y "plató" de muchas películas, teleshows, videoclips, anuncios publicitarios, etc. Según la empresa que gestiona la ‘ciudad’, algunos de los títulos rodados son:
Así como anuncios para revistas como: Vogue, Elle, Nicloe, etc.

Este espacio ha sido también escenario de conciertos y actuaciones de grandes figuras como: James Brown, Gloria Gaynor, Joaquín Cortés, Los Inhumanos, Rebeldes, etc.


En este parque temático se unen varios elementos que reflejan el espíritu de los primeros años del turismo en Canarias, donde además de lanzar una oferta importante de establecimientos alojativos, se desarrollaron iniciativas arriesgadas para dar al turista una oferta complementaria que, además, impulsara también otras líneas de negocio, como la cinematografía.

En los últimos años, las iniciativas empresariales han pecado de reiterativas, actuando la mayoría de las inversiones sobre productos que existen en todos los destinos: hoteles temáticos, golf, spa…

¿Se ha perdido en la iniciativa empresarial canaria el espíritu de los aventureros y héroes del ‘salvaje Oeste’?

lunes, 1 de agosto de 2011

Cáceres insta a cambiar el modelo turístico y la 'porquería extendida'

Eduardo Cáceres
El catedrático de Urbanística y Ordenación del Territorio y profesor emérito de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Eduardo Cáceres Morales, pronunció la conferencia de clausura de la XX edición de la Universidad de Maspalomas, que tituló ‘Algunas ideas sobre el fenómeno turístico en el sur de Gran Canaria’. Dicha conferencia supuso un repaso a la situación de la costa de San Bartolomé al celebrarse en estas fechas el cincuenta aniversario de la convocatoria del Concurso Internacional Maspalomas Costa Canaria que significó el inicio de la construcción de la gran ciudad turística que hoy día recorre la costa desde Bahía Feliz hasta Meloneras.

Para el urbanista, es preciso saber dónde estamos para afrontar los retos que provoca una situación que presenta problemas de inestabilidad interna y externa, que obligan a modificar el modelo turístico a través de consorcios públicos y privados, con la cooperación regional y con medidas medioambientales.

Cáceres hizo una breve descripción de la situación del turismo en las Islas en los dos últimos ejercicios, pero insistió que la recuperación de los últimos meses no nos debe conducir a tirar campanas al vuelo, ya que la madurez del destino Maspalomas es una evidencia, sobre todo en determinadas zonas donde este proceso llegó en el 2000.

“No se trata de más o menos turistas”, afirmó, sino de si el modelo vale o no. De ahí que comentara que en los sectores urbanos de la costa de Maspalomas, existen unos porcentajes de espacios para superficies libres colectivas insignificantes, aunque con algún espacio pero que está ocupado por terrenos de nadie (solares) o campos de golf. Por el contrario, las superficies libres interiores en los complejos de apartamentos y hoteles son amplias, pero no accesibles para cualquiera, lo que lleva a una “endogamia de los resorts”.

También criticó la distribución y organización de las alturas, o la confusión enorme de viarios y el excesivo espacio ocupado por las carreteras y calles en las zonas turísticas.

Más tajante fue al señalar que el deterioro urbanístico en determinadas zonas es muy grave, al aportar el dato de que un 3% de las construcciones de Playa del Inglés debería ser tirado, pero que a punto de entrar en la consideración de derruible se encontraría el 39% de las construcciones de la zona. Otro desaguisado urbanístico es la presencia de un 43% de área residencial, no turística en San Agustín, al tiempo que otro 26% de los establecimientos turísticos no están reglados. Algo similar ocurre en Campo Internacional, donde el 56% son residencias privadas y sólo el 24% corresponde a establecimientos reglados.

Cáceres insistió en que debería cambiar el modelo de ciudad, que antes de ser turística debería ser ciudad, con sus actividades integradas en la trama urbana. Criticó “la endogamia de los resort, el efecto perverso de los centros comerciales, la dislocación de las comunicaciones, la falta de espacios libres, la falta de cuidados medioambientales y el deterioro edificatorio” y propuso diez ideas para reconvertir la situación actual, la “porquería extendida por la zona”:
  • Mentalidad nueva para un producto contemporáneo
  • Nueva idea de ciudad turística planificada y con centros urbanos
  • Técnicamente competente
  • Innovación tipológica de cada establecimiento
  • Nuevo oferta alojativa y de servicios segmentada
  • Actividad comercial distribuida estratégica y homogéneamente
  • Bulevares de ocio
  • Urbanismo con capacidad suficiente para la convivencia del uso turístico y la ciudad
  • Formas de explotación flexibles, compatibles con grado de profesionalización y rentabilidad
  • Carácter identitario del lugar: Estoy en Maspalomas y no en cualquier otro punto del planeta.
A estas sugerencias, añade que exista un comportamiento transparente y honesto de la gestión pública y privada. También resaltó el escaso suelo utilizado en el desarrollo turístico, comentando que existen más territorios que pueden dar cabida a la necesidad de parques temáticos, con diseños que contribuyan a la transformación.