viernes, 2 de diciembre de 2016

Qué parte del NO entiendo

César Manrique manifestándose en Los Pocillos.
He escuchado una campaña del Gobierno de Canarias, pero no pagada por los miembros del Gobierno, sino por nosotros, el pueblo. Hasta aquí es todo normal. Suelen hacer autobombo e intentar convencernos de que compremos papas del país o en ocasiones más reivindicativas nos quieren convencer de que las prospecciones petrolíferas no aportan nada bueno a las Islas Canarias. Pero esta campaña tiene aspectos que no creo que sean acertados, más bien me parece un insulto a la inteligencia. El mensaje resumido es que en estas islas hay mucho 'noista' que lo rechaza y paraliza todo. Un tópico muy extendido que se ha consagrado con este anuncio pagado por todos, incluidos los que no querrían que se hiciera porque no, simplemente.

Veo dos graves contradicciones en este hecho. Usar dinero público para despreciar a los opositores, que no son siempre los mismos ni coinciden en sus argumentos, por un lado. Y el intento de vender una ley que puede tener efectos devastadores sobre nuestro territorio (o no, pero hay opiniones para todos los gustos), por otra parte. Y es que una ley del suelo (que no del paisaje, pero que le afecta) en unas islas que albergan Parques Nacionales, Reservas de la Biosfera, Patrimonios de la Humanidad y un largo etcétera, no tiene que mirar nuestro escaso suelo desde arriba o desde un despacho, o desde una cuenta de balance. Las islas no pueden ser tratadas como territorios en los que unas rayas delimitan el bien y el mal. No se puede hacer una política territorial del yin y el yan, de vamos a contentar a un sector poniéndoselo lo más fácil posible con la excusa de que el empleo es lo urgente. Y después vendrá el hambre, pero ya no estará el responsable en el cargo para que se lo reprochen. Ése político pondrá en sus memorias que solucionó el gran problema del desempleo en las islas y se lo creerá.

Yo creo que a nadie se le puede acusar de ser de los del no a todo. En mi caso particular, con todas mis tribulaciones, creo que los teleféricos son una oportunidad y no tan impactantes -según dónde se instalen y cómo-, como algunos los pintan. Creo que el turismo no es un mal necesario, sino una opción acertada y mejorable (muy mejorable) y creo que todas las opiniones son dignas de ser escuchadas, analizadas y respondidas según unos criterios objetivos que deberían beneficiar a todos y permitan una mejora en el tiempo, evitando el cortoplacismo.
Visiones de Gran Canaria. Néstor Martín-Fernández

Sin embargo, en torno al territorio, al suelo y el paisaje, hemos de ser muy exquisitos. Es lo que atrae turistas y nos permite elevar nuestro nivel de vida (y podría elevarlo más si apostásemos por productos que dejen más rentas en el destino, ya que el trozo grande del pastel se queda en el origen).

Y no me enrollo más, que para explicar qué significa el NO, aprovecho las palabras de nuestros profetas del turismo, el territorio, el arte y los mayores aciertos para que Gran Canaria y Lanzarote se posicionaran como líderes de un turismo de calidad. No los olvidemos, recordémosles siempre que tengamos alguna duda, seguro que nos aportan una visión más sensata que la propaganda política manipuladora. Aquí tenemos algunos noes necesarios y categóricos. Comenzamos por los de Néstor Martín-Fernández de la Torre en sus textos de 1936-39:
  • No viene a nuestras islas el viajero que nos visita para encontrar en Tejeda un tacón de Luis XV o una cabellera oxigenada.
  • Si no recobramos y acentuamos nuestra personalidad, nada podemos ofrecer al turista que le halague y satisfaga, dentro de un estilo netamente canario tenemos que revalorizar todo lo nuestro, sea moderno o tradicional.
    Pintura de Néstor Martín-Fernández de la Torre
  • No se puede llegar a mayor abandono.
  • No olvidemos nuestra condición de isla.
  • No concibamos las cosas en pequeño sino en grande, con la vista en el porvenir, aunque los espíritus materialistas pudieran asustarse y calificarnos de irrealistas.
  • No alcanza ninguna otra fuente de riqueza la riqueza invisible que se desparrama en cuantía fabulosa por el turismo.
  • No hay que olvidar que el turismo se alimenta de la admiración al pasado, que es necesario reconstruir ante sus ojos, invitando, si se quiere, para suplir la falta de lo auténtico, sabiamente y con fidelidad.
  • No creo que sea imposible recuperar la fama que los nombres de los antiguos asignaron a Canarias: Islas afortunadas, jardín de las Hespérides, Campos Elíseos..., es labor que corresponde a los hijos de esta tierra privilegiada, entre los que yo me ofrezco incondicionalmente y prometo cuanto valgo.
  • No. No puede tolerarse que, mientras en todas partes se labora y existe la preocupación de hacer resaltar lo típico, en Canarias se deje morir, sin que nadie tenga el gesto de intentar salvarlo. 
  • No se atrae el turismo con una labor burocrática, de recibir cartas y contestarlas.
  • No será turístico nuestro país mientras no se ataque la raíz. Mientras no se vaya a la restauración de lo popular, todo será inútil.
  • Si de nosotros no parte, ¿quién lo va a hacer?. Laboremos, pues, por conseguirlo.

Los noes de César Manrique:

  • No debemos desfallecer, hay que seguir adelante, estar vigilantes mantener viva la conciencia crítica, pues el futuro nunca está conseguido,  lo tenemos que hacer desde el presente
    César Manrique en Altavista (Las Palmas de GC)
  • No hemos podido todavía aprender la lección, para rectificar y salvar lo que nos queda
  • No teníamos que copiar a nadie. Que vinieran a copiarnos
  • No he parado de luchar por la limpieza y el orden de la isla
  • No voy a renunciar, bien sea con mis obras o con mis permanentes denuncias, a la lucha por nuestra supervivencia y por la conservación de nuestro entorno
  • No he podido con la autoridad y poder del Estado, que, muchas veces, por su incapacidad estética, empaña esa labor: mi lucha feroz por salvar el medio y el estilo de la isla
  • No pueden prolongarse las consecuencias de este abuso irracional, por estar en juego la supervivencia de la especie.
  • No me arrepiento. He sido un hombre libre y feliz: no hay destino más hermoso.
  • No tienen nada que ver con los principios elementales y biológicos que rigen la naturaleza y que han encadenado a la especie a un destino sin norte, incapaz de hacernos ver un futuro de felicidad
  • La pregunta: ¿Quiénes son los responsables?