miércoles, 30 de marzo de 2011

Pasado, presente y futuro del turismo en la provincia de Las Palmas (1984)

Avión de Iberia en Gando (fotosantiguascanarias.org)
Lejos de tratarse de un texto orwelliano (autor de la famosa novela 1984, donde surge la figura del 'Gran Hermano'), publicamos hoy un documento inédito que fue redactado por el que ostentara el cargo de Delegado Provincial de Información y Turismo durante los últimos años del franquismo y la transición, Pantaleón Quevedo Vernetta, un profesional preocupado por las Islas y su futuro. Este documento aporta una interesante información sobre una de las etapas más relevantes de la historia del turismo en Canarias, como es el arranque y consolidación del turismo de masas en las Islas, así como las vicisitudes de la situación de este sector en la crisis política que se vivió durante la transición a la democracia.
Asimismo, concluye su informe con un repaso histórico de datos estadísticos sobre llegada de turistas y establecimientos en la provincia de Las Palmas, que incluye los datos por municipio.
El texto constituye una interesante crónica en la que el autor divide en tres fases su argumentario: el pasado, presente y futuro del sector turístico, lo que visto desde una perspectiva de 27 años, con la consolidación de la España de las autonomías, la sociedad de la globalización y del desarrollo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, nos permite comprobar que existen unos principios sólidos que permanecen junto a unos cambios (en algunos casos vertiginosos) que han alterado todo el proceso de difusión y comercialización turística que eran inimaginables hace tan sólo 27 años.
Por su interés, publico íntegro el documento, salvo los diversos datos aportados en el mismo en las tablas que describen el número de turistas, alojamientos y otros, salvo la columna relacionada con la llegada de turistas a Gran Canaria:

Pasado
Desde principios de siglo, existía en Las Palmas, concretamente en la Isla de Gran Canaria, un típico y tradicional turismo inglés, propiciado por las grandes relaciones mercantiles que había entre Canarias y el Reino Unido (hay que recordar aquellos hoteles que antiguamente albergaban a este turismo, especialmente el Hotel Metropole, de gran tradición entre los ingleses que nos visitaban), pero ya adentrándonos en el Turismo como fenómeno de masas, es decir, en el Turismo ya popularizado, podríamos situar entre los años 1955-57 el inicio de la nueva etapa del mismo.
En aquellas épocas fueron los nórdicos, gracias a la iniciativa de Harding y otros pioneros que, con unos vetustos aviones DC-4 y DC-6, hacían una especie de recolección de turistas en los diferentes países escandinavos (Suecia, Dinamarca, etc.) con escala en Orly, pasaban luego por Lisboa o por otro aeropuerto del sur de Portugal y, finalmente, llegaban a Gran Canaria después de muchísimas horas de vuelo, los que abrieron la nueva era.
El impacto que tuvo el clima y la gente de Gran Canaria en las personas que nos visitaron utilizando estos rudimentarios vuelos charters, fue extraordinario y la capital pasó a ser el centro turístico más importante de la provincia de Las Palmas. Luego, la generalización del vuelo charter a nivel mundial, gracias a los precios muy reducidos que tenían estos vuelos en comparación con el de las líneas regulares, hizo posible la llegada masiva de clientes a Canarias, encontrándonos no solamente con turismo escandinavo sino con turismo alemán, inglés, etc; esto lo podemos situar aproximadamente a partir del año 1962, en que ya venían en cantidades más serias.
Si nos situamos en el año 1958, la capital de la Provincia, tenía aproximadamente 150.000 habitantes, la capacidad de camas que había para alojar a nuestros clientes foráneos era de unas 2500 camas en hoteles y pensiones, y 1500 camas más que se situaron en apartamentos que, en aquella época, aún no estaban regulados. Ese año visitaron Gran Canaria unas 23000 personas, es decir, menos de 2000 personas mensuales.
Hoy, como todo el mundo sabe, la capacidad de alojamiento de toda la provincia es de unas 115 – 120.000 plazas, de las cuales el 30% son hoteleras y el resto son extrahoteleras. El pasado año (1983) ya nos habían visitado 1.700000 turistas, es decir, que la población de derecho de la provincia de Las Palmas, que supera en poco los 700.000 habitantes, era ampliamente rebasada por el número de nuestros visitantes.
Para explicar estas enormes diferencias y este avance incontenible de la hostelería de la provincia de Las Palmas, a mi entender, hay un hecho que es determinante; y me refiero concretamente, al desarrollo de la Urbanización Maspalomas Costa Canaria. Esta urbanización fue la que, de una manera definitiva, abrió las puertas al turismo internacional al hacer posible que en una zona de la isla excepcional, en cuanto a playas y en cuanto a temperatura, se pudiera poner a disposición de este turismo una planta alojativa moderna y de calidad.
La idea de Maspalomas Costa Canaria, surgió a final de los años 50 y, después de muchas vicisitudes, se desembocó en un concurso internacional de ideas, al que acudieron equipos de arquitectos de todo el mundo, para finalmente, concederse el primer premio al proyecto de un consulting francés que, en líneas generales, es el que se siguió en el desarrollo de la zona, con las lógicas variaciones para adaptarlo a la situación de cada momento.
Esto produjo también un hecho y es que el turismo, que en principio había tenido su base en la ciudad de Las Palmas, poco a poco se fue desplazando al sur de la isla de Gran Canaria, no solamente por las condiciones climáticas que, ya digo, son excepcionales sino también porque la población de Las Palmas, por lo datos que acabamos de manifestar, se convirtió de una población tranquila, limpia y acogedora, en una población donde el ruido, la circulación de vehículos y la suciedad se incrementaron y, con ello, quienes querían descansar y estar tranquilamente tomando el sol en las playas o paseando por la ciudad, se vieron perjudicados en sus deseos.
A todas estas, habría también que hacer una referencia a las islas de Lanzarote y Fuerteventura. En la isla de Lanzarote solamente había unas pensiones y el Parador Nacional de Turismo, que desempeñó un importantísimo papel, como todos los Paradores, en abrir al turismo una isla que, poco a poco, se convertiría en la gran estrella del Archipiélago Canario. El Parador hubo de ser ampliado y luego, cuando el número de hoteles y de apartamentos, ya no hacía necesaria su presencia, ante lo deteriorado de sus instalaciones, se optó por cerrarlo pero, como acabo de decir, después de cumplir, con creces, su misión de ser una avanzadilla a la iniciativa privada.
Por lo que se refiere a Fuerteventura hay que destacar también que dos alemanes –uno de ellos arquitecto-, que habían sobrevolado la isla cuando llegaban a descansar a la isla, se quedaron verdaderamente asombrados de la sucesión interminable de playas y de la temperatura que había en la zona sur de la misma, en Jandía. Estos dos pioneros del turismo alemán hacia Fuerteventura, construyeron un hotel, aunque pequeñito, el ‘Casa Atlántica’, que posteriormente fue objeto de unas adiciones y de unos aumentos que le hicieron perder un poco su carácter de hotel plenamente integrado en el paisaje; porque era una edificación de muy poca altura, alargado, casi adosado a unas colinas cercanas a la playa de Jandía y que, ya digo, supuso en aquella época, en que no había nada prácticamente en Fuerteventura, el punto de arranque de la magnífica planta hotelera de la Isla.

Presente
En estos momentos podemos afirmar, sin triunfalismos de clase alguna, que la provincia de Las Palmas posee una planta hotelera y extrahotelera no solo abundante sino también de una calidad media muy estimable. Salvo algunos casos, nuestros establecimientos o son modernos o han sido modernizados recientemente y la preponderancia de los apartamentos y bungalows sobre los hoteles propiamente dichos se adecua a la procedencia y clase de nuestra clientela.
Asimismo, la oferta complementaria (restaurantes, cafeterías, salas de fiestas, discotecas, etc.) puede rivalizar, sin desdoro, con las mejores zonas turísticas europeas; y la recepción, traslados, excursiones, etc., están garantizados por la organización, número y experiencia de unas agencias de viajes muy solventes y por unos transportes modernos y bien cuidados.
Si nos preguntáramos cuál fue el atractivo determinante para que las personas que vivían en países tan lejanos al nuestro tuvieran como meta el pasar sus vacaciones en Canarias, yo las resumiría, en primer lugar y de forma auténticamente destacada, en el clima, que a lo largo del año sufre muy pocas oscilaciones; que en verano es muy benigno, que no es agobiante como en otros sitios; que en invierno prácticamente es una eterna primavera y que, en todo tiempo, permite que quienes vienen a pasar sus vacaciones con nosotros puedan disfrutar de las playas y del variadísimo paisaje que tienen las islas.
En segundo lugar, es preciso destacar, como atractivo importante, a las playas: por ejemplo, la isla de Fuerteventura, que tiene las mayores, dispone de 54 kilómetros de playas en sus costas, con una superficie de arena que supera los dos millones de metros cuadrados. Estando caracterizadas por la limpieza de sus aguas, la finura de su arena y por la posibilidad de ser disfrutadas a lo largo de todo el año. Tanto Gran Canaria como Lanzarote también poseen unas magníficas y extensas playas de características similares a las de Fuerteventura.
Otro de los factores que hace que sea destacada nuestra provincia como destino turístico de primera categoría, está en sus hombres, en la hospitalidad de los canarios que, cuando en la mayor parte del mundo existe una gran crispación en las relaciones humanas, se desviven por hacer grata la estancia de nuestros visitantes. Creo que el valor que tiene esto no ha sido destacado lo suficiente, a mi entender, siendo una de las bases en que se han fundamentado el desarrollo turístico de Las Palmas.
Finalmente, también quisiera aludir a otro aspecto en el que se basa nuestro éxito; me refiero concretamente a la distancia de Canarias de los países de donde el turismo nos viene. Como todo el mundo sabe, nuestra clientela viene principalmente de Europa: de los países nórdicos, de Inglaterra, de los Países Bajos, Alemania, Italia, etc., así como de la Península. Según las técnicas aeronáuticas, los vuelos de una duración de 4 a 5 horas son los óptimos para la rentabilidad de los charters y ese promedio de duración es el que nosotros tenemos.
Por otro lado, actualmente ya no existe, como en otras zonas turísticas del país, lo que llaman estacionalidad; es decir, que haya épocas en que, por la falta de clientela, tienen que cerrar los hoteles, con los consiguientes perjuicios no solamente para los propietarios sino muy especialmente para los trabajadores. Aquí en Canarias no se da esta estacionalidad y nuestros trabajadores, a lo largo de todo el año, tienen un puesto bastante seguro y bien remunerado (dada la situación en que se encuentra el país en este aspecto laboral), circunstancia a la que habría que darle el gran valor que comporta.
Pero no todo es de color de rosa sino que subsisten deficiencias y dificultades sin resolver. Existen algunos de los problemas que en estos momentos todavía están planteados.
Por una parte me refiero a nuestra dependencia de los vuelos charters y a que éstos, a su vez, están estrechamente ligados al precio del queroseno. Afortunadamente, después de la gran crisis que hubo cuando los países árabes dieron un frenazo a los suministros y elevaron su costo, que nosotros sufrimos en propia carne y que fue una de las causas de que al final del 78 hubiese una recesión, la situación ha variado y puede decirse que nos hemos recuperado.
Sin embargo, es, por lo menos extraño, que el precio del queroseno para estos vuelos charters sea en Canarias el 20% aproximadamente más caro que en la Península; esta circunstancia ya está puesta en conocimiento de las autoridades del sector y se espera que en poco tiempo quede resuelto.
Otra de las dificultades iniciales fue el rápido aumento de nuestros establecimientos que hizo, a su vez, que los profesionales que pasaban para a trabajar en los mismos no tuviesen una formación previa lo suficientemente grande e intensa para funcionar a la perfección. Necesitamos, por ello, no solamente que la Escuela de Hostelería que actualmente funciona en el antiguo Hotel Santa Brígida, tenga la dotación económica e imparta las enseñanzas que se necesitan sino, además, que se pudiera establecer en las demás islas unos centros similares.
En cuanto a la seguridad ciudadana, que es otro tema que salta mucho a la prensa y a la opinión, creo que se ha ganado muchísimo de unos años acá, pienso que el nivel de seguridad que tenemos, comparado con el de otros lugares turísticos es francamente bueno; ello no quiere decir que no existan algunos hechos delictivos si se tiene sobre todo en cuenta que aquí cada año nos vienen a visitar unos 2.000.000 de personas.
En cuanto a los precios hay que decir que, cuando se liberalizaron, se produjo una especie de explosión y sus aumentos fueron espectaculares, coincidiendo además con el problema del petróleo, lo que determinó un descenso momentáneo en cuanto a la recepción turística.
La calidad de vida que existe en Canarias es mejorable, hay un verdadero esfuerz por parte del Patronato Provincial de Turismo, de Ayuntamientos, etc., en ofrecer unas islas limpias y gratas, para visitar y para vivir. Desgraciadamente no en todos sitios se ha logrado, aunque podemos poner el ejemplo de Lanzarote que tiene unos campos y unos pueblos de extraordinaria limpieza.
Es preciso por otra parte aludir a los problemas de infraestructura que, como todo el mundo sabe, están resueltos parcialmente pero en gran parte están pendientes, sobre todo de cara al futuro. Me refiero a la dotación de agua en las tres islas, ese gravísimo problema que aún  no hemos resuelto definitivamente y que sin embargo, gracias a las potabilizadoras, gracias a que existen posibilidades de utilizar energías alternativas cuando se perfeccionen y a traer el agua en buques tanques desde otros lugares donde sobra y a unos precios bastante asequibles, hace que la esperanza se mantenga por un futuro más tranquilo en este extremo.

Futuro
Y ahora, hablando un poco del futuro, es preciso matizar lo siguiente: Seguimos contando con un extraordinario clima, este es un hecho incontrovertible y, además, al que no podemos estropear los canarios. Seguimos estando a una distancia óptima respecto de los centros emisores de turismo de Europa, que es nuestra gran cliente. Seguimos contando con la hospitalidad del canario. Seguimos teniendo la posibilidad de que los profesionales que, incluso, accedieron a nuestra industria sin mayor formación funcionen a pleno rendimiento. Y seguimos contando con una aceptable promoción por parte de los organismos oficiales y también de las personas que han ido pasando sus vacaciones aquí y que al regresar a sus países, han ido haciendo la mayor de las publicidades, es decir, la de boca a oído.
Por otra parte, la Administración se dio cuenta hace tiempo de la necesidad de no dejar a la improvisación el desarrollo futuro de nuestras Islas y así ya existen dos magníficos estudios, los Planes de Ordenación de la Oferta Turística de las islas de Lanzarote y de Fuerteventura.
En ellos se dan, después de examinar todas las posibilidades de infraestructura de personal, etc., de las dos islas, unas líneas generales para el desarrollo a corto plazo en Fuerteventura, ya que se contempla el límite del año 1990, y a medio plazo en Lanzarote, ya que el límite que se puso fue el año 2000. Está pendiente la realización del de la isla de Gran Canaria. Estos planes tienen un indudable valor para que después los ayuntamientos, que son soberanos, en cuanto a su desarrollo urbanístico, puedan incluir, entre sus planes de ordenación, esas grandes líneas maestras, que pueden ser adaptadas o variadas según las circunstancias, pero que, en definitiva, lo que significa es que no se puede dejar a la iniciativa privada la planificación de nuestro futuro sino que es necesario contar con un instrumento legal y urbanístico que evite los abusos y la improvisación.
Por todo ello, tenemos una gran confianza en el porvenir turístico de nuestra provincia, salvo que hechos que nos sean ajenos puedan incidir negativamente en el mismo.
Si hasta hace poco tiempo, nuestro desarrollo ha estado ligado a algunas decisiones que habían de tomarse en Madrid, ahora seremos los propios canarios quienes hemos de resolver nuestro futuro.
Por ello, el Gobierno Autónomo Canario tiene ante sí el gran reto de consolidar y aumentar nuestro sector turístico, con la indispensable colaboración de la iniciativa privada, que ha sido, indiscutiblemente, el gran soporte, el gran motor de aquel.
Me consta que las máximas instancias del Ejecutivo canario son conscientes de la importancia capital que tiene el turismo para la economía de las Islas y de lo que este significa desde el punto de vista social; no sólo para quienes participan directamente en la industria turística sino también para aquellos –numerosísimos- a quienes alcanza el ‘efecto multiplicador’ del mismo.
Confiamos en ese futuro.
Pantaleón Quevedo Vernetta

Número de turistas llegados a Gran Canaria
  • 1953:       16.498
  • 1954:       14.344
  • 1955:       15.039
  • 1956:       15.263
  • 1957:       22.595
  • 1958:       23.701
  • 1959:       24.977
  • 1960:       45.521
  • 1961:       58.196
  • 1962:       73.224
  • 1963:     100.546
  • 1964:     137.469
  • 1965:     191.663
  • 1966:     243.109
  • 1967:     284.453
  • 1968:     335.246
  • 1969:     384.479
  • 1970:     466.632
  • 1971:     595.832
  • 1972:     707.414
  • 1973:     777.583
  • 1974:     898.404
  • 1975:     906.010
  • 1976:     960.789
  • 1977:  1.171.588
  • 1978:  1.034.065
  • 1979:  1.084.526
  • 1980:  1.022.660
  • 1981:  1.093.043
  • 1982:  1.191.186
  • 1983:  1.301.916

sábado, 26 de marzo de 2011

El paisaje cultural arquitectónico canario como atractivo turístico

De 'Lanzarote, arquitectura inédita'
Publico hoy la parte segunda de la ponencia presentada por Juan del Río Ayala y Juan Márquez Peñate ante la I Asamblea de Municipios Turísticos de la provincia de Las Palmas (1967). Al igual que lo sucedido con el patrimonio arqueológico, la gestión del patrimonio arquitectónico es una asignatura pendiente en la que se han dado casos espectaculares de destrucción impune por parte de quienes tenían que velar por la conservación de este patrimonio que, también, es susceptible de convertirse en el principal recurso turístico de un territorio, tal como ha sucedido con la ciudad de La Laguna tras la obtención de la categoría de Patrimonio de la Humanidad concedida por la Unesco.
Es de resaltar que no se ha realizado la propuesta de desarrollar un estudio que definiera el 'estilo canario', si bien, gracias a la obra de César Manrique 'Lanzarote, arquitectura inédita', descubrimos el valor extraordinario que cada isla -con su singularidad- podía aportar a ese compendio de arquitecturas que conforman la arquitectura canaria. existiendo otros trabajos anteriores que recoge un interesante artículo de la revista Rincones del Atlántico (2004), aunque al tratarse de un artículo y no de un trabajo con objetivo de exahustividad, no aparece referencia a algunos libros como:


Transcribo literalmente la ponencia 'Los monumentos arquitectónicos'.
"Entendemos por tales todas aquellas construcciones, o edificaciones, en las que, a través de los tiempos, el hombre se ha recreado de manera artística dejando en ellas parte de su alma y la impronta del gusto de una época, completada por la pátina del paso de los siglos y el sentido histórico que tuvieron. Según esto no sólo caen en este concepto los templos, los edificios oficiales, los palacios, sino aquellas simples casas que bien sea en sus frontispicios, en sus patios o en sus interiores, denoten algunas de las condiciones expuestas.
Las Islas Canarias y principalmente esta de Gran Canaria, han sufrido, al igual que sus poblaciones, una serie estimable de aportaciones arquitectónicas que, a su vez, han sido profundamente modificadas in situ, o combinadas entre sí para dar como resultado de un estilo, o estilos peculiares, que conocemos o intuimos, pero que ni hemos definido ni analizado.
Desde el estilo Isabel, aportado por los conquistadores en el siglo XV, que aquí se despoja espectacularmente de la exuberancia de sus finos y alicatados adornos para reducirse a sus líneas básicas de manera pobre y ascética, pasando por el subsiguiente plateresco y el barroco, introducido por los jesuitas, que también reciben importantes modificaciones, hasta el neoclásico que priva a finales del XVIII y principios de XIX, sin olvidar las estimables aportaciones moriscas, han dado lugar a una variada gama de ‘especímens’ que, en general, incluimos en lo que llamamos ‘Estilo colonial Canario’. Por ello, es necesario estudiar estas formas arquitecturales y los diferentes estilos que en ellas han intervenido con las modificaciones sufridas en nuestro país, porque malamente se puede defender lo que no se conoce de forma terminante y específica.
Tras el estudio, la catalogación, en la que es necesario incluir iglesias, conventos, palacios, casas y todas las demás manifestaciones artístico-históricas existentes en las expresadas edificaciones, reuniendo en pequeños museos locales cuanto se encuentre disperso y en vías de desaparición. El patrimonio artístico no es exclusividad de una clase ni de una casta, ni las personas, ya sean naturales o jurídicas, que los posean merecen otro concepto que el de meros depositarios de los mismos, con todos los deberes y responsabilidades inherentes ate la sociedad de la cual salieron en un tiempo y en el seno de la cual tienen que permanecer.
Ciertos pueblos de la provincia de Las Palmas, de los cuales están casi todos incluidos en los calificados municipios turísticos –y si no lo están convendría señalarlos a los efectos de esta ponencia- conservan una característica y una pátina histórica y ambiental de otras épocas, ya sea en la totalidad de su casco urbano o en barrios del mismo. Estos casos vienen tipificados, por ejemplo, por la villa de Agüimes en Gran Canaria, el barrio de Vegueta en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y el de San Francisco en la de Telde, etc.
Con respecto a ellos es necesario imbuir, no sólo a los ayuntamientos que los rigen, sino a sus propios vecinos, de la absoluta necesidad del mayor respeto a estos aspectos sin que puedan prevalecer razones de urbanismo, de ‘snobismo’ y aún de confortable higiene, porque para lo primero, solares y terrenos tienen todos los pueblos para establecer zonas urbanas enteramente modernas donde caben todas las apetencias progresistas y en cuanto a lo segundo, compatibles con todos los adelantos de confort e higiene en los interiores, respetando el carácter de los exteriores o disimulándolos hábilmente bajo los mismos. Sabido es que en muchas ciudades europeas de viejo abolengo (Venecia, Brujas, Florencia, bastantes barrios de París, entre otras), no sólo los edificios, sino hasta los pavimentos de las calles y cualquier piedra, constituyen verdaderos ‘tabús’ y que en nuestra patria es todo un ejemplo de sensibilidad las sabias ordenanzas municipales del Ayuntamiento de Barcelona sobre la conservación del maravilloso barrio gótico.
Por ello, la ponencia plantea como conclusiones las siguientes propuestas:


  • Propugnamos la creación de una comisión asesorada por la persona que idóneamente represente en la provincia a la Dirección General de Bellas Artes y con la inclusión de miembros del Colegio de Arquitectos, de la Universidad Internacional de Canarias y del Patronato de la Casa de Colón, en el campo de la defensa y conservación del patrimonio histórico artístico.
  • Solicitar del Colegio de Arquitectos una declaración sobre el llamado vagamente estilo colonial canario, una exacta definición del mismo con señalamiento de los motivos estilísticos que lo integran y la fijación de los arquetipos ejemplares.
  • Que por la comisión que se propugna se proceda a la catalogación de monumentos y obras de arte de cualquier índole existentes en la provincia y principalmente en los municipios declarados turísticos, ya sea en templos, edificios oficiales y casas particulares.
  • Que la misma comisión haga un estudio de la llamada pátina histórico-artística de los pueblos, los eleve al conocimiento de la Dirección General de Bellas Artes y de la de Educación Popular de Ministerio de Información y Turismo e inste a los ayuntamientos respectivos a redactar y aprobar unas ordenanzas municipales encaminadas a su estricta conservación.

lunes, 21 de marzo de 2011

La isla de Lobos y los delirios urbanísticos

Plano del proyecto de urbanización
En Septiembre de 2009, la reina de España inauguró el Centro de Interpretación del Parque Natural de la Isla de Lobos. Un territorio de cuatro kilómetros y medio de superficie que es visitado a diario por decenas de turistas con una serie de restricciones de uso que tienen por objeto preservar los valores naturales de este entorno privilegiado.
A diferencia de otros Parques Naturales de las Islas, en este islote se ha podido instaurar  un modelo diferente de gestión del territorio, similar en su aprovechamiento a los cuatro Parques Nacionales existentes en las Islas Canarias y que tienen unas normas de protección y de disfrute que hacen que sean de los enclaves naturales más visitados de Europa.
Atrás quedan los delirios desarrollistas de los años setenta, cuando se difundió un folleto en el que aparecía una isla de Lobos desquiciada, con hoteles, casino, helipuerto, club de golf, hipódromo y varios puertos deportivos (llamados ‘marinas’), con numerosas residencias para un turismo que –gracias a la crisis internacional- pudo evitarse. En el folleto editado para promocionar esta ‘maravilla’ de la conversión inmobiliaria y turística, se afirmaba que el proyecto estaba presidido por las siguientes ideas:
  • Respetar en su totalidad la morfología de la Isla.
  • Impedir la abusiva explotación del terreno. La parcelación constituye menos de la sexta parte de la superficie total.
  • Creación de elementos comunes. Quien adquiere una parcela no compra solamente metros, sino ‘un lugar determinado’ y partes ideales y de disfrute de esos elementos comunes, siendo un copropietario de la totalidad de la isla.
  • Impedir la concentración, creando distintos núcleos independientes y comunicados entre sí.
También queda atrás la posesión de la isla de lobos por parte de un fondo de inversión alemán (Geafond), interesado en obtener la máxima rentabilidad económica de ese pequeño territorio, pero que también con el paso del tiempo traspasó el territorio al grupo hotelero RIU con el que se negoció para lograr la conversión de Lobos en lo que hoy es, un ejemplo de conservación y disfrute sostenible que, además, es un reclamo complementario para los hoteles de la zona de Corralejo.
Mucho más atrás queda el tiempo en el que la Isla era el cobijo de una colonia de focas que fueron esquilmadas durante siglos hasta su total desaparición del islote al que dieron su nombre. La foca monje, hoy una de las especies con mayor peligro de desaparecer del planeta, ya sólo visita sus costas de forma esporádica, cuando tuvo en este territorio uno de sus lugares de residencia, con una colonia de cientos de ejemplares que fueron usados por piratas y corsarios para convertir sus grasas y su piel en calzado o abrigos. Esta especie -que habitó en toda la Macaronesia y el Mediterráneo, ahora está reducida a peligrosas cavernas en la costa de Mauritania.
Algo similar se planificó para La Graciosa, donde había y hay un núcleo de población marinera en Caleta del Sebo –con un crecimiento notable en los últimos años- y donde se ha consolidado un núcleo residencial en Pedro Barba. De ahí que, por ejemplo, la isla cuente hoy día con -nada menos- un parque automovilístico de sesenta vehículos: tres coches por cada kilómetro cuadrado de superficie.

La información del proyecto de urbanización para la Isla de Lobos fue publicada en 1967 por la imprenta Grafican SA. Depósito Legal 660-1967

sábado, 19 de marzo de 2011

Una estrategia turística para salir de la crisis económica en Canarias

El amigo Manuel Luaces me sugiere que participe en el debate abierto por la empresa Proesform respecto a una propuesta/análisis elaborada con el objetivo de ofrecer alternativas para luchar contra la crisis económica, con el sector turístico como punta de lanza de ese proceso.
Lograr un 30% más de turistas, sin construir más camas, mejorar políticas de precios, crear empleo y dar potencia de tren de alta velocidad a la 'locomotora' canaria de la economía: el turismo, son algunos de los aspectos que desarrolla en su propuesta.
Participa en el debate y contribuye a dar una salida a la crisis.

jueves, 17 de marzo de 2011

Los aeropuertos de Damocles o la espada de Canarias

Salón aeropuerto de La Gomera
Cada día que pasa sin que se cierre el anuncio de huelga en los aeropuertos españoles es un suma y sigue de posibles turistas que eligen otros destinos fuera de España -y sobre todo, de Canarias- para sus vacaciones de Semana Santa. Esto, por mucho que lo niegue el ministro del ramo, José Blanco, y otros cargos públicos de su partido, es una realidad constatable y no un dogma de fé. Pero bueno, los políticos están ahí para decir lo que quieran decir y nosotros para valorar si nos han mentido o no.
Lo cierto es que en España somos muy generosos a la hora de crear empresas públicas para garantizar unos servicios de calidad y luego venderlas para que otros se enriquezcan: Telefónica, Endesa... Y, ahora, AENA.
De ahí que los trabajadores de AENA tengan razón al criticar que un ente rentable pase a manos de empresas privadas cuya finalidad es la rentabilidad económica y no la mejora de un servicio fundamental en el mundo en que vivimos y, sobre todo, para los territorios insulares, como es el caso de Canarias.
También tienen razón los trabajadores al reclamar que se garanticen sus puestos de trabajo, los del personal eventual y cualquier otro logro conseguido (sin pasarse, que esa es una de las causas de la mala imagen que tienen la mayoría de los empleados públicos en este país).
Asimismo, les asiste el derecho a la huelga, al igual que otros muchos derechos que no se les puede negar.
Dicho esto, también deberían tener en cuenta que no son un cuerpo aislado del conjunto de un sistema productivo del que depende la economía del país. Desde el transporte de mercancías y personas, a todos los agentes que giran en torno a ese tráfico llámese turismo, negocios, viajes de trabajo o para acudir al especialista o al tratamiento que no se puede recibir en el territorio de residencia. La mayoría de las empresas que giran en torno a este sector padecen muy duramente la crisis que se ha instalado en nuestro país, que no sólo de ladrillo vive la economía española (o vivió). Sobre todo, después de la dramática situación vivida el pasado mes de diciembre con la huelga de controladores aéreos que supuso el bloqueo de millares de personas.
Con aquel antecedente, los trabajadores de AENA han demostrado su sentido social, su solidaridad con los que padecerían el impacto de su convocatoria de huelga: los pasajeros y las empresas que dependen de que ese tráfico de personas y mercancías no se vea alterado y, sobre todo, con los que no tienen otra posibilidad (llámese guaguas o trenes) para desplazarse con rapidez por el mundo.
Planteada así la cuestión, el preacuerdo alcanzado entre los representantes sindicales y la representación de la empresa AENA habrá de ser ratificado el próximo jueves, 24 de marzo, con lo que continuará sangrando la economía turística de las Islas en la incertidumbre de si se va a apoyar o no el acuerdo en todos los aeropuertos y por la mayoría de los trabajadores.
Pero, a quién le importa un señor que tiene una agencia de viajes, en la que ya sólo trabaja él porque el volumen de ventas se ha reducido en los últimos cinco años más del 65%, que la comisión por venta se la han reducido hasta niveles de rentabilidad cero... Repito ¿a quién le importa si tiene que cerrar su negocio y dedicarse a los lunes al sol, posiblemente sin prestación por desempleo al ser ex autónomo? ¿A quién le importa que Canarias siga engordando su cifra de paro, con el porcentaje de desempleo más elevado de España? Parece que no le importa a nadie, ni a la empresa ni a los trabajadores que usan las fechas vitales para el sector turístico canario como arma para la negociación.
Dicho esto, quisiera comentar también uno de los temas que se negocian: "El documento establece que el nuevo modelo de gestión aeroportuaria garantiza la viabilidad económico-financiera de la red de aeropuertos, ya que los cánones que AENA Aeropuertos obtenga de los aeropuertos concesionados, así como los ingresos que reciba de las sociedades filiales, serán utilizados para el funcionamiento de la red". Quiere esto decir que de los cuarenta y tantos aeropuertos (dos de ellos son helipuertos) que hay en el país, no se va a cerrar ninguno. Olvidándose que más de uno se construyó por caprichos políticos para 'elevar la categoría' de determinados lugares, sin un plan de negocio o una necesidad real que lo justificara.
De hecho, con todas las objeciones que se puedan tener a aeropuertos como el de La Gomera, con un tráfico de 32.252 pasajeros en 2010 (el de El Hierro tuvo 170.975 pasajeros en el mismo año, por encima de León, Badajoz, Salamanca, Vitoria y Burgos), el número de pasajeros que viajaron a la isla colombina superó el tráfico de los aeropuertos de Ceuta (helipuerto), Torrejón, Logroño, Albacete, Algeciras (helipuerto), Córdoba, Huesca y Cuatro Vientos.
Si esos aeropuertos no cumplen la función social-territorial que acomete el de La Gomera, ni tienen rentabilidad (puede que sean muy importantes en tráfico de mercancías) ¿por qué se obliga al sistema a sufragar sus pérdidas? ¿Acaso no tienen esas ciudades acceso a redes de trenes -incluso de alta velocidad- y de transporte por guagua o camiones en autopistas que pueden llegar hasta Moscú sin tener que embarcar? Debe ser que el interés de unos pocos está por encima del interés general. Así no se construye una sociedad solidaria y eficaz. Pero claro, los intereses que se defienden en muchas ocasiones no tienen nada que ver con la sensatez y el acuerdo, aunque tenga el apoyo de todos los trabajadores y la bendición de AENA y del Gobierno, no dejará de ser una espada de Damocles sobre el sistema aeroportuario del país.

domingo, 13 de marzo de 2011

Arqueología canaria, un producto turístico sin desarrollar

Publico hoy la primera parte de la ponencia con el título 'Revalorización del patrimonio artístico monumental de los Municipios' presentada por Juan del Río Ayala y Juan Márquez Peñate ante la I Asamblea de Municipios Turísticos de la provincia de Las Palmas (1967). Es importante comprobar cómo, cincuenta años después, la gestión del Patrimonio Histórico prehispánico continúa como una asignatura pendiente en nuestro territorio y, sobre todo, constatar que muchos problemas advertidos entonces no fueron solucionados ni se evitaron los peores pronósticos.
Con la perspectiva del tiempo, vemos que la Cueva Pintada tuvo que esperar más de 25 años y ya bien entrada la etapa democrática para comenzar unos trabajos que conducirían a la apertura del parque arqueológico tras unos larguísimos 24 años de trabajos. Los poblados de Cendro y Tara desaparecieron y el caso del cementerio de Lomo Gordo en Maspalomas, cuyos restos fueron rápidamente levantados y trasladados a una nave para apilarlos sin ningún respeto a su valor patrimonial e histórico. No todo es negativo, pero el balance no es tampoco para enorgullecernos, fundamentalmente porque los especialistas a cargo del patrimonio no tienen formación turística.
Transcribo literalmente la ponencia: “Si entendemos por patrimonio artístico y cultural todo ese acervo de manifestaciones de esta índole que a través de los tiempos ha ido quedando como la huella y la impronta del paso de unas generaciones dentro del desarrollo histórico y etnológico de un pueblo, fácil será comprender que esta ponencia necesita dividirse en varios apartados que abarquen, de una manera precisa y concisa, diferentes aspectos, a primera vista distintos, que no son otra cosa que variaciones sobre el mismo tema, según el tiempo y el espacio, destacando, a la vez, la importancia que tiene ante el turismo, cuando el viajero, instintivamente, se convierte en un observador y un estudioso del pueblo y la región que visita.

Los yacimientos y monumentos arqueológicos

El hecho de haber sido las Islas Canarias asiento de un pueblo aborigen que permanece hasta el siglo XV en plena cultura de la piedra pulimentada que permite establecer paralelos con las que se extinguieron hace muchos miles de años en el Centro y Sur de Europa y Norte de África, hace que el problema guanche sea de acuciante interés entre los sabios y que trascienda a la curiosidad del mundo medianamente culto.
Aunque en todas las islas del Archipiélago se encuentran manifestaciones monumentales de este pueblo aborigen que, salvando las distancias de riqueza material y artística, pudieran constituir un motivo de atracción turística como el que ejerce la egiptología, por ejemplo, siendo la de Gran Canaria la de más densa población prehispánica, -unos doce mil habitantes, según datos de historiadores y viajeros- es ella la que mayor número de yacimientos y estaciones arqueológicas presenta. Unas ya desgraciadamente desaparecidas, debido a a ignorancia y a la incuria; otras en vías de desaparición pero que aún pueden salvarse y las menos en aceptable estado de conservación aunque en lugares inaccesibles o de difícil acceso para el turismo.
Poblados troglodíticos o de casas de plantas cruciformes y construcciones megalíticas; necrópolis tumularias y enterramientos en cuevas; montes sagrados y lugares de oración y culto, cenobios de castas sacerdotales, se encuentran por doquier en Gran Canaria, pero entre todas estaciones arqueológicas existen algunas de imponderable interés científico y turístico, que merecen un esmerado servicio de conservación y la construcción de las obras necesarias para hacerlas asequibles y ponerlas de relieve ante nuestros visitantes, de tal manera que no dudamos en afirmar que las inversiones que se realicen por uno u otro concepto gozarán de una alta rentabilidad, a la larga, con sólo imponer un pequeño estipendio o cuota por visitante y por la venta de guías explicativas y reproducciones fotográficas que se obtengan de las mismas.
La historia de la conservación de los monumentos arqueológicos en Gran Canaria –y en todas las islas en general- es territorialmente trágica, por no decir vandálica. Aparte de las destrucciones causadas por la gente ignorante y zafia de los campos que se han entretenido en romper a pedradas preciosas muestras de la cerámica aborigen, o regocijarse en destruir hipogeos, haciendo rodar las momias por las laderas, tenemos los casos de inaudita responsabilidad de personas que se precian de cultas y de las mismas corporaciones que bien fuera por incuria, por abandono y hasta por ignorancia, han permitido que se consumaran estos horrendos hechos. De éstos basta con citar algunos ejemplos que constituyen un auténtico baldón.
En pleno siglo XVIII, cuando la Ilustración hacía estragos de pedantería enciclopedista en las Islas y el culteranismo aún latía entre la gente letrada y retórica, fue totalmente destruido en Gáldar el palacio de los guanartemes so pretexto de aprovechar las piedras que formaban sus maravillosas murallas megalíticas y las ricas maderas de su techumbre e interiores en la construcción del actual templo parroquial.
A fines del siglo pasado (siglo XIX) y principios de éste, con motivo de la construcción de la carretera general del norte, apareció la maravillosa Cueva Pintada de Gáldar, con sus pinturas geométricas rupestres completamente intactas y en profusión inaudita, ejemplar único en el mundo y, desde luego, tan valioso o más como puede serlo la famosa cueva de Altamira y otras por el estilo. Pues bien, los trabajos de la carretera continuaron por el lugar indicado de antemano y destruyeron una parte de sus salas, sin que a los técnicos de entonces aquellas preciosidades les merecieran la mínima molestia de hacer una pequeña desviación en el trazado para salvarlas y lo que quedó incólume pronto fue destinado a cuadra y estercolero y así continúa a ciencia y paciencia del municipio de Gáldar y de los diferentes ayuntamientos que lo han presidido, con la agravante de que los terrenos suprayacentes al indicado monumento fueron destinados al cultivo de plataneras y las aguas de riego, filtrándose por la roca extremadamente porosa, han destruido o han ocultado, proliferando líquenes, la casi totalidad de las pinturas.
El inestimable ‘almogarén’ o lugar de oración y ofrendas de Cuatro Puertas y, sobre todo, el subyacente cenobio que eminentes arqueólogos han señalado como interesantísimo complejo destinado a ritos de iniciaciones sacerdotales ha estado siempre, y continúa aún, convertido en corral de cabras.
El año 1934, la Comisión de Excavaciones Arqueológicas de El Museo Canario, con la generosa ayuda del Cabildo Insular de entonces, descubrió y puso de relieve a flor de tierra la necrópolis tumularia de La Guancha, en Gáldar, y el subsiguiente poblado de casas cruciformes de El Agujero, cuya labor de exhumación fue luego continuada con gran entusiasmo por la Comisaría de Excavaciones Arqueológicas hasta dejarla completamente a punto para el estudio y la contemplación. El solo anuncio de la aparición de los túmulos en la prensa local y las monografías que sobre este complejo ha publicado el señor Jiménez Sánchez han puesto en verdadera conmoción a todo el mundo científico. Sin embargo las modernas construcciones que se realizan en la playa de El Agujero, el constante paso de camiones por junto a los túmulos y el abandono total en que se tiene a este complejo, amenaza con su ruina y desaparición.
Casos como los señalados podríamos citar infinidad de ellos en todos los tiempos y en todos los momentos, incluyendo los actuales. Nos consta a los componentes de esta ponencia los angustiosos clamores, las exposiciones, los ruegos y las gestiones de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas ante Corporaciones y Organismos –y con ella las expresiones de justa y desencantada queja de todas las personas amantes de estas cosas en artículos y conferencias- pero todo ha sido completamente inútil ante un desentendimiento total o incomprensión, de lo que estos monumentos significan como valores científicos y turísticos.
Claro está que la pobreza de medios de los municipios, unida a la multiplicidad de problemas de toda índole que les aquejan, hace que esta ponencia comprenda que muchas de estas corporaciones no puedan acometer por sí solas labores de conservación, defensa y acceso a estos monumentos y que necesitan para ello la ayuda de organismos provinciales y aún estatales, aunque sí les es encomendable de manera específica el establecer, hasta donde les permitan las leyes de administración local, ordenanzas municipales en evitación de desmanes sobre los mismos y el estado de vigilancia y alerta para denunciar rápidamente a estamentos de mayor poder coactivo, los que no estén en sus manos evitar.
En las conclusiones de esta ponencia expondremos una serie de sugestiones, en forma más constructiva que la simple crítica que nos hemos visto obligados a hacer, en torno de la conservación y acceso a algunos de estos principales monumentos y complejos arqueológicos.

Las conclusiones sobre este apartado planteadas por los ponentes son:
1.- Entendemos que es de todo punto necesaria la constitución de una comisión provincial que, bajo la presidencia del Gobernador Civil, con la dirección y asesoramiento de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas, esté integrada por miembros de la Universidad Internacional de Canarias (en aquella época existía en Las Palmas de Gran Canaria la Universidad Internacional Pérez Galdós), Museo Canario y personas amantes y versadas en nuestra arqueología. Esta comisión tendría como cometido especial la vigilancia y la gestión para la conservación, exploración y posibles restauraciones de todos aquellos monumentos y complejos arqueológicos, así como vestigios del pueblo aborigen, que denuncia la Comisaría de Excavaciones Arqueológicas.
Esta comisión debe de estar representada, por medio de corresponsables, en aquellas localidades en cuyos términos radiquen esta clase de yacimientos.
2.- Instamos de urgentísima necesidad los siguientes extremos:


  • La adquisición por el Cabildo Insular y su anexión al Parque Insular del Nublo, de los terrenos que forman parte de la cordillera básica del antiguo monte sagrado Bentayga, andén de Tabacalete y los sendos roques subsiguientes, por comprender el más extenso y uno de los más interesantes complejos arqueológicos de Gran Canaria.
  • Que por el propio Cabildo Insular se dé cima a su obra, ya comenzada, de adquisición, restauración y acceso al lugar histórico-arqueológico de la Fortaleza de Ansite.
  • Instar al Ayuntamiento de la ciudad de Gáldar las rápidas medidas conducentes a salvar de la total destrucción la llamada Cueva Pintada y su posible restauración, así como la puesta en explotación turística de este interesante monumento. La redacción y aprobación de unas ordenanzas municipales encaminadas a evitar la invasión por edificaciones y urbanizaciones de los complejos arqueológicos de El Agujero y La Guancha y la vigilancia de los mismos.
  • Instar al Ayuntamiento de la ciudad de Telde la adquisición de la montaña de Cuatro Puertas, el adecentamiento y limpieza de las cuevas que forman su interesantísimo complejo y el acondicionamiento del acceso al mismo. Así mismo, ver la forma de rescatar para su pertenencia las cuevas  que aún subsisten de los poblados troglodíticos aborígenes de Tara y Cendro y las que permanecen a la margen izquierda del Barranco de Silva.
  • Instar al ayuntamiento de la ciudad de Guía el adecentamiento  y limpieza del Cenobio de Valerón, bajo la dirección de la Comisaría de Excavaciones Arqueológicas y la colocación de pancartas con textos explicativos del significado de aquel monumento en varios idiomas. También solicitar de la Junta Administrativa de Carreteras el estudio y la forma de construir un aparcamiento adecuado, próximo a la subida al monumento, y capaz para los grandes autobuses turísticos. Ver la forma de poner en explotación turística este monumento con cuyos ingresos pudieran atenderse los gastos de conservación y el de un guía competente.
  • Instar al Cabildo de Lanzarote la exploración, conservación y puesta en explotación turística del complejo conocido por Castillo de Zonzamas y la subsiguiente zona de ‘La quesera de los maxos’. Así como la vigilancia y conservación de las ruinas y los pozos de San Marcial del Rubicón.


3.- Que aprovechando los meritísimos trabajos de catalogación y ubicación geográfica de todos estos monumentos y yacimientos arqueológicos realizados por el Comisario de Excavaciones Arqueológicas, se proceda a la edición de una guía políglota explicativa de los mismos, con las pertinentes indicaciones de acceso”.
Los siguientes apartados de esta ponencia que publicaré en breve son:

  • Los monumentos arquitectónicos
  • La arquitectura rural canaria
  • El folclore

jueves, 10 de marzo de 2011

"Duele mucho todo lo realizado de manera falsa y postiza" (César Manrique)

César Manrique

Reproduzco aquí, íntegramente, el texto de la conferencia pronunciada por César Manrique en la I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos de Las Palmas, celebrada entre 1962 y 1963. Han pasado 50 años y su mensaje se mantiene vigoroso y más necesario que nunca:
Es elogio unánime de cuantos viajeros nos visitan, ponderar la pureza que se ha logrado conservar hasta ahora, de gran parte de nuestro paisaje y arquitectura, así como también de nuestras vernáculas costumbres; añorándose tiempos no muy lejanos en que podían verse determinadas labores agrícolas y trabajos de artesanía en tahonas, carpinterías, molinería o calafates y antas otras ramas de los modestos trabajos artesanos de nuestros pueblos;  o bien aquellas sorprendentes construcciones de nuestra ingenua y elegantísima arquitectura popular, en todas sus ramas y manifestaciones, ya fuesen los caserones nobiliarios de Vegueta (Escudo y portada) o sus hermanos menores de la señorial y adormilada Villa de Teguise, en mi Lanzarote, la de las talladas ventanas con las empedradas calles empinadas a las que perezosamente se asoman las innumerables chimeneas, gigantescas, extrañamente bizantinas, alimentadas por las humosas ‘aulagas y varas’, que negreaban sus altivos remates. Recuerdo vivo es también la majorera Betancuria, donde el tiempo aletargado nos lleva inevitablemente al siglo XVII, deleitándonos en el salto atrás, para sumirnos en el nostálgico ensueño de un tiempo que hemos perdido para siempre, y que era en donde el hombre de Canarias se había manifestado de una manera auténtica y original debido a su aislamiento y a la falta de posibles influencias extranjeras.
Recorriendo nuestras Islas, difícil es encontrar un rincón que no nos susurre a oído la belleza pretérita, que pugna por hacerse oír, entre tanta chabacanería y mal gusto que la encubre y desfigura por querer imponer en nuestra latitud algo que nada tiene que ver no nuestro clima, y con nuestras costumbres. Siempre hubo una buena razón para destruir sin construir, para demoler sin piedad y esparcir a los vientos, la piedra y el apero, la canción y el donaire, el árbol y la pared…
Ay mi ermita de Máguez la blanca oración, el perfecto pareado colonial de cruz y portada, caída en incruento sacrificio; vencida por la prosa práctica del “es necesario”.
El más humilde corral, la era más desolada recogerá cien veces mejor comentario que el despliegue máximo que podáis hacer de geométrico cubículos, de eso que hoy tan pomposamente se llaman complejos turísticos, y que las más de las veces (salvo raras y meritorias excepciones) no hacen sino ensuciar nuestros campos y nuestras playas.
Así, imbuido de este espíritu, empañado en un convencimiento en el que la verdad está en nuestras puras raíces, en la conservación y exaltación de todo lo canario, podéis suponeros que mis recomendaciones en esta ponencia se basará toda ella, en salvar lo que aún queda en pie, rodeándolo del respeto y de la categoría artística que el valor de los siglos le dieron y el amor que pusieron en ellos los que nos antecedieron, nos hagan dignos de entregárselo en un esforzado relevo a aquellos que nos sucederán.
Ya nada podemos hacer para salvar lo que se destruyó ciegamente, pero sí podemos hacer mucho por mejorar lo que ya se ha hecho. Salvaremos un paisaje si cambiamos el color del albeo de una ‘urbanización simplemente o piadosamente con una hábil cortina de verdes plantaciones se puede disimular la hiriente fealdad de cualquier otra ‘promoción turística’. Afortunadamente, los recursos que nos ofrece hoy la técnica combinándola acertadamente con el buen gusto y el espíritu de nuestra arquitectura popular pueden transformar totalmente, a un bajo costo, cualquier estridente adefesio, plantado en lo mejor de nuestro paisaje, por la ignorancia de unos y la pasividad de los otros.
Mi propia experiencia me ha hecho comprobar lo fácil que es cuando existe cooperación y espíritu comprensivo, salvar airosamente lo que irremisiblemente parecía perdido. Esta experiencia mía de que os hablo, se refiere principalmente a mi isla de Lanzarote, pero no veo dificultades en aplicarla en las demás islas.
En este empeño, me he propuesto publicar con la generosa cooperación del Exmo. Cabildo de Lanzarote y de la Caja Insular de Ahorros de Gran Canaria, un libro sobre la arquitectura popular de Lanzarote, en todos sus matices, en el que trataré de llevar a través de la imagen, la realidad de las bellísimas muestras arquitectónicas, blancas y humildes de nuestra Isla. Este libro servirá de guía para toda clase de construcciones que se realizarán en el futuro por el rico documental que cuidadosamente he seleccionado.
Desde hace algún tiempo, en esta labor, hasta ahora incomprendida de reconquistar y revalorizar todo lo nuestro, sea zorondongo o queso tierno, tea o lava, chimenea o silla de camello, tuve la fortuna (a costa de tenacidad y lucha diaria) de convencer a personas amantes de sus islas, pudiéndose llegar a realizaciones enmarcadas dentro del espíritu por el que abogamos, consistente en líneas generales en que los exteriores de las edificaciones sean de color blanco, no se permita el empleo de columnas de tubos en las fachadas, las cornisas o aleros, procurar eliminarlas, así como también no permitir cubiertas de tejas, pizarra u otros materiales análogos, prohibiendo además la colocación de rótulos o anuncios publicitarios en las márgenes de las carreteras y caminos de interés turístico (en este sentido el Cabildo de Lanzarote ha confeccionado unas ordenanzas de conservación del paisaje y la arquitectura popular) teniendo la absoluta certeza de que si estos proyectos se aprobaran, sería el único medio de llegar de una manera positiva a la salvación del paisaje creando una armonía y unidad de estilo tan pocas veces conseguidas.
Mi agradecimiento a todos por haberme escuchado, pues duele mucho todo lo que ha sido realizado de una manera falsa y postiza, cuando tanto, tan real y tan bello nos rodea a quienes tuvimos la fortuna de nacer o al menos vivir en estas islas.

domingo, 6 de marzo de 2011

Seguro de sol... ¿para qué?

“Les habla el hombre del tiempo / Con nuevas informaciones / tendremos chubasco y viento en varias de las regiones / el cielo estará nublado y habrá nieve en las montañas /algunos puertos cerrados y frío en el resto de España…
Solamente Canarias conserva el clima primaveral. Tenerife tiene, seguro de sol…”
Qué recuerdos trae aquella canción de Los Mismos que presentaran al III Festival del Atlántico, en el Puerto de La Cruz en 1968, en pleno despegue del turismo de masas en las Islas. ¿Quién imaginaría entonces el desarrollo extraordinario que el turismo produciría en las Islas Canarias? ¿Y en cómo abastecer las necesidades de tanto turista…
Pues si, brevemente, aprovecho este acompañamiento musical para reflexionar sobre nuestro modelo energético y el fracaso que ha supuesto el sometimiento o secuestro de nuestra economía a las centrales que usan combustibles fósiles y, ahora, la implantación del gas, para lograr una energía que podíamos tener gracias a nuestro ‘seguro de sol’.
Canarias siempre se ha caracterizado por ofrecer una naturaleza que todo lo llena. Su clima es el principal reclamo para disfrutar de su sol y playas, pero la llegada del turismo de masas desborda los recursos que tienen las Islas y siempre se ha recurrido a lo fácil y a lo que pueden controlar unos pocos para su propio beneficio. De ahí que, lejos de ser un modelo de eficiencia energética, de sostenibilidad y de tratamiento integral de residuos y su reciclado, somos un ejemplo de todo lo contrario: superamos los niveles que establece la Unión Europea de emisiones de gases de efecto invernadero para producir energía eléctrica, tenemos plantas de residuos que se bautizan eufemísticamente como complejo ambiental y la prensa los describe como un Chernobyl. Y del mantenimiento de nuestro entorno natural, basta con ver el deterioro de Maspalomas y su ecosistema para tener que reconocer el fracaso.
Pero bueno, para no ser obsesivamente negativos, planteo la pregunta que todos los canarios nos hacemos: ¿Por qué todas las construcciones del sur de Gran Canaria, principalmente las turísticas, no están cubiertas de paneles solares?. El turista volvería a su país convencido de que los canarios no somos tontos y aprovechamos al máximo los recursos que nos ofrece la naturaleza. También le daríamos una alegría al Gobierno que lograría reducir su factura energética de forma más notable que reduciendo la velocidad a los coches; los turistas tendrían piscinas climatizadas en invierno sin producir contaminación y, la noticia mala para algunos, el recibo de la luz prácticamente desaparecería.
Ahora que hablamos de inversiones de doscientos millones de euros para cada planta de regasificación en Canarias, que se gastan miles de millones en planes de economía sostenible que confunden el arreglo de aceras con la sostenibilidad, que los combustibles fósiles están en fase de agotamiento, que la contaminación ha supuesto tantos males para el planeta… ¿por qué no demostramos desde Canarias que sabemos aprovechar nuestro ‘seguro de sol’?

viernes, 4 de marzo de 2011

Isla: un recorrido por la historia del turismo en Las Palmas entre 1946 y 1969

Portada del libro
Hace cuatro años presenté, en el Museo Néstor y en la Sala San Borondón del Centro de la Cultura Popular Canaria el libro "Isla, el turismo en la provincia de Las Palmas (1946-1969). Entre Néstor y el desarrollismo". Un compañero en inquietudes, en esto de intentar averiguar más sobre el turismo en Canarias, Javier Sosa Socorro, me ha recomendado que les avise que todavía pueden encontrar y leer este libro, una joya, según él. Un trabajo interesante, opino yo, y que abre las puertas a numerosas investigaciones no realizadas y necesarias.
La nota de prensa que remitió la editorial (el Centro de la Cultura Popular Canaria) señalaba: "Al hablar de progreso y desarrollo en Canarias, no queda más remedio que hablar de turismo, para bien y para mal. Míchel Jorge Millares ha elegido para estudiar los inicios de este fenómeno una fuente valiosísima: la revista ISLA, fundada y editada por el Centro de Iniciativas y Turismo de Gran Canaria. El CIT inició su andadura el 26 de julio de 1934. Marcado en sus orígenes por la apabullante personalidad de Néstor Martín Fernández de La Torre, su fallecimiento hizo que durante una larga etapa sus miembros intentaran mantener las directrices estéticas y culturales esbozadas por Néstor.

Sin embargo, con el paso de los años y los cambios en los hábitos turísticos, el CIT va despojándose de estos planteamientos de tipismo y adaptándose a una realidad que adquiere dimensiones extraordinarias. Estos aspectos están explícitos en la revista ISLA, a través de la cual se puede comprobar la transformación de la sociedad isleña.

En el entorno de la revista se podía localizar a la intelectualidad local, los seguidores a ultranza de Néstor, los grupos económicos de Gran Canaria y también a los seguidores de la Administración franquista, en un entendimiento que no deja de ser sorprendente. La trayectoria de ISLA a lo largo de más de veinte años, en los que tuvo que convivir con un régimen de dictadura, con censura previa y ausencia de libertad de expresión, es un hito en la historiografía de la prensa escrita en Canarias.

En los capítulos de esta obra se analizan distintas cuestiones relacionadas con la época y el turismo como: El Centro de Iniciativas y Turismo; El tipismo de Néstor y otras manifestaciones culturales; La política turística estatal en Canarias entre 1945-1969; El turismo: elites vs. masificación; El franquismo y la Iglesia española ante el turismo; y, por supuesto la revista ISLA: Director, tirada y difusión, periodicidad, colaboradores/redactores, fotografías e ilustraciones, secciones, géneros, contenidos, publicidad...

Este libro cuenta también con un interesante Prólogo de José Ángel Gil Jurado, quien entre otras cosas dice: Esta publicación de Míchel Jorge Millares es un relato de los primeros pasos que han conducido a este fabuloso conglomerado que hoy es el turismo en Gran Canaria; fabuloso más por lo que tiene de extraordinario y excesivo que por maravilloso y deseable en la forma en que se ha dado. El relato tiene, por tanto, el valor de recuperar una parte importante de nuestra memoria histórica reciente y de hacerlo, además, con el cuidado que cabe esperar de alguien que ama nuestra tierra.

Isla, el turismo en la provincia de Las Palmas (1946-1969). Entre Néstor y el desarrollismo, está distribuido en todas las librerías del Archipiélago, pudiendo solicitarlo en caso de no encontrarlo en su municipio llamando a los teléfonos del CCPC: 922 82 78 00/ 82 20 00 ó 928 39 00 80 o en el correo electrónico: centrodelacultura@centrodelacultura.com

El autor

Míchel Jorge Millares nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1959. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Master en Periodismo y doctorando por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Cursó el Master en Dirección y Administración de Empresas en la MBA Business School. Estuvo 18 años vinculado al periódico “La Provincia” como redactor y jefe de sección; un año como coordinador de Prensa Canaria Media. Actualmente es Consejero Delegado del Instituto Canario de Telecomunicaciones (IT7), donde participa en diversos proyectos multimedia y relacionados con internet. Autor de varias guías turísticas sobre las Islas, colaborador del Centro de la Cultura Popular Canaria en diversas enciclopedias, es además un activista social colaborando en iniciativas ciudadanas y participando como patrono de la Fundación Tamadaba y directivo de la Asociación Canaria para la defensa de la Naturaleza, Asociación Canaria de la Música y otros.