lunes, 13 de abril de 2015

Ajuy, una joya geológica mundial sin aprovechamiento turístico

Turistas en las cuevas de Ajuy (La Provincia).
El trozo de territorio más antiguo de Canarias es un espectacular monumento natural de “materiales antiguos de extraordinario interés científico, en el que están presentes sedimentos oceánicos y fósiles de animales marinos ya desaparecidos”. De hecho, este trocito de tierra podría dar las claves de la separación de los continentes americanos y africano. Este lugar, de más de 30 millones de años de antigüedad se adelantó en seis millones de años antes al resto de la isla majorera y el conjunto del Archipiélago Canario. Si usted visita este lugar podrá ver a través de diferentes capas el origen y formación de Fuerteventura, con tal variedad de sedimentos ígneos y volcánicos que lo hace merecedor de figurar entre los cien espacios de mayor interés geológico del mundo.

El enclave de las Cuevas de Ajuy forma parte de un conjunto más amplio en el territorio majorero y que está formado por cuevas, playas, piscinas naturales, el único barranco con un cauce de agua que corre todo el año hacia el mar, entre otros atractivos que incluyen un agradable pueblo de pescadores cuyos restaurantes siempre satisfacen el apetito de los turistas.

La mayor parte de estos terrenos son propiedad de la entidad Paraje Natural de Ajuy, cuyos propietarios han intentado poner en valor como recurso turístico, pedagógico y original en la isla de Fuerteventura, con la creación del Consejo Asesor de Las Cuevas de Paraje Natural de Ajuy SL, así como la mejora de las condiciones de seguridad, limpieza e información para los visitantes. En este sentido, intentaron hace varios meses cobrar por la visita al lugar, con los permisos necesarios para ello, y con la contratación de catorce personas residentes en el municipio de Pájara, principalmente en el pueblo de Ajuy. La empresa, además, elaboró material divulgativo en varios idiomas y usó uniformes y mobiliario para la vigilancia, atención e información de los turistas.

La oposición de numerosas personas dio lugar a que el Cabildo Insular solicitara a la Demarcación de Costas paralizar la actividad, lo que ha impedido el desarrollo de una actividad turística en una isla con escasas oportunidades para actividades rentables en el turismo, reducidas casi exclusivamente al establecimiento Oasis Park, y el polémico proyecto de la Montaña de Tindaya con graves conflictos por la pretensión de intervenir en su interior a pesar de tratarse de un lugar protegido por las leyes de espacios naturales y de Patrimonio Arqueológico.

Sorprende que con el ejemplo exitoso de Lanzarote (Jameos, Los Verdes, Timanfaya...) en la utilización de espacios de alto valor natural para la actividad turística, en Fuerteventura no se haya aprovechado este enclave espectacular que recibe a diario numerosos visitantes. Unos visitantes que se encuentran con un acceso abandonado, sin recursos de interpretación, con cierto riesgo y, sobre todo, dando una imagen de desidia por los recursos naturales y turísticos que no es propia de un destino de calidad europeo.

Podríamos decir que este caso es uno más de tantas arbitrariedades y falta de visión de las instituciones canarias, ya que algunos recursos con posibilidades de convertirse en referentes turísticos, se pierden en decisiones contradictorias y contrarias a los derechos de los titulares de la propiedad. Muy al contrario de otros que sin ser propietarios del suelo y con ventajas fiscales extraordinarias, logran a velocidad de crucero poner en marcha acuarios o parques acuáticos en suelo público.

La parcela figura en el registro de la propiedad de Pájara con la referencia catastral 35016 A001000030000XL a nombre de la citada empresa, con el nombre de Barranco de Ajuy. Asimismo, contaba con la autorización de la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Política Territorial para la “Actividad de visitas guiadas” con el expediente 2013/2185; y la Demarcación de Costas de Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente había dado la autorización para las visitas guiadas con el número de referencia AUT02/14/35/0002 ADP/14/102, con las tasas pagadas para dicho fin en el Centro Gestor de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar con fecha de 28 de julio de 2014.

En este caso, considero que la empresa propietaria tiene el derecho a poner en explotación este recurso con la colaboración y apoyo de las administraciones (local, insular y autonómica) pero también ha de tomar ejemplo del desarrollo de la actividad turística en Lanzarote, donde los residentes en la isla no pagan por entrar a los Centro de Arte, Cultura y Turismo. Un coste que tendría que asumir la empresa por su responsabilidad social al usar un espacio de altísimo valor ambiental que a lo largo de los siglos ha sido disfrutado por los majoreros. Pero los vecinos de la isla serían además embajadores o divulgadores de uno de sus espacios de mayor reconocimiento mundial.

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