lunes, 4 de enero de 2016

Crepúsculos turísticos

Atardecer en Las Canteras.

Volutas solares de volcán apagado. No es un poema pero sí la metafórica imagen que podemos contemplar en un atardecer desde cualquier punto de Gran Canaria. Atardeceres de ensueño que podrían llenar cientos de álbumes o páginas con espectaculares fotografías aunque lo mejor, indiscutiblemente, es ése momento placentero que se experimenta cuando observas el ocaso sobre el mar con la silueta de la isla de Tenerife, el Teide y –si acaso- las nubes en una composición de arte y naturaleza efímera que te deja paralizado. En éxtasis.



Atardecer en Maspalomas.

El atardecer es un momento para disfrutar el tránsito de la luz a la oscuridad, en una batalla de tonalidades y contraste de color que se funden hacia el crepúsculo.

En destinos turísticos como Ibiza o Bali se vende la experiencia de compartir la última mirada del sol en compañía, con la familia, pareja o amigos que llenan terrazas o sillas con mesas playeras junto al mar, frente a ese horizonte sobre el que se apaga el astro rey. Terrazas y locales con vistas al mar hacen negocio del ‘Sunset in paradise’, como si fuera la ‘Happy hour’ en versión 'slow' o relax, o las fiestas temáticas que se inventan para hacer caja.


Atardecer en Tasarte.

En Gran Canaria no se ha ritualizado el negocio para más de 3,5 millones de turistas al año. No hay establecimientos que ofrezcan el atardecer como aliciente que forme parte del producto de sol y playa. No han visto el negocio ante sus ojos a pesar de recordar cada tarde su presencia. Incluso podría escribirse una guía de lugares donde tener experiencias muy diferentes para vivir los atardeceres en Gran Canaria. Y es que en Bali o Ibiza no pueden ofrecer una variedad y una calidad de atardeceres como Gran Canaria. Aquí contamos con el cielo más limpio reconocido y protegido por Ley para disfrutar del espectáculo, coronado además por la silueta del pico más alto de España que es Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad: el Teide. Lo que garantiza y certifica esta experiencia diaria casi mística como un posible fenómeno turístico que podrá disfrutarse en Mogán, Arguineguín, Maspalomas, Tasarte, Veneguera, La Aldea, Agaete, Las Canteras, Pico de las Nieves, Degollada de Becerra, Artenara… ¿Quién da más? ¿Dónde ofrecen miradores tan variados con un espectáculo tan impresionante y puntual los 365 días del año?

Terrazas de atardecer en Bali.

Y ya puestos ¿no sería posible ‘vender’ también las experiencias del amanecer desde la capital, porque hay que no olvidemos que en Las Palmas de Gran Canaria se puede disfrutar siempre del amanecer y el atardecer. Incluso en esta ciudad se puede despedir al sol en el horizonte hacia América y ver cómo surge la luna desde la vertiente africana. ¡Qué maravilla! Dirían algunos y qué poco lo valoramos los propios isleños…

Negocio del ocaso en Ibiza.


Bueno, si ha leído hasta éste punto, posiblemente ya disfrute de estas ceremonias naturales o le haya animado a comprobar si un atardecer en Gran Canaria es una experiencia que merece ser disfrutada solo o en compañía. Hasta aquí es gratis para todo el mundo. El que pueda generar un beneficio económico o de promoción del destino depende de su imaginación.

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