Golf Maspalomas de 36 hoyos, antes de la especulación... |
Imagino
que habrá muchas personas e instituciones preparando el nuevo escenario
post covid19. Hay tres propuestas que me gustaría compartir con
ustedes. La primera es una obviedad y una exigencia: recuperar y
actualizar el origen turístico de Canarias. El destino más saludable, posiblemente, del mundo.
Tenemos que ser islas fortaleza de seguridad sanitaria de una vez. No
podemos ser un coladero de culebras, picudo rojo, termitas y rabo de
gato. Y menos de virus.
La
crisis sanitaria mundial demanda la aparición de destinos de salud
garantizada (no sé si se les llamará así, pero ese es el sentido). Y
todos los europeos saben que Canarias es el primer destino de salud de
la historia, las Islas Afortunadas. Donde además no exista el virus y
haya un control riguroso para que no vuelva a introducirse. El tiempo
para ello es todavía incierto pero precioso para prepararnos para ese
turismo -distinto- que vendrá. No cambiará mucho el perfil, pero sí la
cantidad y los nuevos modos de vida de turistas y residentes. Ellos
quieren el espacio donde disfrutar del buen clima. Así fue -o es desde
hace 150 años- en Canarias, cuando llegaron británicos y alemanes a
curar sus enfermedades producidas por la contaminación en los comienzos
de la revolución industrial. Aquel humo enfermaba, hoy es invisible la pandemia. O, también, con la llegada de los
escandinavos en los años 50 del siglo pasado. Desde entonces hemos sido durante más de un siglo
el balneario europeo de invierno.
De
hecho, los balnearios y manantiales de aguas medicinales salpicaban Gran Canaria y
también tenían fama las islas de El Hierro o La Palma, con sus pozos de
aguas curativas. Todo es historia, pero el clima sigue siendo una
fortaleza. Y esta crisis demuestra que se puede actuar para frenar el
cambio climático. Ya hemos comprobado las fuerzas dramáticas que puede desatar la naturaleza.
Hoy
día disponemos de una planta alojativa intacta y sin heridas, amplia, con numerosas
instalaciones de wellness que sustituyen aquellos balnearios
decimonónicos. Una red de instalaciones de ocio y de servicios de todo
tipo que han de adaptarse a las normas de distanciamiento. La
recuperación de visitantes se producirá escalonadamente y a base de
test, test, test (que funcionen). En plazos todavía imprecisos. Pero no solamente aquí. En todo el
mundo. Hasta la vacunación. Tiempo es dinero y esto tiene que entenderlo y asumirlo este sistema sobreburocratizado con leyes que acaben con su capacidad de agotar la paciencia de los empresarios de forma injustificada. ¿Qué se puede hacer
mientras? ¿Qué nuevas condiciones tendrá el mercado tras la vacuna?
En
realidad, no cambiará nuestra principal oferta que siempre ha sido de
salud. Sin contaminación, con lo que más demandan: sol todo el año junto
al mar. Canarias es el parque temático del clima saludable. Lo repito: Canarias es el Parque Temático del Clima Saludable, para quienes
padecen temperaturas bajo cero durante varios meses. Obligados al
confinamiento climático. Esa población sueña con sus 'horas de oro' en
Canarias. Y si garantizamos su salud probablemente asumirán el coste de
ese nuevo servicio, que conlleva más personal y medios higiénicos, junto a
mayores espacios por persona.
Es
nuestro turismo más fiel, no podemos fallar porque entre sus
preferencias hay una que necesitan tanto como nosotros: la seguridad
sanitaria.
Prepararnos
para garantizar la salud es dotar a todas las islas de instalaciones y
personal de control sanitario. Regresar a la 'normalidad insular' nos
permite una movilidad entre territorios dispares que puede facilitar la creación de productos para la sociedad conectada.
Y
aquí viene mi segunda propuesta. Hay grandes empresas de
entretenimiento que han visto paralizada toda su producción en todo el
mundo: películas, series, publicidad... y no saben cuándo volverá a
funcionar la fábrica de sueños para abastecer una demanda que se ha
multiplicado. Se han quedado sin nueva temporada y puede que alguna más.
Están, como nosotros, compuestos y sin pareja, y necesitan lo que
podemos darle. Garantía de seguridad sanitaria, todo tipo de escenarios
naturales, todos los perfiles de profesionales (y centros formativos
para especializar), sin olvidar las ventajas fiscales del REF para la
producción audiovisual.
Además,
el Cabildo finaliza la obra de dos grandes estudios que podría
acelerarse. 'Time is money', repito, el éxito o fracaso dependerá de que la respuesta sea rápida o se eternice. Y será necesaria -YA- una línea de
capitalización a las productoras isleñas para equipamiento al nivel de
calidad de imagen y tecnología que exigen las plataformas de vídeo bajo
demanda. Netflix, Amazon, HBO y los canales de TV no tienen a quién
comprar salvo animación.
Canarias
puede ser un plató global gracias a su aislamiento de contagios, sus paisajes y a que
ofrece todo lo necesario para empezar a grabar. En un PIB de 45.000
millones poder alcanzar 500 millones en cine era alcanzable. Hoy es imprescindible mantenerlo y superarlo.
Y
con el REF, la ZEC y la RIC y la sopa de letras podemos hacer muchos
más menús. Teniendo aquí edificios que no volverán a tener turistas en
zonas privilegiadas del planeta -y en estos instantes muchísimo más- a
qué empresas tecnológicas no les gustaría desarrollar sus proyectos en
lugar seguro, hermoso (recuperarlo también es invertir), un Silicon
Beach repartidos por islas en medio del Atlántico. O a qué desarrollador o investigador le
gustaría tener una tabla de surf todo el año y no a grupos paseando sus
armas por las calles. Y ésta sería la tercera propuesta u oportunidad
que planteo, sin inventar nada que no haya oído repetidamente en estas
islas desde hace medio siglo.
Audiovisual,
turistas climáticos, tecnólogos... perfiles de un modelo de turismo no
'de calidad' en esa definición tópica que oculta una discriminación
económica, sino de gran valor añadido para unas islas extraordinarias en una
situación idónea para potenciar sus recursos y sectores. Y, puestos a imaginar utopías y ficción (lo del virus también fue una película de ciencia ficción ¡y mira!), apliquen esto que cuento a actividades deportivas, de naturaleza, culturales, o a colectivos que buscan un lugar donde las libertades se respeten. Todo ello lejos del turismo de perrito caliente que César Manrique advertía que invadía el territorio...
¿Podrán las administraciones dar licencias express a los establecimientos turísticos para que se adapten al nuevo distanciamiento social? ¿Rebajarán el IBI u otros impuestos para esta reconversión forzosa?
Estamos en un momento de cambio en la distancia social pero también de distancia global. ¿Dónde queremos situarnos?
Además de clarividente , lleno de pragmatismo y muy oportuno para este momento que nos toca vivir..................
ResponderEliminarMuchas gracias. Intentando aportar
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