domingo, 2 de febrero de 2014

¿Ruta atlántica o de las Islas Afortunadas?

Cruceros turísticos en La Luz.
Los puertos canarios están viviendo una época brillante y con excelentes perspectivas para el desarrollo como escala y base de rutas turísticas marítimas, particularmente en la temporada invernal. Este fenómeno tiene que ver con la rentabilidad de esos hoteles flotantes que en verano se desplazan al Mediterráneo, los fiordos y poco más.

Sin embargo, queda de manifiesto que es un producto que no está siendo aprovechado convenientemente, ni por los propios puertos que, de gestionar infraestructuras de ingeniería y transportes, se están dando cuenta de que existe un negocio llamado turismo (que no transporte de pasajeros) que tiene unos requerimientos bien diferentes y cuya pervivencia no depende sólo de lo grande que sean las zonas de atraque, sino qué ofrece el lugar para que la escala sea efímera o no y cuánto dinero se pueden gastar los pasajeros en ese lugar.

Está claro que este fenómeno ha cogido a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria sin preparación, tanto institucional como empresarial. Y es que el puerto no ha sabido comunicar las oportunidades que esta actividad iba a generar. Lo que no quita para reconocer el esfuerzo que se está haciendo desde la Concejalía de Turismo para que el entorno y la ciudad estén a la altura del casi medio millón de turistas que tienen sus hoteles sobre las aguas de La Luz.

Sin embargo, no voy a entrar en disquisiciones sobre qué hay que hacer, ya que otros (principalmente foráneos que vienen en plan gurú) cobran fortunas por ello. Pero, siendo generoso, voy a plantear una cuestión que tiene que ver con cómo vender más y mejor nuestras potencialidades para el turismo de cruceros. Y no sólo en invierno...

Y es que nuestro archipiélago se vende como la ruta de las Islas Atlánticas. Como si no hubiera otras islas en el Atlántico y como si eso fuera un valor añadido. Es tan sólo una localización geográfica, que se ha tomado como 'marca' para distinguirnos del Mediterráneo. Pero es que el Mediterráneo tiene otras connotaciones: cultura (Grecia, Roma, Egipto, España...) centros de turismo (Islas Baleares...). Y Atlántico... Pues eso, el gran océano del fin de la tierra conocida descubierto hace apenas 500 años, sin connotaciones.

¿Y por dónde discurre esa ruta? Pues por la Macaronesia, principalmente. Y ese nombre que se pierde en la antigüedad como el mismo nombre del Atlántico, significa Islas Afortunadas o bienaventuradas, lo que nos une a la mitología y la leyenda de los clásicos grecorromanos. En el mundo hay otros archipiélagos: la Melanesia, Polinesia y Micronesia, pero su significado es tan poco atractivo que dudo que los usen para promover rutas turísticas por mar: islas de negros, múltiples islas o pequeñas islas.

Y termino: ¿Por qué no se llama a la ruta de las Islas Atlánticas la ruta de la Macaronesia, de las Islas Afortunadas y desarrollamos un programa y una oferta que llene de contenido ese nombre?...

1 comentario:

  1. Sería Una escala Afortunada, lo mismo que si te hicieran caso.

    ResponderEliminar

Tu opinión nos interesa...