viernes, 1 de septiembre de 2017

Microalgas, barcos humeantes, ahogamientos y lo que venga...

Nueva estampa playera canaria a la que acostumbrarse.
Se acumulan a diario las noticias que deberían motivar la preocupación y una respuesta o declaración de las patronales turísticas de las islas, para reclamar las medidas necesarias que eviten la penosa imagen de destino de sol y playa con un litoral que aparece en los medios de comunicación extranjeros como un escenario de 'Walking dead'. Una apocalipsis zombi...

Por un lado, surgen sorpresiva y abundantemente las microalgas o cianobacterias que no son precisamente de espirulina con sus excelencias, sino que corren por las redes documentos que aseguran que revolcarse en esa nata no es nada aconsejable. Cerca de esa marea de tintes escatológicos hay un injustificable volumen de vertidos fecales al mar que en algunas islas y ciudades es tan escandaloso que ha motivado sanciones de la UE. O el cierre de playas como el Confital libre de construcciones pero vertedero de residuos urbanos.
Derrota del MV Chesire.
Más lejos todavía, pero acercándose a puerto, el barco 'MV Chesire' con su cargamento de 40.000 toneladas de fertilizantes que ha paseado por las aguas macaronésicas mientras dejaba su estela flatulenta de humo de sus reacciones químicas, una nube que advertía del riesgo de un desastre ecológico que mandaría la imagen de Canarias al paredón de lugares indesables por muchos años. Es curioso que el 20 de agosto, cuando la derrota de la corriente llevaba al buque hacia el suroeste de El Hierro, se enganchara un remolcador con el objetivo de conducirlo al puerto de La Luz. ¿No estaba más cerca otro puerto?

Por si fuera poco, casi cada día conocemos un nuevo caso de fallecido en las costas isleñas, por casuísticas muy dispares -que se deben señalar- pero en conjunto muestran una imagen alarmante de nuestro litoral que hemos de corregir. Y también convivir con esta realidad y la búsqueda de soluciones, porque vivimos rodeados de mar y por el mar. Una población de cerca de 850.000 grancanarios y más de 3 millones de turistas hacen mayoritariamente vida en torno al mar, y el riesgo está ahí, permanentemente, para casi todos.

Pero, siendo importantes todos estos temas -que podrían evitarse-, tenemos que advertir un elemento común que debe preocuparnos y es el papel de las administraciones en el origen, desarrollo, vía de solución y responsabilidad de la comunicación de estas amenazas o factores de crisis. Todo ello bajo una 'tormenta perfecta' que une todos los problemas para darle un carácter de huracán de nivel 7 sobre el turismo en las Islas de carácter devastador.

Están tardando los empresarios y los partidos políticos (las instituciones) en dar respuesta con fechas y cifras para solucionar los vertidos en todas las islas; evitar que el barco provoque un desastre mayor; acabar con las playas cerradas con su mancha de algas; y controlar el uso de las playas, principal objeto de la actividad turística.

En un sector tan competitivo, los vertidos fecales, buques peligros, ahogamientos, y las amenazas de huelgas, denuncias falsas, volcanes submarinos, temblores de tierras o la locura terrorista, son suficientes argumentos para que el sector turístico exija su participación en mesas de seguridad y la creación de un protocolo de situaciones de crisis porque, de haberlas, saldremos perdiendo todos.

2 comentarios:

  1. Muy bueno Míchel, como siempre. En un mundo donde predomina el individualismo intensivo no podemos esperar nada de los políticos y sus asesores silenciosos. No hay visión de conjunto porque sus geografías políticas están por encima de la realidad: la geografía del turismo es mundial y estos animales son de alpendre local.

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  2. Gracias Jaime, por aquí echando pienso, a ver si lo aprovechan para pensar...

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