¿Qué es importante: la pieza o el puzzle? ¿Qué es el puzzle sin una pieza? Las obras de Cristian (uno de mis hermanos) son piezas y a la vez puzzles biográficos y vitales. Un juego de dimensiones inseparables e independientes. Algarabía de piezas en perfectas conjunciones caóticas.
Cristian crea cada obra como un reto a los sentimientos del observador al que atrapa desde la primera mirada. Un abrazo que nos introduce en la obra y que invita a compartirla, para recorrerla por sus laberintos sin Minotauro (o no). El viaje a esas islas extraordinarias es instantáneo, paseamos por sus rutas y aprendemos su lenguaje. El abrazo se hace emoción ante el arte. Cristian muestra su archipiélago de corales, volcanes y acontecimientos extraordinarios con el objetivo, premeditado, de obligarnos a descubrir nuestra isla, nuestro oasis en el océano multicolor de la Humanidad donde podremos comprender el sentido propio del arte -personal y transferible- en cada aspecto de composición y ejecución. Y es que la originalidad de Cristian está en infinidad de detalles del formato donde reconocemos en cada movimiento y trato del color al autor y su personalidad.
En la técnica hay un mundo que recuerda la pasión del artista por los cómics. El contenido evoca paisajes de unas islas mitológicas, verdaderamente paradisíacas en múltiples elementos, junto a páginas de la Historia que es su pasión. Y en la referencia gráfica está la familiaridad con homúnculos o las galeradas de periódico que sustituyen a los ininteligibles protocolos notariales decimonónicos como herencia familiar.
La serie Islands muestra sus territorios personales, paisajes inventados o sentidos, siempre en islas que navegan dentro de un marco, un horizonte dentro de otros, con sus amaneceres y atardeceres en colores que se difuminan. Noches que se abren a la ensoñación. Cavernas que se reflejan y muestran otras naturalezas, otros tiempos, mitos e instantes sin grandeza, homenajes al pasado isleño de pintaderas geométricas abstraidas a propósito.
La exposición que acoge la sala de arte del Paraninfo de la ULPGC hasta finales de marzo la forma un archipiélago de 48 obras/islands sin nombre, cuadros sin títulos pero diferentes y reconocibles por su isla, su historia... Una historia personal y compartida como sólo puede hacer el arte.
FOTOS: MARCOS BOLAÑOS.
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