Mosquitero canario (Foto: Juan Emilio Checa) |
Uno de los más bellos recursos turísticos de Gran Canaria es su naturaleza, sus paisajes y los seres que los habitan, fruto de la variedad de ecosistemas que en esta pequeña isla se dan cita. Desde el norte húmedo de laurisilva prehistórica bañada por los vientos alisios, hasta el sur cálido y seco, dunar y sahariano. Este multiescenario es el hogar de numerosas especies endémicas de flora y fauna de gran atractivo turístico (6 especies y 36 subespecies de aves en el Archipiélago Canario, sin contar con las aves migratorias o especies introducidas), lo que constituye un incentivo y una sorpresa constante en los paseos que se pueden disfrutar por distintas zonas de Gran Canaria.
La situación de Gran Canaria, junto a África, en la zona del trópico, hace de la isla una de las escalas más apreciadas para las aves migratorias, donde pueden encontrar alimento y descanso en saladres, salinas o en charcas naturales como la de Maspalomas, así como en las numerosas presas y estanques que salpican el territorio isleño.
Esta realidad, además del buen tiempo que se disfruta durante todo el año, atrae a numerosos cazadores de imágenes de aves o turismo ornitológico, preparados para capturar la fotografía de algunas especies de aves únicas en el mundo, sin olvidar aquellos ejemplares de aves migratorias que llegan desde el norte de Europa, o aquellas aves marinas que nidifican en acantilados de las islas para criar a sus polluelos hasta que inician sus viajes por el Atlántico, como la pardela cenicienta.
En Gran Canaria hay dos puntos que cuentan con pequeñas 'instalaciones' para los fotógrafos cuya pasión por las aves les conduce a buscar aquellas especies únicas en su hábitat, ejemplares que forman parte del catálogo mundial de aves en el que Canarias cuenta con varias páginas destacadas por la originalidad y variedad de las aves que habitan en este territorio, a lo que se suma la espectacularidad de los paisajes y las buenas condiciones climáticas para la actividad.
Los puntos de observación se encuentran en el Sitio de Interés Científico de Juncalillo del Sur, en el municipio de San Bartolomé de Tirajana, que cobija al 33% de la población de aves esteparias que nidifican en la isla, fundamentalmente el alcaraván (Burhinus oedicnemus distinctus), el camachuelo trompetero (Rodopechys githagineus amantum) y la terrera marismeña (Calandrella rufescens polatzeki) que aprovechan para alimentarse en la playa con la area baja o en marea alta por las zonas enchargadas. El otro lugar con observatorio está dentro del Parque Rural de Doramas, en el Área Recreativa de La Laguna de Valleseco, donde se acercan para beber aves de todo tipo, desde pequeños pájaros como alpispas, pinzones, canarios... Hasta aves migratorias como la garza.
Tal es la hermosura y originalidad de la avifauna de Gran Canaria que el pájaro canario, además de ser un reclamo de marca para los 'cazadores fotográficos de aves', ha evolucionado por su canto y color para convertirse en un icono mundial de la belleza de las aves. Incluye en esta variedad la presencia de aves carroñeras como el cuervo negro (en decadencia en la isla), así como varios tipos de rapaces como el cernícalo vulgar, halcones o el picapinos, sin olvidar que también habitó esta isla el guirre o alimoche común.
El turismo de naturaleza gana cada vez más adeptos. Supone ya entre un 10% y un 15% del tráfico mundial de viajeros y es la opción con mayor crecimiento anual, con porcentajes superiores al 20%, siendo el asociado a la ornitología el sector con ‘más pujanza', según la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife. Solo en Europa, se estima que hay unos diez millones de turistas que viajan al año para ver aves. Reino Unido, Holanda y Alemania son los países con más potencial, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). El 85% de los avituristas que visitan España lo hacen procedentes de Reino Unido, al que siguen Bélgica, Alemania y Francia.
España cuenta con 637 ZEPA (marítimas y terrestres), que ocupan una superficie de más de 10 millones de hectáreas, que es más de un 20% de la superficie terrestre del Estado (Islas Canarias, Islas Baleares, Ceuta y Melilla incluidas).
El perfil del turista ornitológico extranjero suele ser de edad entre 40-60 años, con un poder adquisitivo medio-alto, que se aloja en casas rurales u hoteles situados en enclaves naturales, con un a estancia media de una semana.
La fotografía de aves es una forma de hacer ecoturismo satisfactoriamente -lo que se enmarca en una actividad turística sostenible- en uno de los territorios con más riqueza natural del planeta, donde casi la mitad de su territorio está protegido por las normas autonómicas, estatales (esperando ese proyecto de Parque Nacional de Gran Canaria) y de la Unión Europea o de la Unesco (ZEPAs o Zonas de Especial Protección de Aves y Reserva de la Biosfera). Los fotógrafos 'cazan' aves como si se tratara de una pasarela de moda, al tratarse de una actividad muy sencilla y agradable, además de que puede deparar gratos momentos porque la naturaleza de Gran Canaria nunca dejará de sorprendernos.
[Artículo publicado en el número 76 del periódico turístico Welcome to Gran Canaria. Ver ejemplar completo en Issuu]
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