Isla fortaleza sin metáforas... |
Para los responsables públicos no es fácil navegar con la industria más importante de Canarias paralizada, desactivada o impedida, en medio de esta tempestad que nos ha dejado petrificados, con toda la maquinaria intacta pero sin uso, expectante ante la incertidumbre de un patógeno que determina si se puede o no moverse la gente. Una situación que afecta a todos y todas, con múltiples puntos de vista que podrían encauzar un movimiento de recuperación al que bien le podría sentar un proceso comunitario, de rebaño... Inmunizándonos de los errores cometidos y los que no deseamos que vuelvan a cometerse.
Paralelamente a esta actuación del Gobierno de Canarias, los departamentos e investigadores de universidades canarias crean mesas de trabajo para realizar sus proyectos y propuestas para la empresa y las administraciones. Entre ellos, el profesor de la ULPGC, Aridane González, coordinador del comité de expertos para el cambio climático y el fomento de la economía circular y azul, quien declara que en esta actuación son conscientes de que el cambio de modelo turístico y, por tanto, económico de las islas "Ha dejado de ser un sueño romántico o un canto de sirena para ser una de las pocas salidas supervivencia ecosistemas y seres", vinculando la actividad turística a la realidad de un paisaje muy castigado por los residentes y que no ha sido potenciado como recurso turístico y contrapeso a la creciente implantación del turismo de masas, del todo incluido, bajos precios y casi nulo interés por el impacto en el territorio de sus actividades. Pan para hoy... Un fenómeno que perjudica a los empresarios turísticos que apuestan por una oferta más rentable que limitada por una competencia en precios que no puede asumir frente a competidores extracomunitarios.
Pero volvamos al Plan Fortaleza. Evidentemente, el destino o es seguro o no será destino sino rechazo. Y el aislamiento ayudará a lograr la máxima seguridad, pero cualquier desliz provocará un retroceso a la casilla de salida de un tablero distinto, muchísimo más difícil que el actual -que ya es decir- y con más jugadores intentando desesperadamente salvarse. La fortaleza podría convertirse en el lazareto. Luctuoso...
Por ello, si algo hemos aprendido a la fuerza durante la inquietud y el desconcierto de este periodo de confinamiento es que tendremos que hacer frente a la nueva realidad entre todos. No cabe ni la imposición ni el sometimiento. Han transcurrido seis meses participando como espectadores primero y actores en el segundo acto de la crisis planetaria en tiempo real. Una crisis provocada o extendida por el contacto y la movilidad de los seres humanos. Los amigos, familiares, turistas... hemos sido los principales agentes propagadores. Los causantes de la muerte o desahucio físico y mental de miles de personas a las que nuestro cariño acercó al fatal virus.
Pero ya estamos lejos (por ahora) de los 'picos' y riesgos de avalancha de pacientes en los centros sanitarios y se anuncia la apertura turística (parcial) a partir de junio. Es el momento de recuperar la actividad y para ello es necesario que tengamos claro hacia dónde queremos ir, por lo que sorprende que no supiéramos nada de los prolegómenos de la elaboración de un Plan Canarias Fortaleza o del contenido de esos informes que también preparan los investigadores universitarios, por lo cual me pregunto qué espacio han dejado a ese sueño romántico que pregonan, al canto que se supone que es la salida a esta crisis... a la utopía que tan arriesgada es como reconociera el propio César Manrique, y por la que han apostado nuestros más destacados creadores dando ejemplo de cómo convertir destinos turísticos en espacios atractivos, educativos, rentables, sostenibles. Y espero encontrar pronto en las declaraciones de nuestros representantes institucionales o académicos datos de esa luz creativa, esa posibilidad de hacer de la vida y también del turismo una obra de arte. De hecho, me he preocupado por averiguar por dónde van esos procesos de elaboración de planes y lo he consultado con fundaciones y expertos que también me han manifestado su desconocimiento sobre si hay urbanistas, biólogos, sociólogos, artistas... No lo sabemos ni su composición ni su plan de trabajo, lo que puede significar dos cosas: que no exista interés o que no se ha iniciado ese proceso sin que podamos saber si habrá consulta algún día.
Quizás peque de reiterativo en mis últimos artículos respecto a qué se está cocinando respecto al turismo, pero creo que mi incertidumbre es la de la mayoría de los isleños e isleñas... Y, como ejemplo, si tanto nos quejamos de la falta de transparencia en la composición de comités científicos y de asesores del Gobierno para decidir cómo se pasa de fase en la cuarentena ¿No nos debería preocupar la falta de conocimiento acerca de quiénes y qué están haciendo para decidir el futuro o el fracaso de Canarias para las próximas décadas? Y lo digo por algo tan simple como que el turismo es todo, somos todos.
Querido Michel: Presiento un poderoso resurgir de todo en Canarias, tras la hecatombe. Soy racionalista, y procuro no dejarme llevar por la intuición, ni por mi amor por las islas. Pero intuición y amor me golpean las sienes, y hacen vibrar mi corazón. Magníficos tus artículos. Tras muchos de ellos, coloco mi opinión. Pero me da la impresión de que no aparecen bajo tus escritos, quizás por torpeza mía. Enhorabuena y un fuerte abrazo. Ángel Lafuente
ResponderEliminarGracias, Ángel Lafuente Zorrilla... Un honor recibir esos comentarios.
ResponderEliminar