viernes, 25 de septiembre de 2020

Día/Crisis Mundial del Turismo

El incendio visto desde el Golden Gate.

Se cumplen el 27 de septiembre los 50 años de la aprobación de los estatutos de la Organización Mundial del Turismo
(OMT) y por este motivo se celebra desde hace cuarenta años el Día Mundial del Turismo en un lugar del planeta. Madrid (España) acoge la sede central de este organismo -el único organismo dependiente de la ONU domiciliado en nuestro país- y en 2012 fue Maspalomas (Gran Canaria) el destino elegido para la celebración del Día Mundial. Este año el tema de la jornada será ‘El turismo y el desarrollo rural’ y, por primera vez la celebración tendrá varios anfitriones para reflejar la importancia de la cooperación transfronteriza de los Estados de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay más Chile).

Pero también esta edición viene marcada por una cuestión que ha traspasado las fronteras y se ha extendido por todo el planeta, la pandemia de la Covid-19. Una situación que ha provocado la crisis turística planetaria sin que sepamos cuándo podrá finalizar.

Estamos ante una crisis total, unida a un proceso de máximo deterioro planetario a causa del cambio climático iniciado hace décadas. En ambos casos los factores que contribuyen a su aceleración (humanos, fundamentalmente), ponen en evidencia el modelo de masificación y de conectividad desarrollado en las dos décadas de este siglo XXI. Por un lado, la rapidez de la propagación de un virus que ha provocado en 9 meses un millón de fallecimientos y 32 millones de contagios. Por ahora... La producción de plásticos se dispara, y los incendios del oeste norteamericano, las selvas tropicales, el incendio de la tundra y la desaparición del permafrost que puede liberar nuevos virus...La tormenta perfecta sobre el modelo de sociedad de masas.


La mezcla de la 'vergüenza de volar' con el miedo real a moverse ya están aquí. Pero la envejecida población de la recuperación europea necesita realizar su emigración climática anual. Y Canarias ha liderado la temporada invernal durante décadas. ¿Vamos a perder la temporada alta? Todo apunta que sí. Que no hemos aprovechado la situación. Incluso para introducir nuevos perfiles de turistas de mayor gasto en destino y mayor estancia media.

Volver al turismo de masas es por ahora imposible -y dudo que vuelva a parecerse a esa fórmula- aunque haya una vacuna efectiva contra este virus (si se consigue) porque hay desconfianza. Y eso significa que difícilmente se podrá recuperar la actividad turística tal como la conocimos hasta hace escasamente medio año, cuando pasamos de la normalidad a la cero normalidad.

Seis meses, la mitad confinados, son unos 180 días en los que hemos visto de todo: Delfines en la playa, dunas sin huellas, calles limpias y parques en perfecto estado durante el confinamiento. Hemos comprobado la ineptitud y la falta de colaboración -el enfrentamiento abierto- de nuestros políticos. Pero también hemos visto, tras el confinamiento, el regreso de la suciedad, del ruido, de la insolidaridad y la irresponsabilidad de muchos y muchas, junto a mucho sufrimiento, incertidumbre y desesperación. Pero en este tiempo ¿hemos pensado cómo salir de esta crisis del modelo o sólo esperábamos que se levantaran las restricciones para volver a lo mismo?

El Gobierno de Canarias elaboró un proyecto llamado Canarias Fortaleza (documento en pdf), donde falló la sensibilización de la sociedad ante la importancia de lo que estaba en juego, la oportunidad que se nos ofrecía. También falló el trato centralista de quien desconoce la condición insular por parte del Gobierno que se negó a que nuestros aeropuertos fueran una frontera interior al paso de la pandemia. “¿Cómo vamos a permitir que en la península se pueda mover la gente libremente y exigir que para ir a Canarias se tengan que hacer un test?” Pues eso, como no pudimos exigir un control en las entradas llegó una segunda ola que ha provocado más fallecimientos, que suman ya 219 muertes en las islas por esta pandemia. Sin olvidar que gran parte de la culpa ha sido de los encuentros sociales de una población ignorante o negligente, junto a una vigilancia casi inexistente y demasiados insumisos que pasaron de las cuarentenas individuales y no fueron perseguidos ni penalizados. “Abran puertas y dejen entrar… Carnaval, carnaval, carnaval…”

Y así nos va con una crisis del sector turístico que empobrece al conjunto de la sociedad canaria.

Pero vuelvo a mi preocupación… ¿Nos sirve el modelo de turismo de masas, de low cost, de todo incluido, para recuperar la actividad y la economía? ¿No deberíamos pensar en planes alternativos? ¿Qué modelo de turismo vamos a intentar potenciar con los fondos de rescate europeos? (para coña lo de proponer usar esos fondos para hacer un tren en Gran Canaria y otro en Tenerife)

Pues yo creo que hay quienes se han preocupado por buscar alternativas. Me consta que las dos universidades canarias lo han hecho. Me apena que la Fundación César Manrique haya mantenido el silencio durante este tiempo, me he sentido huérfano del mensaje del visionario que advirtió de todo lo que está sucediendo y de las consecuencias de apostar por un turismo de masas que devoraría uno de los territorios más hermosos y extraordinarios del planeta.

Pero no. No veo un Plan B. Ni un Plan A. Sólo veo desesperación por volver a llenar mesas, camas, hamacas y seguir en la cuerda floja. Sólo que ahora no tenemos ni cuerda. Tenemos hoteles (en perfecto estado), apartamentos (también), spas, restaurantes, centros comerciales, centros de visitantes, parques temáticos… Todo vacío o cerrado. Menos los hospitales.

No hemos podido ni dar confianza, ni tener confianza en las pocas personas que llegan de fuera, tratados como ganado enmascarillado.

25 artículos he publicado desde el inicio del Estado de Alarma (uno es de febrero, antes de que la pandemia lo trastocara todo) con una serie de reflexiones sobre lo que estaba sucediendo, con numerosas propuestas e iniciativas que podrían formar parte de una estrategia de reconversión del modelo turístico. Pero nada… Ni pedagogía, ni creatividad, ni seguridad, ni pruebas en origen ni en destino… Todo ha quedado en precipitación, desorden y ruina para quienes creían (y algunos siguen creyendo) que era una gripe que se pasaba con una semana o siete días… Sin tener en cuenta que ya el paciente está en paliativos…

Aprovecho para hacer un recuento en síntesis lo que más o menos planteaba en mis elucubraciones del blog:

  • "Que el futuro sepa que fui yo quien cuidó Canarias". El Gobierno de Ecuador me invitó a participar en un foro internacional y aproveché para hacer una breve comparativa entre las Islas Galápagos y Canarias.
  • El turismo como espacio de consumo. Aquí cuento la evolución del turismo y cómo hemos consumido espacio para convertirlo en espacio de consumo. Y seguimos sin sacar nuestra tierra de los peores indicadores sociales.
  • Reinventar el turismo (otra vez). En este artículo planteaba la falta de unidad y contundencia en la defensa de las peculiaridades canarias para acometer la crisis de la pandemia. Y me preocupaba el desánimo de algunos empresarios por las prisas e inconsciencia de muchos empresarios, políticos y otros colectivos ante una situación que requería -y requiere- más cohesión y solidaridad.
  • Las Islas Canarias Entre Ríos. Invitado por la municipalidad de Paraná (Argentina) explico cómo se afronta la pandemia en un destino turístico y advierto de los errores cometidos. Pero uno no es profeta en su tierra.
  • Propuestas resilientes para el turismo en Gran Canaria. Charla con el colectivo de mujeres Charter 100, en el que buscamos cómo mejorar la actividad turística… Y sí. Sí se puede…
  • No es el turismo, es la masificación. Una respuesta a quienes fomentan la idea de que el turismo es un monocultivo y que es dañino. Nada más lejos de la realidad.
  • Fin de etapa presidencial en Binter. Una víctima colateral de la crisis. Pedro Agustín del Castillo abandona la presidencia de la compañía aérea regional que se encontró con el peor escenario en plena expansión.
  • El Circo del Sol en bancarrota, recuperemos a Pinito del Oro. Otra víctima, la gran multinacional del ocio y el espectáculo. ¿Por qué no hemos convertido Gran Canaria en un destino de espectáculos cuando deberíamos estar orgullosos de ser la tierra de la acróbata más importante en la historia del mundo del circo?
  • #MuévetePorCanarias porque eres afortunado. Mira por dónde, la pandemia nos ha permitido redescubrir el archipiélago. Un sinsentido. Vivir en el paraíso y no conocerlo.
  • Paisajes temáticos del 0 turístico en el sur grancanario. Entre el silencio, el abandono y la soledad. Así se encontraban las ‘ciudades fantasmas’ que dejó la pandemia durante varios meses.
  • Lanzarote, volcán de museos. La isla conejera sabe obtener renta de los turistas gracias a las instalaciones de los Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo junto a otras iniciativas. Y también algún negocio un poco raro.
  • Vademécum de personas influyentes en el turismo español. Los amigos de Segestur lanzaron en medio del confinamiento la iniciativa de buscar 150 profesionales que tuvieran algún tipo de influencia en el turismo español. Y sigo sin saber qué hago en esa lista…
  • Canarias como fortaleza colectiva para la recuperación. El 25 de mayo publicaba: “No será el cornavirus, sino nosotros mismos quienes tendremos la responsabilidad de que el frágil y vertiginoso trapecio sobre el que nos moveremos durante meses caiga a un suelo sin red. Y no podremos echar la culpa a ningún enemigo externo.” Ahí lo dejo, el artículo no tiene desperdicio.
  • La incierta 'normalidad' turística. Una serie de dudas sobre la composición y la difusión del plan Canarias Fortaleza. Está claro que no supo explicarse a la población la necesidad de ser todos parte de esa fortaleza.
  • Manifiesto para César Manrique por un turismo pos Covid-19. ¿Qué habría pensado, dicho y hecho César Manrique en esta situación? Pues creo que mucho más que lo que se ha pensado, dicho y hecho.
  • Confianza en el turismo. La salida de la crisis turística pasa por la confianza. Si no somos destino seguro de nada sirve exigir que sean seguros los filtros para llegar a las islas.
  • La marca Canarias ya era independiente. España ha sido -es- uno de los peores escenarios de la pandemia. Y algunos empresarios de Canarias planteaban independizar la marca de las islas para evitar la mala imagen. Curiosamente, cuatro meses después (hace unos días) hubo alguien que abogaba por independizar algunas islas del Archipiélago porque en otras los contagios se disparaban. ¡Sálvese quien pueda!
  • Adiós al Conde de la Costa Canaria. No se lo llevó el coronavirus, pero sí el silencio y la soledad de la cuarentena. El artífice de Maspalomas Costa Canaria falleció tranquilamente y con la convicción de haber hecho todo lo que pudo para engrandecer Gran Canaria.
  • La necesaria participación de la sociedad civil en el diseño del futuro modelo turístico canario. Bueno… No es la primera crisis, pero para salir de esta no nos vale contratar un despacho y encargar un plan a la medida. Estamos hablando del futuro de todos y de todo. Y la participación debe ser una premisa fundamental.
  • El regreso del denostado bungalow y Erte para qué os quiero. Meses en el ERTE y no se ha aprovechado esta situación para formar a los trabajadores en higiene, cómo evitar el contagio y en otras muchas habilidades. ¿Tiempo perdido?
  • Tres oportunidades para el nuevo escenario económico canario. Antes de convertirnos en un anodino destino de sol y playa, fuimos destino de salud. En este artículo planteo tres posibles líneas de captación de nuevos perfiles de turistas. Que dejarían más dinero en el destino, claro.
  • Canarias, una desescalada antes y más segura. Hablaba en aquellos días de la desescalada. Y advertía: “Aclaro, primero, que si no hay recursos (materiales y humanos), controles rigurosos en los accesos (aeropuertos y puertos) y responsabilidad común, mejor nos quedamos en casa cuidando de nosotros, de los más vulnerables”. Otro premonitorio artículo.
  • La crisis turística y la oportunidad para Canarias. Propuesta abierta que dio paso al proyecto Canarias Fortaleza. En esta reflexión participamos Cristina del Río Freisen, Fernando Sáenz-Marrero y yo.
  • El alma de Gran Canaria es resistir, al virus también. Un alegato cuatro días antes del 14M y el Estado de Alarma. ¡Qué mal ha hecho a este país la polarización política! Ya nos lo recordarán durante generaciones…
  • Vacunar la imagen de Canarias. Y seguimos sin un protocolo claro de comunicación en situaciones de crisis.

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