sábado, 15 de febrero de 2014

Vertidos de residuos radiactivos. Regalo para toda la vida.

  • “¿Está usted de acuerdo con las prospecciones de petróleo autorizadas a la multinacional Repsol frente a las costas de nuestras islas?” 

Rotundamente NO.

  • “¿Está usted de acuerdo con la realización de prospecciones de petróleo con las garantías más estrictas y los medios de actuación más adecuados?”

No sé, puede que sí.

  • “¿Está usted de acuerdo con convertir las Islas Canarias en un territorio que sea ejemplo y escaparate del aprovechamiento de los recursos energéticos que ofrece la naturaleza?”

Rotundamente SI

Paulino Rivero y su Gobierno lanzan una consulta manipulada y manipuladora. El PP se desmelena y lanza la excomunión contra el voto popular. Pero nadie analiza la pregunta, su tergiversación, dirigida a una respuesta que viene cocinada en la dirección que interesa al Gobierno. Un gobierno de nacionalistas y socialistas (y también en épocas por los populares) que es incapaz de dar respuesta a otros retos energéticos y medioambientales, pero claro, lo fácil es fomentar el populismo contra unas prospecciones de una multinacional que ha dado amplias muestras de desprecio y ninguneo a los canarios por mucho vino y queso que regalen.

Que las prospecciones pueden afectar al turismo. Más le afectará el agotamiento de la energía 'barata' para llenar los hoteles y apartamentos que ocupan los territorios de mayor calidad ambiental y paisajística que tenía Canarias en su costa. Pero ahora resulta que los países petroleros del Golfo Pérsico son destinos turísticos competitivos a pesar de su calor insoportable y una cultura totalmente misógina y represora. Incluso se permiten el lujo de cambiar el calendario del mundial de fútbol para que tenga lugar en navidades...

Que las prospecciones petroleras en el brazo de mar entre las Islas Canarias y el continente africano tienen un impacto ambiental no lo duda nadie. Como lo tiene el creciente tráfico de buques cargados de oro negro, o de productos químicos o residuos nucleares (incluso sus vertidos a la fosa atlántica, con o sin conocimiento de las autoridades).

Pero, claro, en esto de ser más papistas que el Papa, todos nos apuntamos a la negación cuando nos asusta o preocupa algo, aunque no seamos solidarios con Nigeria que sufre una verdadera hecatombe ambiental por los vertidos, o los conflictos bélicos que provoca el petróleo y el mantenimiento de dictadores y monarquías corruptas o antidemocráticas… Todo sea por el petróleo que cada día consumimos en nuestros vehículos o en el encendido de nuestro ordenador o nevera.

Y esto no es un canto bucólico y pastoril a un corte radical con nuestro modelo de vida, pero sí una llamada de atención a la necesidad de ir educando y fomentando el cambio ante los problemas que genera este modelo energético y su agotamiento.

Yo abogaría por hacer frente común por el desarrollo de energías limpias y por lograr el mejor de los acuerdos posibles (seguridad, retorno para Canarias de los beneficios…) en caso de explotar petróleo o gas en nuestras costas. Sí, nuestras, porque a dos mil kilómetros de la Península no se puede decir que éste sea un problema de linderos entre España y Marruecos, porque eso es reconocer que seguimos siendo considerados una colonia y no una Comunidad alejada y con criterios propios sobre nuestras necesidades y modelo de desarrollo (por cierto ¿tenemos esos criterios…?)

sábado, 8 de febrero de 2014

Cuando la TV y los chonis cambiaron Canarias

Visita del ministro Fraga en 1962
Toda acción política provoca cambios en la sociedad, para bien o para mal, leves o profundos… Y más aún si la sociedad está dispuesta a asumir y desarrollar esas transformaciones.

Un dictador, Miguel Primo de Rivera, hizo posible la división provincial en las Islas Canarias que produjo un rápido desarrollo de otras islas que no fueran Tenerife exclusivamente. Un progreso que se vio favorecido por el desarrollo del puerto con mejores condiciones naturales del Atlántico y, al poco tiempo, con la decisión de ubicar en Gando uno de los mejores emplazamientos para la navegación aérea desde 1930.

En 1964, hace medio siglo, se puso en marcha la actividad turística en Maspalomas Costa Canaria, el mismo año en que comienza a emitir para las islas el Centro de Producción de Televisión Española en Canarias (TVE-C). Dos hechos que están relacionados también con un mismo ministerio y el primer ministro que lo gestionó, Manuel Fraga Iribarne: el Ministerio de Información y Turismo. Dos de las áreas novedosas en la política del dictador. Por un lado, la propaganda del régimen (dentro y fuera del territorio), la vigilancia de la comunicación/información  interna (Ley 14/1966 de Prensa, que permitió el desarrollo de medios de comunicación, sometidos a control y represión). Pero, sobre todo, dirigió el aprovechamiento e impulso de un nuevo medio tan poderoso como la televisión que, aunque quisiera que ayudara al inmovilismo, abrió una ventada en cada hogar español al mundo.

Pero, en aquellos años de penurias económicas, sociales y políticas, Canarias no podía acceder directamente a la televisión que se ofrecía para toda la España peninsular, por lo que nos tuvimos que conformar al principio con ver programas emitidos el día antes en Madrid y que eran traídos en avión para emitirlos al día siguiente. Así, los telediarios y partidos de fútbol se veían 24 horas después en el Archipiélago. Pero al poco tiempo nos encontramos con una programación de televisión que nos ofrecía por primera vez en el Archipiélago una información de todas las islas y contada en nuestro habla. Y también crearon programas que contribuían a divulgar el folclore (programa Tenderete, uno de los más longevos de TVE en toda su historia. Ver vídeo con Nanino y Jorge Cafrune) y un deporte que sólo se practicaba en Canarias (La Luchada). Cabe destacar en este sentido que nadie ha analizado en profundidad cómo la pantalla catódica irrumpió en nuestras vidas para acercarnos a nuestra propia comunidad, de las ocho islas, con la inmediatez de la señal. Un conocimiento y una ‘unidad’ que sólo la tecnología de la imagen y el sonido podía crear y que de otra manera nunca se pudo llevar a cabo. Lástima que la televisión no sea ahora más que un medio esclavo de audiencias y cuentas de resultados, con casos tan aberrantes como el de la Televisión Autonómica denigra a la ciudadanía de las Islas mediante sicarios escasamente preparados y sobradamente pagados por el poder político dirigen el medio que debería culminar el proceso que comenzó alguien tan alejado del nacionalismo canario como Manuel Fraga. Pero así es la historia…

Pero, Fraga, además, era ministro de Turismo y vio en el empuje empresarial de algunos (el conde de la Vega Grande, principalmente) una oportunidad de crecimiento económico que tanto necesitaba España. De Fraga y el Turismo ya he comentado con cierto detalle con motivo de su fallecimiento. Del turismo, tengo que señalar que 50 años de turismo de masas han supuesto el cambio absoluto en Canarias, siendo esta actividad la fuerza motriz del crecimiento económico gracias a la puesta en valor de zonas no productivas y eriales que, casualmente, también son las zonas de mayor valor y calidad ambiental de las Islas y, en parte, del mundo.

Desde un principio el éxito fue absoluto y desbordante, con un crecimiento del número de visitantes imparable (salvo en los últimos años que nos ha ‘salvado’ la campanada de las ‘primaveras’ árabes):

Pasajeros extranjeros llegados a las Islas Canarias en avión

  • 1960:        69.000
  • 1970:      821.000
  • 1980:   2.200.000
  • 1990:   5.600.000
  • 2000:   9.900.000
  • 2010:   8.500.000
  • 2013: 10.500.000

Desde un principio hay muchas diferencias respecto al resto de destinos turísticos: Más gasto del viajero, más tiempo de estancia, líderes en reiteraciones (un mismo turista viene varias veces al año), líderes mundiales en turismo nórdico y LGTB.

Fraga, la tele y la llegada del hombre a la luna fueron hitos para Canarias, pero también los créditos turísticos, los Planes Especiales de Ordenación Turística, la red de Paradores Nacionales en las Islas, la celebración en la Feria del Atlántico de Expotur (hoy Fitur), la red de aeropuertos, las inversiones alemanas gracias a la Ley Strauss (incentivos fiscales para invertir en países subdesarrollados) o la creación del Templo Ecuménico, entre otras muchas cosas que pretendían atraer al turismo a pesar de que Spain is diferent.

Nadie creyó en su momento en el potencial de Canarias (caso Maspalomas), pero ahí está el resultado a pesar de que a lo largo de todo este tiempo se ha exigido más formación y calidad en el sector, sin darse cuenta que es en la clase política donde debe darse esa exigencia para que un sector capaz y con recursos, que son la envidia del resto de destinos turísticos, siga favoreciendo el bienestar de los ciudadanos de esta tierra.

domingo, 2 de febrero de 2014

¿Ruta atlántica o de las Islas Afortunadas?

Cruceros turísticos en La Luz.
Los puertos canarios están viviendo una época brillante y con excelentes perspectivas para el desarrollo como escala y base de rutas turísticas marítimas, particularmente en la temporada invernal. Este fenómeno tiene que ver con la rentabilidad de esos hoteles flotantes que en verano se desplazan al Mediterráneo, los fiordos y poco más.

Sin embargo, queda de manifiesto que es un producto que no está siendo aprovechado convenientemente, ni por los propios puertos que, de gestionar infraestructuras de ingeniería y transportes, se están dando cuenta de que existe un negocio llamado turismo (que no transporte de pasajeros) que tiene unos requerimientos bien diferentes y cuya pervivencia no depende sólo de lo grande que sean las zonas de atraque, sino qué ofrece el lugar para que la escala sea efímera o no y cuánto dinero se pueden gastar los pasajeros en ese lugar.

Está claro que este fenómeno ha cogido a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria sin preparación, tanto institucional como empresarial. Y es que el puerto no ha sabido comunicar las oportunidades que esta actividad iba a generar. Lo que no quita para reconocer el esfuerzo que se está haciendo desde la Concejalía de Turismo para que el entorno y la ciudad estén a la altura del casi medio millón de turistas que tienen sus hoteles sobre las aguas de La Luz.

Sin embargo, no voy a entrar en disquisiciones sobre qué hay que hacer, ya que otros (principalmente foráneos que vienen en plan gurú) cobran fortunas por ello. Pero, siendo generoso, voy a plantear una cuestión que tiene que ver con cómo vender más y mejor nuestras potencialidades para el turismo de cruceros. Y no sólo en invierno...

Y es que nuestro archipiélago se vende como la ruta de las Islas Atlánticas. Como si no hubiera otras islas en el Atlántico y como si eso fuera un valor añadido. Es tan sólo una localización geográfica, que se ha tomado como 'marca' para distinguirnos del Mediterráneo. Pero es que el Mediterráneo tiene otras connotaciones: cultura (Grecia, Roma, Egipto, España...) centros de turismo (Islas Baleares...). Y Atlántico... Pues eso, el gran océano del fin de la tierra conocida descubierto hace apenas 500 años, sin connotaciones.

¿Y por dónde discurre esa ruta? Pues por la Macaronesia, principalmente. Y ese nombre que se pierde en la antigüedad como el mismo nombre del Atlántico, significa Islas Afortunadas o bienaventuradas, lo que nos une a la mitología y la leyenda de los clásicos grecorromanos. En el mundo hay otros archipiélagos: la Melanesia, Polinesia y Micronesia, pero su significado es tan poco atractivo que dudo que los usen para promover rutas turísticas por mar: islas de negros, múltiples islas o pequeñas islas.

Y termino: ¿Por qué no se llama a la ruta de las Islas Atlánticas la ruta de la Macaronesia, de las Islas Afortunadas y desarrollamos un programa y una oferta que llene de contenido ese nombre?...