domingo, 24 de abril de 2022

Alegorías y alegrías del paisaje isleño


En Canarias podemos sentirnos muy orgullosos de nuestros creadores. Son muchos y los hay extraordinarios. Incluso tenemos un caso singular de dos artistas de diferentes islas y épocas, ya fallecidos, cuya huella es reconocible en los rincones más sorprendentes del Archipiélago, donde vemos su mano y, además, atraen la presencia de numerosos visitantes ávidos de contemplar y disfrutar su creación sobre el lienzo original del paisaje de las Afortunadas, con ciertos retoques que, además de ser obras de arte, mejoran la accesibilidad, incorporan nuevos usos y un cuidado estético que agrada a los visitantes sin afectar a la naturaleza.

Puede que no haya en el planeta un caso similar de artistas que hayan transformado el paisaje para convertirlo en una obra de arte (o como decían ellos: "Hacer de la vida una obra de arte") que, desde su concepción, tiene una finalidad turística. Un concepto o modelo que se ha mostrado exitoso, de puesta en producción del territorio a través de la creatividad, la exquisitez y el respeto a la naturaleza.

Néstor Martín-Fernández de la Torre y César Manrique son los artífices de ese trato al paisaje de unas islas que son uno de los territorios de mayor biodiversidad del mundo. Y así lo entendieron esas almas paralelas. Ellos, Néstor y César, son parte del milagro transformador de Canarias, especialmente las Islas de Gran Canaria y Lanzarote, pero también influyeron en la sociedad, logrando la complicidad de la comunidad para apoyar el nuevo modo de vida, la nueva relación hombre-naturaleza. Bueno, por lo menos lo intentaron y lograron un amplísimo consenso, aunque siempre hay quien exhibe su egoísmo y su mal gusto.

Su discurso, su trayectoria tienen los mismos fundamentos. Ya lo he comentado en varias ocasiones, pero en este caso les invito a jugar a descubrir las coincidencias de ambos artistas en torno a una obra que, además, titulan de forma similar: ‘Alegoría de la Tierra’ (Néstor. 1935. Real Casino de Tenerife) y ‘Alegoría de la isla’ (César. 1950. Antiguo Parador Nacional y hoy sede de la UNED en Arrecife. En 1951 es obligado a tapar los desnudos con añadidos de vestimentas). Con ambas obras, se puede realizar un sencillo ejercicio de búsqueda de similitudes y de coincidencias entre ambos murales. Aquí les dejo algunas y les invito a que busquen otras.

Coincidencias (sin ser exhaustivo)

  • Ubicación de figuras y elementos (cielo y tierra)
  • Flora de tuneras y aloe, drago y plataneras, frente a tuneras, piteras y palmeras
  • El camello: animal icónico en ambos artistas
  • Trajes típicos de Néstor contrapuesto el de Lanzarote
  • Figuras cargando cajas o seretos de tomates, frente a los gánigos con pintadera que nos muestra Manrique
  • Muestras de Arquitectura diferenciadas entre islas…

Más artículos que he escrito sobre los artistas



domingo, 10 de abril de 2022

Una isla de bienestar y cuidados

Centro Helioterápico de Maspalomas.
En marzo, junto a la primavera, la Institución Ferial de Canarias celebró la séptima edición de Expo Bienestar Canarias. Una nueva convocatoria dedicada esta vez a la ‘Riqueza personal y el equilibrio laboral’. Otras miradas sobre la salud, desde hace demasiados años desplazada a un plano secundario hasta que la pandemia nos ha demostrado su importancia. Una reflexión necesaria en tiempos de inseguridad y situaciones críticas que alteran el equilibrio emocional pero también sacan a relucir cualidades que no conocíamos, mientras reaccionamos ante las incertidumbres.

La temperatura era agradable y así se mantuvo toda la jornada. El sol lucía en el exterior del Palacio de Congresos, mientras las playas en el norte y el sur estaban llenas de turistas, como comprobó el grupo de ponentes junto a los hoteles donde se hospedaron. Un clima muy distinto al del continente, con bajas temperaturas, lluvia y nieve, tal como resaltaron durante sus intervenciones. Estaban contemplando en directo el mito de las islas de los afortunados, con el clima más saludable para el cuerpo y la mente. Un territorio que vive desde hace décadas en paz, en un mundo angustiado por la pandemia, la guerra y, aquí mismo, con un devastador volcán.

Pero volvamos al bienestar. De la leyenda a algo que se ha podido comprobar históricamente y documentar científicamente. Tras la colonización, descubrieron que las islas disponían de fuentes de aguas medicinales y un clima sin extremos. Donde todo sana. Todo lo que respiramos, la luz natural, los baños de mar, el oxígeno de los pinares o la laurisilva y una temperatura media anual de 24 grados. Hechos comprobados durante siglos por los numerosos científicos que se han interesado por estos laboratorios insulares de la naturaleza.

Gran Canaria, por su naturaleza volcánica, poseía manantiales de aguas termales. Debido a la composición geológica y volcánica de su suelo, rico en hierro, silicatos, gas carbónico, etc., se consideró que las aguas de sus nacientes tenían propiedades mineromedicinales, lo cual atrajo el interés de personas que buscaban sanar sus cuerpos, dando inicio al turismo de balneario, según la moda europea que comenzó en el siglo XIX. La Guía de Balnearios de 1947, cita seis balnearios en esa fecha: Los Berrazales, Cristo del Rincón, Firgas, Santa Catalina, San Roque y Teror. Desgraciadamente, el balneario emblemático de Azuaje se cerró en 1938 por razones sanitarias, y la riada de 1955 terminó por destrozarlo. Sin embargo, se ha mantenido la explotación de envasado y comercialización embotellada de las aguas: aguas de Firgas y de Teror.

La mayoría de estas antiguas instalaciones se encuentran en parajes de protección natural y paisajística, demostrando la vinculación de la naturaleza con el turismo de salud, que nos definió en la segunda mitad del siglo XIX como “isla saludable”, según las corrientes de moda que se han mantenido con la incorporación de nuevas propuestas como el Centro Helioterápico que se abrió en Maspalomas durante los 60 y 70 del siglo pasado, con sus excelentes resultados en la cura de problemas de la piel o los huesos, o las instalaciones de spa, saunas y tratamientos de todo tipo que imperan en la actualidad en la industria turística..

Ahora, Gran Canaria es un gran destino en ofertas específicas de turismo de salud y bienestar -Spa, Wellness & Health-, junto a turismo activo y de naturaleza, turismo náutico y turismo deportivo (especializado en ciclismo, triatlón y running). Tan bella y delicada es nuestra isla que casi la mitad de su territorio ha sido declarado Reserva Mundial de la Biosfera. Y es que cuidar de nuestro cuerpo y cuidar de nuestro planeta es una apuesta ganadora por el bienestar personal y de la comunidad.

sábado, 2 de abril de 2022

En la piel del Atlántico

Charco de Roque Prieto en Guía de Gran Canaria.

Salgo a recorrer la costa y observar la relación del océano con los volcanes, el encuentro o diálogo entre el Atlántico líquido con la Gran Canaria de roca y arena, donde el mar produce y lame heridas, muerde y arrastra. Siempre en pugna por el espacio, por el paisaje. Enfrentados pero también, a veces, embelesados y entregados a un juego inagotable de olas que acarician la piel de volcán y sus lágrimas de olivina, depositando los restos de roca, caracolas o arena llegada desde el Sahara. También hay lugares donde queda aprisionada el agua marina para evaporarse y dejarnos el sabor salitroso que se almacena en esas geométricas o anárquicas salinas y sus cocederos cuya sal cristalizada, hace siglos, valía como moneda de cambio, dando lugar a la palabra 'salario'.

Entre el mar y la tierra contemplo las sorprendentes y caprichosas figuras naturales, distintos materiales e incluso obras esculpidas por el hombre, como esos puertos, avenidas, industrias o urbanizaciones. Otros lugares de la costa, que se han convertido en muy populares en la isla, son los que forman grandes lagunas u oasis en la desembocadura de los grandes barrancos, como la charca de Maspalomas o el charco de La Aldea, una mareta natural que atrae millares de personas para celebrar una fiesta que rememora el 'embarbascado' aborigen (captura de pescados en charcas).

Los caprichos de la costa son muy diversos, pero también hay una serie de enclaves que sirven de refugio y disfrute para bañistas, como son las llamadas piscinas naturales, charcos de marea, charcones o maretas. Los hay de diversos tamaños y en muchos casos han sido adaptados en parte con rampas, escaleras para facilitar el acceso, o han sido complementados con muros y rebosaderos, manteniendo en gran parte el entorno natural modelado por el mar y la lava.

En Gran Canaria se han contabilizado 42 charcos y 60 vasos ('Charcos de marea de Canarias'. Alberto Luengo Barreto. 2018), ya que en un mismo charco podemos encontrar varios vasos. Más de la mitad de estos se encuentran localizados en un pequeño tramo de la costa noroeste de la isla, en el municipio de Gáldar, donde estas bañeras naturales son lugares de recreo para numerosos usuarios que no sólo se pueden bañar con seguridad en una costa muy agreste y batida por el mar, sino que además disfrutan de unas vistas y atardeceres de gran espectacularidad con la isla de Tenerife y el Teide dominando la escena.

Las obras 'blandas' realizadas en muchos de estos charcos de marea han permitido incrementar la superficie de los vasos y su seguridad, pero también han creado plataformas para que las personas que disfrutan de estos lugares de baño puedan tumbarse cómodamente a tomar el sol. De hecho, en algunos casos los charcos se encuentran junto a calas, los usuarios prefieren estas singulares 'piscinas' a las playas de arena. Bueno, en aquellos municipios que tienen playa de arena, porque en algunos no disponen de playa pero sí de charcos perfectamente acondicionados para todas las edades.

Otro caso sorprendente, es el de La Garita, junto a un 'bufadero' o 'surtidor' que lanza columnas de agua a varios metros de altura. Asimismo, los charcos del Castillo del Romeral forman casi una avenida para poder nadar. O La Laja, las charcas urbanas junto a la Avenida Marítima...

La costa de una isla como Gran Canaria, un continente en miniatura, ofrece cambios drásticos. Acantilados verticales de ruptura. Muros infranqueables. Playas de dunas, con sus camellos que desde hace siglos conforman su estampa, y una de las mejores playas del mundo: Las Canteras... ¿Te vas a perder esta variedad única en el mundo de tipos de playas y charcos?

  • [Artículo que publicará el próximo número del periódico It's Gran Canaria]

domingo, 20 de marzo de 2022

El templo del sol en Gran Canaria

Templo del sol en Montaña Alta de Tauro
Continúo el reencuentro con la isla. Vuelvo a andar los pasos de cuando todo era nuevo para mis sentidos y los senderos apenas eran reconocibles por el abandono de la población. Ya los caminos 'de sangre' que transitaban los isleños a lomos de caballos, burros o camellos, cargados con los productos de la tierra, habían caído en desuso por la irrupción de los vehículos a motor.

El interior de la isla se transformó en un territorio de caseríos vacíos, terrazas, bancales y huertas cubiertas por la maleza. La población se desplazó en busca de oportunidades, a causa de las duras condiciones de vida en el campo en la lucha por sobrevivir, mientras la costa de la isla se convertía en el lugar de moda del turismo de sol y playa con una enorme demanda de mano de obra que, primero, construía los complejos de bungalows, hoteles y apartamentos. Luego permanecían como camareros, limpiadoras, jardineros, recepcionistas, etc. Hasta los años 50/60, aquellos terrenos junto al mar, tan improductivos para la agricultura, apenas habían llamado la atención de la población salvo para aposentar las casetas durante los días más calurosos del verano, cuando las familias se desplazaban desde el interior en busca del frescor de la brisa del mar.

Este nuevo paseo nos lleva a un lugar recóndito, una meseta a gran altura donde se divisa todo el sur de la isla. Una montaña que emerge sobre la 'isla vieja' y nos sirve de atalaya para ver las cumbres, la costa con las dunas de Maspalomas, las montañas de Guguy, o los barrancos de todo el Macizo del Suroeste. Un lugar no apto para personas con vértigo, aunque sólo se sentirá si nos acercamos al borde de los riscos que bordean la Montaña. Pero, así como las vistas son espectaculares, los hermanos Óscar y Javier Barroso ('Turinka. Experiencias arqueológicas y culturales'), nos introducen en este espacio que afirman que es conocido como el 'templo del sol'. Y no se trata de la famosa historia de las aventuras de Tintín, aquel lugar donde se realizaban rituales ancestrales y continuaban adorando a los astros.

Pero Montaña Alta de Tauro no tiene la grandiosidad ni las edificaciones de la ciudadela inca que hoy es una de las maravillas del mundo, en los Andes (Perú). Este Templo del Sol es un gran mirador hacia la isla y el cielo, gracias a la amplia construcción amurallada que se sitúa en lo más alto de la montaña, una especie de recinto amplio con un par de habitáculos que forman parte del conjunto, y varios túmulos funerarios a pocos metros de este espacio, posiblemente de carácter religioso, situado en la vertiente que da al interior de la isla. Pero no es lo único, en la zona que mira hacia el sur, hay un círculo de grandes lajas, sorprendente, junto al risco y a una recóndita cueva. Los usos de estas construcciones son un misterio, pero el lugar en el que se localizan las hace aún más sorprendentes.

El camino de acceso arranca desde la carretera que nos lleva a las presas del interior, mientras que hay otro camino que conduce hasta Mogán en un sendero que hace zigzag por una escarpada ladera. Todo ello rodeado por un pinar que presenta las huellas de incendios que ennegrecen la capa exterior de los árboles, pero cuyos brotes muestran la milagrosa capacidad de esta flora canaria para renacer y resistir a las adversidades climáticas o naturales. Una gran variedad de plantas y flores acompañan este bosque, donde llaman la atención las gamonas y los tajinastes, pero también una fauna consistente principalmente en lagartos, pájaros y una pareja de aves rapaces que dominan desde las alturas de esta montaña casi la mitad de la isla.

Un lugar para sentir el vuelo sobre los barrancos, bosques y montañas, entre la tierra y el sol.

Vista del Macizo del Suroeste desde la montaña.

 

martes, 8 de marzo de 2022

La memoria ecologista de Gran Canaria

José Julio Cabrera y Míchel Jorge Millares.
Günther Kunkell era un vago recuerdo de la infancia cuando me lo presentó Pepe Julio, en uno de los retornos de Almería del botánico alemán, allá por los años 90. Recuerdo, o lo imaginaba, como un retrato de Ernest Hemingway, aunque sigo empecinado en el gran parecido entre ambos. Y aproveché aquella presentación para comentarle que, casualmente, había visto en una tienda de instrumentos un artículo enmarcado en un lugar destacado del comercio. Era casi inevitable fijarse en él y leerlo. Con la sorpresa de que era un recorte del Diario de Las Palmas, con una entrevista al propio Kunkell y firmada por mi padre, el periodista Luis Jorge Ramírez, donde se anuncia la creación de ASCAN, la asociación pionera en España en la defensa de la naturaleza, tras la que surgió ATAN en Tenerife.

El científico y gran impulsor del movimiento conservacionista en Las Palmas, nos comentó que Luis Jorge tuvo mucho que ver en esa iniciativa. Más allá de divulgar las noticias de la asociación. Y aquí viene la parte en la que conozco a Pepe Julio y comienzo a formar parte de la directiva de ASCAN, un movimiento de la sociedad civil con muchas aspiraciones y retos, el apoyo de más de un millar de socios, con numerosos apoyos de afiliados de diferentes países..., y ahí comenzó mi compromiso con ASCAN, con un papel de colaborador activo y con la referencia como presidente de Pepe Julio, lo que hace de esta obra un testimonio fundamental para conocer los entresijos de esta faceta de la historia del ecologismo en Canarias, así como de otros colectivos que tenían como vínculo el interés por la naturaleza de las islas.

Una obra que arranca desde los últimos años de la dictadura y el tránsito a la democracia, de un estado centralista a un territorio con leyes que protegen el territorio, donde hubo represalias personales como respuesta a posicionarse frente al poder político y económico, contra el abuso sobre el territorio, siendo Günther Kunkel una de las víctimas, pero no la única. Son muchas las actividades en la vida de un ecologista como Pepe Julio, que confiesa (y somos testigos) haber vivido una entrega absoluta a su permanente búsqueda de conocimiento y aprendizaje de la naturaleza canaria, de su defensa, en un constante esfuerzo de superación, incluyendo su obsesión por conseguir los títulos universitarios que no pudo obtener en su juventud, pero que demuestran su inagotable necesidad de conocimiento y su capacidad de trabajo en el ámbito académico, ya que en el social o en el de investigador autodidacta ya disponía de un currículum nada despreciable en un mundo en el que la teoría prima sobre otras aptitudes o trabajos realizados para el reconocimiento universitario.

Yo conocí a Pepe Julio porque él quiso contar con un profesional de la comunicación en la directiva de ASCAN y, junto a otros miembros de la directiva, me lo planteó y no tuvo que recurrir a otras personas porque, sin conocerlo, supe que podía confiar en él y ayudar a la directiva a defender el patrimonio común. Acababa de aprobarse la Ley de Espacios Naturales de Canarias y la Ley de Costas. Comenzaba otro escenario de lucha medioambiental y de opinión pública en el que las normas y los procedimientos requerían más implicación y conocimientos. La directiva estaba formada por profesionales y científicos, los que se pueden citar los menciona Pepe Julio en esta obra, mientras que los que han decidido permanecer en el anonimato tienen nuestro agradecimiento profundo y el reconocimiento personal de la amistad. La solidez argumental y la determinación del presidente produjeron un respeto social e institucional, como sucedió con otros colectivos en otras islas, localidades o en campañas de lugares icónicos de nuestra naturaleza. Una etapa en la que era mayor la preocupación social por el desbocado desarrollismo y que tenía enfrente a un variopinto movimiento ecologista que contaba con el liderazgo, el mensaje y el activismo de César Manrique.

Era el momento de organizarse en el ámbito autonómico, romper con las fronteras insulares porque el problema -la crisis- afectaba al territorio de todas las islas y no podíamos actuar sin coordinación. Por ello, me designaron como representante en las asambleas que celebramos por las islas para crear la Federación Ecologista Canaria. Reuniones en Tacoronte, Tefía, Haría, Mazo… donde debatíamos como coordinar un movimiento asociativo junto a un modelo asambleario que estaba representado por varios colectivos sin estructura y con mucha voluntad. ASCAN en aquel momento contaba con más de mil socios y se extendió a Fuerteventura.

Ahí, en la isla Majorera se originó el conflicto de salida de la Federación Ecologista. El proyecto de un parque eólico en el istmo de La Pared fue denunciado por ASCAN y el resto de colectivos rechazaron nuestro posicionamiento (o se abstuvieron), siendo acusados de defender los intereses de Unelco (hoy Endesa-ENEL) al ir contra la implantación de un parque eólico. Las energías renovables eran la prioridad sobre cualquier otro criterio. Y así lo discutimos ampliamente en una reunión en el Vivero de Tafira, con presencia de un representante de Greenpeace invitado por los otros colectivos. El Parque eólico estaba proyectado en un Parque Natural. ASCAN mantuvo su compromiso con la Federación que defendía el lema ‘ni un paso atrás en los espacios naturales’, y este caso revestía una enorme gravedad por tratarse de un espacio donde los ejemplares de hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae) se apareaban, además de que supondría una barrera para el tránsito de entre el norte y la península de Jandía para esta especie en peligro de extinción. Otros colectivos no lo vieron así, a pesar de que ASCAN planteó alternativas, como ubicar el parque eólico junto al Molino de Antigua, donde según los estudios realizados por el catedrático de la ULPGC, Roque Calero, se contaba con la misma cantidad, velocidad y constancia de viento que en La Pared y, sobre todo, no había ningún problema con las hubaras canarias.

Hubo muchas acciones que probaron la absoluta honestidad y valentía por parte de dirigentes de ASCAN, especialmente por parte de su presidente (la asociación, propio del tiempo en que se creó, tenía un pronunciado carácter presidencialista). En este sentido, tengo que citar dos casos: el rechazo a la construcción del teleférico de Agaete a Tamadaba y la venta inexplicable de Guguy. Protagonizadas por Kunkell y Pepe Julio, respectivamente. Yo viví directamente la situación padecida por Pepe Julio, entonces empleado de La Caja Insular de Ahorros que había vendido los terrenos en una rocambolesca transacción que se convirtió en un largo viaje de ida y vuelta por paraísos fiscales y testaferros.

Pero, pasen y lean. No voy a adelantar acontecimientos. Aquí, en estas páginas, podrá conocer el qué, quiénes y por qué de la ecología. Un documento muy esclarecedor en un momento en el que nos congratulamos de la inquietud despertada en algunas personas por los temas ambientales, pero sin perspectiva, fruto de su bisoñez medioambientalista, si acaso no es una pose o una falsa conversión por motivos muy alejados del ecologismo. De todos modos, bienvenidos/as sean. El debate sobre el futuro del planeta debe ser la principal preocupación de la humanidad en este comienzo de siglo que se nos escapa rápidamente de las manos.

martes, 15 de febrero de 2022

La Dama del volcán

Mirador en el camino del cráter de Bandama.

La umbría extiende la oscuridad por el impresionante cráter de Bandama, cuando comenzamos a descender al interior de la tierra, como si de un viaje iniciático se tratara, ambientado en aquellas novelas del gran Julio Verne, el gran descubridor del mundo a través de viajes imaginarios pero no tan utópicos como se creía en su tiempo. Nuestro guía en esta ocasión no es el gran escritor, pero sí un excelente anfitrión insular, Rafa Molina, que dirige la agencia Etnoexperience Canarias, donde el valor del paisaje se une al del paisanaje y a las actividades singulares que crean lugares con encanto.

Durante todo el trayecto, a nuestro alrededor, con nuestras huellas impresas en el picón (lapilli), nos rodean los materiales telúricos que la impresionante explosión expulsó, exhibiéndose con todo su dramatismo entre sombras pavorosas. Y sientes que el cuerpo entero se estremece al contemplar la inmensa boca que abrió la tierra, con terribles explosiones que lanzaron bombas de rocas incandescentes a kilómetros. Dos mil años después, la calma y la tranquilidad forman parte del paisaje. La espectacularidad del volcán que fue bautizado con el nombre de su propietario holandés (Daniel Van Damme), hace que los sentidos estén más despiertos y capten todos los detalles para crear un recuerdo imborrable. Los aromas, colores, formas, los vertiginosos escarpes donde nos adentramos. Todo inunda tu piel como un tsunami, arrastrándote por nuevas sensaciones que se van ordenando armónicamente mientras realizamos el descenso, en un zigzag vertiginoso, rodeados de una variadísima y sorprendente flora que nos sirve de catálogo de especies endémicas de Canarias, de la isla o de la propia caldera, donde habita una singular ‘Dama de Bandama’, coqueta y casi imperceptible en este jardín interior. Esta planta del género Parolinia, fue localizada en 1998 por Víctor Montelongo en el fondo de la Caldera de Bandama; y unos meses después, Zöe Bramwell encontró otra pequeña población en los taludes externos de la Caldera. Esta especie nueva fue bautizada como Parolinia glabriuscula, de la que tan sólo existen unos 200 ejemplares silvestres, lo que la convierten en planta en Peligro Crítico.

Aunque estamos en un terreno donde predomina el bosque termófilo, con numerosos endemismos canarios, la Caldera es un jardín canario en el que también encontramos ejemplares de laurisilva y monteverde, de pinar y de cardonal. donde también se puede comprobar los estragos de especies foráneas como el eucalipto o el ‘rabo de gato’. Sin embargo, el paisaje dominante es de la flora canaria, a pesar de un clima con pocas precipitaciones invernales y largas temporadas secas durante el verano, así como una fuerte presión humana que ha condicionado su expansión. Situada en el pasado en el bosque denominado 'Monte Lentiscal', actualmente localizan especies arbóreas, como los lentiscos, acebuches, palmeras canarias, dragos, sabinas, almácigos, mocanes, marmolanes, etc. Entre su flora también existen endemismos canarios, como puedan ser guaydiles, orobales, tajinastes y malvas de risco, entre otras, incluso líquenes y rastros de monteverde gracias a la mayor retención de humedad que provoca la caldera.

En el fondo de la Caldera hay un gran esqueleto de un lagar. El recuerdo de una actividad que dio sustento a generaciones que transformaron el corazón de la tierra para crear el vino del volcán. Una gran extensión y fértil. Sólo unas décadas y la vegetación ya cubre las antiguas eras y terrazas de cultivo. Pero no hay que alejarse mucho del cráter para encontrar el paisaje del vino del Monte, perteneciente a la Denominación de Origen Vinos de Gran Canaria, con sus sabores y aromas únicos, gracias al mantenimiento de variedades de uva que sólo se conservaron en las islas tras la plaga de filoxera que arrasó con los viñedos de casi todo el mundo.

El vino sigue en el paisaje, a pesar de la desaparición de viñedos. A la Caldera se llega atravesando el paisaje del vino y nosotros salimos por los viñedos y la bodega de Mondalón, donde completamos el periplo compartiendo uno de los mejores momentos que se puede vivir, el de una familia orgullosa de invitarnos a conocer el fruto de su esfuerzo y su cariño hacia la tierra y a los productos que nos regala a cambio de cuidarla. Pero esto lo dejamos para otro artículo...

Pared de picón en el camino.

PD. Este artículo me lo publicarán probablemente en el próximo número del periódico gratuito It is Gran Canaria, con más fotos y traducido al inglés.

sábado, 29 de enero de 2022

Triángulos de amor rupestre

Triángulos púbicos en el interior de la cueva.

Hay un hueco que destaca en el acantilado que rodea Tejeda, en la Montaña de Artenara, al marcar con líneas rectas encajadas en lo más alto, una pared lisa con forma de un cuadrado. Un ciclópeo bloque, plano, rodeado de riscos tortuosos sobre el precipicio de la Caldera de Tejeda. En el centro de su base, hay una cueva excavada por los canarios, una habitación rectangular de 28 metros cuadrados por tres de alto. En su interior, cientos de figuras dan testimonio de una historia que hace de esta cueva un lugar especial, único.

Se accede por un único camino no apto para quien padezca vértigo. El sendero no anima a alongarse por tratarse de una escarpada cresta, un lugar de muy difícil localización y acceso, premeditadamente oculta. ¿También para los antiguos canarios sería un lugar secreto?

La construcción está orientada para ver (o ser visto por) el Bentayga. Su silueta es la imagen luminosa que penetra en la cueva. La claridad inunda el habitáculo para permitir distinguir las formas que decoran las paredes, donde descubres más de 300 figuras triangulares, grabadas o en bajorrelieve de diferentes tamaños, todas invertidas y en muchos con un punto o raya, que simbolizan la fertilidad a través de la vulva femenina. La luz modula la vista en el interior de la tierra. El sonido queda apagado también. Mientras el exterior permite ver con una claridad extraordinaria y escuchar o que te escuchen en la Caldera.

Exterior de la cueva

¿Qué ritos celebrarían en ese lugar. De que forma? ¿Quién eligió el sitio y por qué ahí? En un agujero excavado en un lugar casi inaccesible, solitario. Un escondrijo para muy pocas personas.

No hay cuevas habitacionales en torno a este santuario. Lo que lo convierte en un lugar casi secreto, en el centro de la isla. Pero ahí están... la cueva y el inexplicable juego de los triángulos. Ordenados, desordenados, superpuestos. Con formas menos definidas... un laberinto a ojos de los investigadores y una fuente que desborda la imaginación del visitante, de creencias religiosas desaparecidas y desconocidas sobre el acto sexual. Una religión telúrica y natural, donde el Roque Bentayga es omnipresente femenino bañado por el sol (Magec) tras surgir cada mañana tras el Roque Nublo. Aquel pueblo uniría su cuerpo a esos poderosos símbolos naturales. La naturaleza era su realidad, su destino y supervivencia como especie en una isla, siempre pendientes del cielo.

Llama la atención el nombre dado a la cueva: Los Candiles. Una interpretación muy irreal de las figuras que hallamos en el interior, si esa fuera la razón del nombre. Por tratarse de un lugar ritual, y al ser las mujeres -posibles 'harimaguadas'- las encargadas de los rituales religiosos o de fecundación, podría llevar el nombre de las jóvenes o educadoras.

La celebración de ritos sobre la sexualidad, la lluvia, la cosecha... eran los motivos para resguardar a las niñas en los comienzos de su pubertad. Por su parte, los cronistas europeos de la conquista las asemejan a monjas que permanecen vírgenes durante la etapa temprana de la juventud o mantienen la castidad de por vida, con ropajes propios de su posición. Puede que esta descripción esté afectada por la mentalidad de los colonizadores castellanos o franceses. No olvidemos la primacía de la moral católica, al ser el Papa en Roma quien autorizaba la conquista de los territorios para evangelizar. Y, por otra parte, ¿cómo explicar una religión desconocida y extraña a sus paisanos? ¿Interesaba dejar constancia de una religión que iba a ser prohibida y de unos ritos que consideraban inmorales?

Entrar en las cuevas o lugares de culto de los antiguos canarios es un impacto emocional y de curiosidad. En Los Candiles hay una sala de arte rupestre sexual por determinar.

Los roques Nublo y Bentayga desde Los Candiles.

PD: Artículo que he realizado para el próximo número del periódico It's Gran Canaria.
 

martes, 11 de enero de 2022

El péndulo del tiempo aborigen

En Acusa, durante el solsticio...
Gran Canaria ofrece una enorme variedad de paisajes y localizaciones extraordinarias. En estos platós naturales en miniatura, visitamos desiertos, selvas o ciudades de ambos lados del Atlántico, y también está Acusa, un paraíso místico y armonioso, una Shangri-la para descubrir en lo más profundo de Gran Canaria, rodeada de montañas y coronada por los símbolos naturales de una isla donde cada rincón es simbólico, cada paisaje único y el tiempo se mide como una calma tropical. Pero en este recóndito observatorio se corona el cielo, con el Roque y el Bentayga como friso de un santuario natural declarado Patrimonio de la Humanidad.

El escenario impresiona, rodeado de riscos y acantilados, Acusa se eleva para mostrar la gran caldera de hundimiento, un impresionante colapso telúrico, rodeada de más de 500 láminas de roca subvolcánica (cone sheet), permiten imaginar y hasta sentir la colosal erupción y posterior explosión para crear la gran depresión de 18 kilómetros de diámetro máximo y hasta 1949 metros de altura, erosionada por la lluvia y el viento, en cuyo centro está Acusa.

Acudimos a un lugar que emociona al contemplar la perfecta conjunción entre la cumbre y los astros, un paisaje que inspira canciones que emocionan en la voz de Alfredo Kraus, e impactantes descripciones literarias, junto a imágenes paradisíacas que pueblan las redes.

En esos momentos decisivos de la órbita terrestre, el altar de la tierra amada, que es también tempestad petrificada y ahora montañas sagradas, adquiere un nuevo sentido. Nace el ritual, la convivencia entre lo científico y lo espiritual. En Stonehenge, el ser humano construyó un Observatorio ritual. En la Caldera de Tejeda, la tierra creó su propio reloj estacional para la isla. Y el lugar se pobló de santuarios.

Sólo un par de días tiene lugar el fenómeno que permite contemplar desde esa meseta, rodeada de vertiginosos barrancos, los primeros rayos del sol abrirse paso entre los dos roques. Sólo en ese lugar se puede ser testigo de un acontecimiento que despierta todos los sentidos. En el día más corto y el más largo del año. Donde los dos roques marcan las fechas de los solsticios como un péndulo, de lado a lado, de invierno a verano. Durante unos instantes se abre ese foco de luz sobre Acusa y crece la energía que da calor a nuestros cuerpos. El sol se exhibe con toda la plenitud en la cercanía o distancia entre la Tierra y el Sol, en su máximo perigeo o apogeo.

El espectáculo que ofrece la naturaleza -dos veces cada año-, atrae y atrapa a personas que disfrutan de un espectacular amanecer con un escenario sorprendente. Una explosión de luz y color que atraviesa los dos grandes pitones basálticos, dando comienzo la secuencia del haz de luz que señala varios de los lugares arqueológicos más sorprendentes dedicados a invocar a su dios 'Magec', el astro rey del sistema solar. Sus primeros rayos iluminan la zona de acantilados donde se encuentra la Cueva de los Candiles, decorada con más de 300 triángulos púbicos. Desde lo alto del Bentayga, un almogarén (lugar de culto religioso) dirige las ceremonias del sol con solemnes representaciones y el uso de leche de cabra, gofio, miel, como recuerdan los guías de Turinka. La investigación permite comprobar que este guión, marcado por la naturaleza, creó una cultura para un pueblo ligado a su paisaje y a las puntuales señales de los astros.

Algunas posibles definiciones de este acontecimiento en el idioma Amazigh, de los antiguos pobladores, son muy descriptivas de lo que se puede vivir con todos los sentidos en estas efímeras experiencias. Para ellos, el solsticio de diciembre era la Puerta del invierno, y el de junio es el Triunfo del sol. Incluso hay una descripción del astro rey como "la/lo que posee resplandor, brillante".

En Acusa, el solsticio se produce en una puerta triunfal, resplandeciente, brillante y vibrante. La esfera celeste adquiere una luminosidad única que extiende sus cálidos rayos por los acantilados que desperezan en silencio reverencial. El deseo de captar todo produce una ceguera de embriaguez de luz. Y el recuerdo de lo vivido queda grabado en la memoria, como un sentimiento que nos acerca al pasado desde un instante eterno.

  • PS Artículo que publicará el periódico turístico It's Gran Canaria en su próxima edición.

domingo, 9 de enero de 2022

Del turismo social franquista al Imserso, crónica del 'baby boom'

Folleto Turismo Social 1963
Hoy el turismo social se llama 'Programa de Vacaciones para Mayores del Imserso' , la oferta de vacaciones para aquellas personas jubiladas que necesitan ocupar su tiempo y que pueden disfrutar de infraestructuras turísticas a precios asequibles. En realidad, es una fórmula para mantener cierta actividad en temporada baja que, en la Península, es casi todo el año salvo el verano, Semana Santa y poco más (como es el caso de las estaciones de nieve).

Se da la circunstancia de que la gran mayoría de beneficiarios del Imserso vivieron también tiempos difíciles en su infancia y adolescencia, cuando viajar era un privilegio de pocos, cuando el turismo extranjero trajo las divisas para un país subdesarrollado (entonces apenas existía la deslocalización industrial y Europa comenzaba en los Pirineos).

El Gobierno de la dictadura creaba el 'turismo social',  dentro de su 'Obra Sindical de Educación y Descanso', en diciembre de 1936, siguiendo el modelo de la organización italiana Opera Nazionale Dopolavoro (OND) que había existido durante el régimen fascista de Mussolini. Denominada en sus comienzos 'Alegría y Descanso' -nombre de claras resonancias nazis-.En sus primeros años de existencia mantuvo contactos con la organización nazi 'Kraft durch Freude', llegando a firmarse un convenio de cooperación entre ambas en 1943. Este organismo se centraba en eventos deportivos y de adoctrinamiento, promoviendo una red de albergues e instalaciones por el Estado, pero también lanzó ofertar de viajes al extranjero como alternativa a la falta de opciones, aunque la imagen de aquellos folletos recordaba más a las películas de los horrores de los campos de concentración y a la emigración masiva de mano de obra española a los países del 'Mercado Común' (la Comunidad Económica Europea, surgida del Tratado de Roma en 1957, con España excluida), que a un folleto prometiendo experiencias y parajes de ensueño.

Folleto Turismo Social 1974

España vivía su transición de la autarquía a los procesos de la etapa del Desarrollismo, con el Plan de Estabilización (1959) y los tres Planes de Desarrollo posteriores. Fue el período en que el Opus Dei se hizo con el poder económico del país, favoreciendo la entrada de inversores (turismo, fábricas  de Rensult, Citroen...) en los 'polos de desarrollo' con los que impulsaron una industrialización tardía (gracias a las divisas de los emigrantes españoles y del turismo), que acabaría en un estrangulamiento económico en los años 70 y una sucesión de reconversiones que continúan medio siglo después.

Fue, precisamente, en los setenta cuando se aprobó la jubilación a los 65 años, mejoran la esperanza de vida, las infraestructuras turísticas y de transportes, y se idea el programa  de vacaciones para la tercera edad, con el fin de aprovechar las instalaciones turísticas de la península, que padecen el problema de la estacionalidad, con la consiguiente mejora de estabilidad en el empleo del sector. Una actividad que comenzó con 16.000 usuarios y ya superaba los 600.000 antes de la pandemia. Curiosamente, estas vacaciones apadrinadas por el Estado, vuelven a conectar a la generación del 'baby boom' (nacidos entre los 50 y los 70) con el pasado, con aquellos recursos de turismo social a través de la obra sindical de Educación y Descanso, mientras hoy son beneficiarios de un sistema que les permite viajar, sólo que a diferencia de los primeros viajes de Educación y Descanso o el Inserso, ya no es un descubrimiento para ellos, sino una forma de vida.

sábado, 8 de enero de 2022

Camellos, del arado al chárter turístico

Maspalomas 1960. Fachico Rojas
En 1934, con motivo de la celebración del aniversario de la II República, el ministro Rafael Guerra del Río, amigo del artista Néstor Martín-Fernández de la Torre, le encarga el diseño y ejecución del cortejo regional canario que participó en el desfile conmemorativo, una elección que aprovecharía nuestro artista para mostrar su propuesta de imagen turística y tropical, una exhibición de tipismo plasmado en sus diseños de trajes, la arquitectura, la artesanía y, cómo no, el plátano que exportamos a América y el uso del camello que importamos de Oriente. Así recorrió Madrid la comitiva isleña ante el asombro y aplauso de la multitud. El exotismo y la belleza de los diseños que paseó por las calles madrileñas, fue la carta de presentación de un nuevo modelo turístico que tendría una gran repercusión en Gran Canaria durante décadas.

Desde hace más de 500 años, la figura del dromedario forma parte del paisaje isleño, principalmente en las Canarias orientales. Traídos desde la costa noroeste de África, los camellos fueron de gran ayuda para las explotaciones agrícolas y como transporte de carga pesada. Su uso se ha transformado, como lo ha hecho la economía de las islas, al trasladar el protagonismo de la agricultura al sector turístico.

La silueta del camello en las dunas como imagen turística de Gran Canaria se mantiene después de 60 años, junto a la playa y el oasis de Maspalomas con su palmeral. La mezcla ideal de exotismo, belleza y calidez que consolida un destino líder de sol y arena en el invierno europeo. Justo en la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas, con sus 400 hectáreas de un paisaje que recuerda al desierto del Sahara (que tiene una superficie de 9,2 millones de kilómetros cuadrados). Una imagen que perdura en un idilio entre los turistas europeos y este enclave durante más de medio siglo. Y todo empezó en 1961 con un libro que presentaba las bases del concurso internacional de ideas para crear Maspalomas Costa Canaria, cuando en el lugar no había nada más que el faro, algunas cabañas ¡y una estación espacial de la NASA!, que formó parte de los programas Mercury, Gemini y Apolo.

Astronautas del Apolo en Maspalomas.

Tanto en aquel libro que convocaba el concurso, como durante la presencia de los famosos astronautas norteamericanos, incluidos los héroes que pisaron la luna por primera vez, hay una presencia muy especial que destaca en las imágenes: los camellos o dromedarios. Un animal de carga que ya se incorporaba como parte de la postal turística del destino, una imagen que coincidía con el estreno en todo el mundo de ´Lawrence de Arabia´, una de las películas más famosas de la historia del cine, entre los 10 mejores filmes, y ganadora de 7 estatuillas Oscar, dejando para la historia la icónica imagen de los paisajes desérticos, con Peter O'Toole rodeado de tribus árabes, montados sobre dromedarios contra los cañones del ejército turco.

Boda en Teror. Néstor Martín-Fernández.

Otros/as turistas famosos también montaron a lomos de camellos, como la escritora Olivia Stone, a finales del s XIX, quien detalla la presencia de estos animales en varias de las islas. Sin embargo, desde hace 60 años, la supervivencia de esta especie en las islas depende de su papel como atractivo turístico. Una situación que ha permitido que los ejemplares existentes en Gran Canaria, no sólo sean los únicos exportables a Europa, Brasil o Australia (entre otros puntos del planeta), sino que también han sido objeto de estudios promovidos por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, con fines médicos, mejorando los resultados que se obtenían en las muestras de otras especies animales. Otros servicios que puede prestar es la limpieza o restauración del conjunto de dunas, o participando en escenas cinematográficas. Por ahora, son el más antiguo transporte que recorre el entorno de las dunas en un tranquilo paseo.

Casino de Tenerife. Néstor Martín-Fernández.
  • PS: Artículo que publicará el periódico It is Gran Canaria en su próxima edición.