sábado, 30 de abril de 2011

El 'pleito (turístico) insular'

Silva, en medio de la campaña
Sin olvidar que estamos en campaña electoral y los partidos políticos manipulan cualquier cosa por un puñado de votos, me ha llamado la atención la irrupción en el debate de la noticia de que el grupo de Gobierno en el Cabildo de Gran Canaria denuncia que la empresa pública autonómica Promoción Turística de Canarias (Promotur) intenta 'robarle' al futbolista David Silva para beneficiar a Tenerife en el mercado inglés. ¡Dios mío, las hordas chicharreras secuestrándonos un ídolo de masas que lleva en su camiseta deportiva el instintivo exclusivo de los futbolistas que han logrado la Copa del Mundo!
Así dicho, podríamos pensar que la empresa pública autonómica está al servicio de la pérfida Nivaria, y que promocionar a las Islas Canarias es un perjuicio para Gran Canaria en favor de Tenerife. Bueno, puede ser y creo que tienen algo de razón, ya que la mayoría de los mercados reconocen a Tenerife y Lanzarote cuando se habla de Canarias, y no a Gran Canaria. ¿La culpa de esto? De los propios canariones que llevan décadas gastando dinero del contribuyente en promociones que no nos asocian a un destino que ilusiona: Canarias, al que estamos unidos con lazos indestructibles (a pesa de algunos). O el empecinamiento de otros canariones de diferenciarse con nombres como Maspalomas, Mogán o Telde... en perjuicio de Gran Canaria.
Si la promoción de Promotur tuviera un impacto por igual para todas las Islas, tendríamos un mejor resultado y a menor coste. De ser así, incluso podríamos plantearnos para qué gastamos dinero en promociones a través patronatos y departamentos insulares o municipales de turismo, cuando tendríamos el resultado óptimo de las campañas autonómicas.
Pero no, esto se ha convertido en una 'jaula de grillos' y un despilfarro de dinero de todos (con resultados más que discutibles y censurables) en la que se utilizan argumentos insularistas y pleitistas para sacar rédito político y enarbolar la bandera del enemigo exterior que amenaza a Gran Canaria, con grave daño para nuestra región y a satisfacción de nuestros competidores.
Imagino que al igual que en Gran Canaria la isla vecina se habrá enterado de esta iniciativa y que el titular en la prensa chicharrerista será: Tenerife denuncia que Promotur intenta 'robarle' a Pedrito para beneficiar a Gran Canaria en el mercado peninsular. Y tampoco dejaría de tener razón.
De todos modos, permítanme que sea pesado: ¿Para qué se utiliza a Silva o Pedrito en las promociones? ¿A qué tipo de públicos van dirigidas las campañas utilizando iconos del fútbol? ¿Nos interesa ese tipo de turismo en el que predominan los violentos Hooligans?...
¡Qué pena que el turismo de nuestras islas esté en manos tan irresponsables que priman el interés político personal frente a lo que necesita nuestro principal sector económico!

viernes, 29 de abril de 2011

Fin de ciclo y búsqueda de un nuevo impulso turístico en Canarias

El Roque Nublo y el Teide
Repaso estos días varias obras que centran su análisis en el fin de ‘ciclo de vida’ del destino turístico en Canarias. Unos trabajos muy sesudos y economicistas que no han entendido el mensaje de Néstor Martín Fernández de La Torre que, sin ser un ‘consultor’ o un ‘profesional’ del turismo tal como se autoproclaman hoy día, sí que fue un visionario que hizo posible uno de los periodos más importantes del desarrollo turístico en Gran Canaria -con un impacto directo sobre su sucesor, César Manrique-, y estimuló la iniciativa de la familia Del Castillo para lanzar el primer concurso internacional de ideas para crear una ciudad turística (Maspalomas Costa Canaria, 1961).
A pesar de que todos reconocemos que el turismo en Gran Canaria y en Lanzarote tiene nombre y apellidos, el turismo isleño ha perdido ese elemento creativo y autóctono que lo impulsó, quedando en manos de tres grupos que –aislados o juntos- han provocado la deriva que padecemos: en primer lugar, el de algunos empresarios cuyo objetivo es el beneficio (el mayor y más rápido) con subalternos que actúan como freno a cualquier iniciativa que se salga de la cuenta de resultados; en segundo lugar, algunos burócratas que no quieren (tampoco es que se pueda mucho) entrar en disquisiciones sobre qué es lo mejor para el turismo (que no tiene por qué ser lo procedimentalmente correcto); y, en tercer lugar, el fracaso de unos políticos analfabetos turísticos que se arrogan todo el protagonismo investidos de un poder populista para sermonear cíclicamente con cifras de llegada de turistas e inversiones que nos alejan de ser un destino competitivo y nos introducen en el centro de un remolino que nos ahoga en una pérdida de rentabilidad y de ocupación, en un escenario decadente de territorios consumidos por la especulación y la masificación low cost.
Y es que en su mayor parte, insisten en el error de considerar que nuestro producto turístico se soporta sobre un único negocio: el alojamiento; gracias a un producto que es dogma de fe: el sol y playa, cuando en realidad hay otros muchos aspectos que han consolidado durante siglos la reputación de Canarias como destino turístico, como son su clima, sus valores naturales, paisajísticos, culturales, comerciales, sociales, etc.
Llegados a la situación actual, en este espejismo que vivimos de prestado por los problemas exógenos que todos conocemos, no se puede plantear (mantener) un modelo basado exclusivamente en el sol y playa porque será (es) nuestra ruina: vamos quemando territorio para satisfacción de especuladores y corruptos, sin ofrecer nada nuevo, distinto y que nos posicione en el mundo no como un destino de alternativa a las crisis, sino como un destino de objetivo principal.
Decía Néstor Martín Fernández de La Torre en su discurso ‘Habla Néstor’ (1939) que el turismo surge “como hecho y como problema, imponiendo brutalmente la necesidad de la revolución integral del país, en la que nunca habíamos pensado. Trazar un plan de propaganda turística sin antes preparar el país, me parece contraproducente. Tengamos en cuenta que el viajero que nos visita no viene a nuestras islas para encontrar en Tejeda un tacón de Luis XV o una cabellera oxigenada. Hasta en los pueblos más apartados ha ido desapareciendo el uso de la mantilla canaria, sustituida por velos o sombreros ridículos, traídos por vientos de afuera. La belleza de nuestros paisajes sufre los efectos del modernismo estandarizado, con el clásico cajón armado, que desplaza a la típica casa campesina. Proyectos y reformas urbanas se han concebido en vía estrecha, los árboles y las flores se han visto privados del amoroso cuidado que hubiera hecho de esta tierra un lugar delicioso para el turista. De lo auténtico queda poco, el folklore ha ido olvidándose; y en el tema de desaparición, hasta ha desaparecido el inteligente artesano (platero, tallista, forjador, etc.), que a principios de siglo tenían en la artesanía un medio de vida, ante la invasión de mil chucherías que, precisamente por ser exóticas, merecieron acogida preferente”.
Evidentemente, no se puede trasladar el mensaje de hace 72 años a la actualidad, si bien Néstor entendió lo que hoy día no entienden los numerosos profesionales y consultores del sector turísticos: preparar el país, imponer una revolución que tiene que competir con la cultura, personalidad e historia, cultura, comunicaciones y tecnología de otros destinos.
Esa personalidad, es la clave del posicionamiento en un mercado en el que todos ofrecen sol y playa y su única diferencia (porque hasta los hoteles, tiendas y restaurantes son iguales en todos sitios) es el precio. Un precio que termina siendo muy poco rentable para compensar la pérdida de calidad de nuestro territorio.
Por ello, Néstor, muy acertadamente explica que “El turismo lo entiendo como una grande y compleja industria que ha de desarrollar el país entero. Si no recobramos y acentuamos nuestra personalidad, nada podemos ofrecer al turista que le halague y satisfaga, dentro de un estilo netamente canario tenemos que revalorizar todo lo nuestro, sea moderno o tradicional, de otro modo seremos suplantados por el industrial o por el comerciante de afuera, como pasa hoy a nuestros ojos…”. Tengamos en cuenta que en aquellos años de la Guerra Civil y previos, apenas llegaban turistas a nuestra Isla en los trasatlánticos de la Union y la línea Castle (que se unirían como empresa y con sus nombres). Pero sentó las bases de un modelo personal de turismo basado en el tipismo, arquitectónico, etnográfico y cultural, como complemento a un destino de clima y calidad ambiental reconocido históricamente en el ámbito europeo.
Si actualizáramos el discurso de Néstor a nuestra realidad ¿qué empresario, político o administración ha planteado una propuesta que se convierta en un atractivo capaz de sorprender al mundo? ¿Existe esa posibilidad? Yo creo y afirmo que si, que hay actuaciones y proyectos que pueden revolucionar el destino y el perfil de clientes que visitan las Islas. Pero para ello hay que contar con esta sociedad que lleva en los genes el know how turístico y, sobre todo, superar el desánimo de quienes han tirado la toalla y se resignan a obtener el beneficio menguante hasta que se acabe –por desidia- con el primer destino turístico de naturaleza y salud de la historia.

martes, 26 de abril de 2011

Un pacto ¿para qué turismo?

Maspalomas idílica junto a un destino 'maduro'
Canarias7 hace mención en su edición de hoy a una reunión para tratar la situación del turismo, a instancias del siempre voluntarioso y dinamizador Rafael Molina Petit (actualmente responsable del Consorcio de rehabilitación del Sur de Gran Canaria).
El titular es explícito: "El turismo reclama un pacto y menos trabas políticas". Y por la enjundia de los invitados a la reunión, la cita tenía cierta notoriedad: Paulino Rivero, Jose Miguel Bravo de Laguna, Marco Aurelio Pérez, Miguel Cabrera, Sergio Alonso, Juan Miguel Sanjuán y Angel Luis Tadeo Felipe. Políticos y empresarios de primera fila que tuvieron que bajar a la tierra a pesar de vivir en la nube de una coyuntura extraordinariamente positiva en cuanto a ocupación y llegada de turistas a las Islas.
La información, demasiado lacónica para la importancia del acto, explica: "El Gabinete Literario, en la capital grancanaria, acogió en la tarde de este lunes un acto en el que, tras una presentación hecha por el Consorcio Turístico del Sur, decenas de empresarios y directivos turísticos reclamaron de manera casi unánime un gran pacto que debe pasar por eliminar las trabas de los partidos políticos a las propuestas de inversión en la zona.
El gerente del Consorcio, Rafael Molina Petit, mencionó en su intervención la necesidad de ese pacto, así como el error de la demonización del turismo por parte de la sociedad canaria. Su mensaje fue recogido por muchos de los presentes, que lamentaron que la legislatura que ahora acaba apenas haya dado soluciones políticas a las necesidades de reconversión de zonas como Playa del Inglés
".
Es una lástima que no encontremos más información sobre lo tratado en la reunión, en la que, también es una lástima, se centraron en las dificultades de los empresarios y los políticos para buscar una salida a los problemas que acucian a las Islas Canarias como destino turístico que ya es considerado 'maduro' (eufemismo de obsoleto, o de congestionado, o con falta de reinvención...), donde las rentabilidades (hasta hace unos meses) auguraban un presente/futuro negro (perdonen este recurso racista) por la caída del número de visitantes y la falta de otros atractivos a nuestra oferta que se ha limitado (la han limitado) al sol y playa, que le funcionó bien al proceso de especulación y ladrillo que ha ocupado nuestros mejores territorios, desbordando ampliamente el equilibrio entre oferta y demanda para ese producto.
Así, nos encontramos en la actualidad disfrutando de una situación 'de prestado' con un importante número de visitantes que huyen de la incertidumbre que afecta a diversos países del norte de África, como sucediera hace unos años con la crisis de los Balcanes, que desvió también a las Islas a numerosos turistas alemanes.
Por lo poco que se sabe de la reunión, la preocupación planteada gira en torno a las trabas burocráticas para invertir y reconvertir los destinos 'maduros', como Playa del Inglés, donde tanto el Consorcio como el Plan de Modernización de Infraestructuras Turísticas buscan cómo 'lavar la cara' de esos desaguisados urbanísticos surgidos al albur del desarrollismo iniciado a comienzos de los sesenta coincidiendo con la política impulsada por el franquismo y cuyo rostro más conocido fue el de Manuel Fraga al frente del Ministerio de Información y Turismo. Un ministro que lanzó aquello de Spain is diferent, que mostraba una realidad que pretendía mostrar una España que quería superar la frontera pirenaica para obtener las divisas de la Europa que empezaba a interesarse por este país barato, aunque ya Canarias se había anticipado como destino turístico.
Volviendo a la reunión del Gabinete Literario, es cierto -penoso e injustificable- que municipios como Mogán o San Bartolomé de Tirajana lleven más de diez años sin actualizar el Plan General que permita ordenar su urbanismo, lo que provoca una enorme incertidumbre o inseguridad legal a quienes deseen invertir en dichos municipios. Asimismo, también es un anacronismo que el urbanismo se dirija desde despachos de políticos, arquitectos o empresarios y quede la participación limitada a la información pública para un 'corrígeme aquí esta línea', sin que se pueda enmendar o promover un Plan que re-cree un destino turístico. Algo similar a lo que hizo la familia del Conde cuando apostó por el concurso internacional de ideas que ganó el gabinete Setap hace justo medio siglo; o como hiciera Néstor Martín Fernández de la Torre, movilizando a la apagada sociedad de Gran Canaria para poner en marcha su visión turística de tipismo y originalidad; o como hiciera Pepín Ramírez (entonces presidente del Cabildo de Lanzarote) dejando en manos de César Manrique la posibilidad de convertir en arte el paisaje de la Isla y así deslumbrar al mundo...
Es necesario el pacto, pero no un acuerdo para quitar trabas a la especulación y a la construcción de más camas, porque eso terminará con nuestra industria. El pacto ha de ser más ambicioso, participativo, colectivo, para plantearnos hacia dónde ir y qué podemos ofrecer que nos diferencie, que defina otros perfiles de usuarios (¿por qué no atraemos el turismo de familia?), que nos posicione con nuestros valores, que nos satisfaga y, sobre todo, pueda ser sostenible y genere riqueza que se reinvierta en mejorar este destino turístico único y que (tal como insisto en cada artículo que publico) no hemos descubierto ayer, sino que fue reconocido en la antigüedad cuando situaron en nuestro territorio las Islas Afortunadas.

sábado, 16 de abril de 2011

Turismo gastronómico y promoción en Canarias

El viernes 15 de abril, he tenido una enorme satisfacción al participar en una mesa redonda sobre   Gastronomía, marketing y promoción turística, dentro del Foro Universidad Sociedad ‘Cocinarte’, como miembro del Cluster de Turismo de Canarias (si bien advertí que mis opiniones no eran, claro está, las opiniones de los miembros del Cluster).
Moderó el coloquio  Desiderio Gutiérrez Taño, Socio-Fundador Edei Consultores y Profesor Asociado de la Universidad de La Laguna. Participaron, además, Erlantz Gorostiza, Director gastronómico del Restaurante M.B. Abama Hotel Resort,  Javier Muñoz, Director regional Iberostar, Ricardo Díaz Armas, Director de la Escuela Universitaria de Ciencias Empresariales y Turismo de la Universidad de La Laguna y Braulio Simancas, propietario del restaurante: "Silbo Gomero" y chef del restaurante ‘Las Aguas’ del Hotel Bahía del Duque.
El coloquio giraba en torno a ‘Gastronomía, marketing y promoción turística’. Cada ponente disponía de cinco minutos para su intervención y así poder dar el mayor tiempo posible al debate. Por ello, preferí leer un texto que sirviera de posicionamiento desde mi experiencia. Mi discurso fue:
La de gastrónomo es sin duda la primera de las profesiones de la humanidad, aunque algún machista intente insultar a la mujer con otras estupideces.
Comer es una necesidad, un placer o una experiencia que puede llegar a ser mística o erótica  -según algunos-. E incluso un total desengaño o una práctica desagradable. El turismo también. De hecho, hay un maridaje profundo entre ambas actividades, al tener una enorme carga de subjetividad por su valor intangible.
No hay guía turística que se precie que no tenga referencias a la gastronomía. Por ello, se habla del turismo gastronómico como nuevo producto, e incluso en la Wikipedia se afirma que “El turismo Gastronómico es una nueva opción de aventura…” aunque yo no alcanzo a entender esta aseveración. Aunque es innegable que las guías turísticas incluyen en un lugar preferente las relacionadas con la gastronomía.
En el caso de Canarias, su clima ha permitido contar con una oferta de productos locales de gran calidad y singularidad para crear una cocina local interesante que incluye platos con pedigrí. Además, está la vinculación con uno de los países con mayor variedad, calidad y riqueza culinaria, lo que se suma a la transferencia de productos que cruzaron el Atlántico (plátano, caña de azúcar, vides, cabras, aloe…) y de vuelta, tras el descubrimiento de América, como por ejemplo: la papa. A esto se añade la relación con otros países europeos (principalmente Inglaterra) y la presencia –en primicia- de otras culturas, con hitos como la aparición del primer restaurante en España de cocina japonesa y los primerísimos chinos, iraníes, suramericanos...
Con esta trayectoria no es de extrañar en nuestro sector gastronómico la presencia de algunas –quizás pocas- estrellas Michelín, entre nuestros establecimientos o la inevitable y empobrecedora irrupción del boom de franquicias como Hooters, Hard rock, burguers, kebabs, Tommy Romas, etcétera.
Después de estas cuestiones a debatir, planteo otra cuestión también local: si estamos ante un producto turístico cohesionado y definitorio del destino Canarias. Yo creo que, entre otras cosas, le falta jugo... zumo de Google. Y es que si visitamos las webs institucionales, normalmente la gastronomía está perdida en el submenú, dentro de Cultura u otros epígrafes… Además carecen de interactividad y están cargadas de tópicos. Para rematar, usan descripciones peregrinas como, por ejemplo esta frase: “es el tiempo de una estupenda ‘vieja sancochada’. Acompañada por supuesto con papas arrugadas”. Así expresado, el turista creerá que el canario es un pueblo antropófago y poco respetuoso con nuestros ancianos.
No sólo ofrecen una propuesta textual ajena al turista, tratándolo como un tolete, sino que desaprovechan los recursos tecnológicos para dar visibilidad y gestión al sector complementario que más empleo y riqueza genera en las Islas. Así nos encontramos en las webs de los patronatos insulares con una pobre y arbitraria representación de los restaurantes de las Islas o con listados inútiles e inoperativos:
El Hierro 48
Fuerteventura: 33
La Gomera: 0
La Palma: 161
Gran Canaria: 1786
Tenerife: 30
Lanzarote 643

Y de esta pobre y desnortada presencia online de la cocina canaria tampoco se libra la web de Promotur, la empresa pública que gestiona la promoción turística de Canarias; ni nuestro propio Cluster –para que no digan que no somos autocríticos-, ya que de 42 grupos de debate creados por iniciativa de sus miembros, ninguno trata sobre gastronomía y turismo...
Pero de todo lo planteado aquí, también hay que destacar la parte de culpa que tienen los propios restauradores ya que son ellos los que han dejado en manos de administrativos sin experiencia en turismo (muchos de ellos), en comunicación o en gastronomía -y de políticos atrevidos-, el principal escaparate que hoy día tiene el mundo para la comunicación: las Tecnologías de la Información. Por eso, insisto en que han de fortarlecerse como colectivo, como sector, como comunidad, como gran recurso turístico de Canarias.

martes, 5 de abril de 2011

La arquitectura rural canaria y el turismo

Balcones en la Calle Real en Teror

Publico la tercera entrega de la ponencia presentada por Juan del Río Ayala y Juan Márquez Peñate, bajo el título general de Conservación y revalorización del Patrimonio Artístico Monumental de los Municipios, ante la I Asamblea Provincial de Municipios Turísticos de Las Palmas en 1967.
Este apartado tiene descripciones muy duras y que serían políticamente incorrectas en la etapa política que vivía el país en esos momentos. Sin embargo, los autores fueron directos y expusieron con toda su crudeza la pérdida de la identidad del paisaje cultural, reflejada en la sentencia final del informe: "el resultado es que nos están asesinando el paisaje".
El título de este apartado es La arquitectura rural canaria, que tiene bastante relación con el apartado anterior de esta ponencia, más centrada en los cascos urbanos. Queda pendiente la última parte de esta ponencia, dedicada al folclore.
"Aunque a simple vista parezca fuera de esta ponencia lo que pueda relacionarse con el enunciado de este apartado, aparte de que en la arquitectura rural aparezcan motivos estimables a catalogar dentro del Patrimonio Artístico, es notorio que el paisaje en sí ya constituye algo principalísimo y fundamental dentro de este patrimonio y que es la arquitectura rural la que de manera funcional puede alterar, positiva o negativamente, la belleza natural del mismo. Una ermita, una casona solariega, una simple casa de labor o humilde albergue de una familia de labradores, un caserío un lugar o alpénder, tanto puede ser un motivo de revalorización de un paisaje y constituir su impronta ancestral en muchos casos, como también puede estropearlo para siempre.
De forma consuetudinaria, obedeciendo a unas normas atávicas de humilde mimetismo, el campesino canario construyó siempre su casa a la orilla de sus predios o sobre la altura cimera de una roca volcánica, para el mejor aprovechamiento del minifundio patrimonial, con pobreza de medios pero de manera encantadoramente recreativa. Los tipos de casas rurales están a la vista y sólo necesitan un estudio concienzudo de los mismos y una selección de arquetipos.
De la misma manera que el simple campesino, el rico hacendado, colonizador activo del suelo canario en otro tiempo, también construyó sus casonas o palacios rurales con ampulosidades del espacio necesario para las faenas de madurado de frutos y almacenamiento de granos, así como para la cómoda y confortable instalación de su mansión, pero obedeciendo a esa tónica de humildad mimética, aunque en los interiores destaque la riqueza artística en los tallados de puertas y artesones.
La cueva habitación, que es una persistencia del hábitat troglodita, del pueblo prehispánico, requiere también una especial atención de defensa.
Las encantadoras ermitas y oratorios, no sólo por sus formas externas sino por las internas y por las insospechadas muestras de arte que atesoran, constituyen un maravilloso acervo del patrimonio artístico.
Los llamados barrios y caseríos típicos, que han merecido la atención del Cabildo Insular y que esta corporación conserva y fomenta con sus premios anuales, también reclaman una especial atención de esta defensa del Patrimonio Artístico.
Pero nada de esto es posible sin una actitud vigilante de autoridades, corporaciones locales y personas cultas en general. Un viento de snobismo, de presuntuosidad, de pueril y cursilón afán imitativo de las grandes ciudades, quiere acabar con el encanto de la arquitectura rural. Cuando no se nos impone un desacertado funcionalismo, se destruye a mansalva y se construye inadecuada y petulantemente, y el resultado es que nos están asesinando el paisaje.
Los autores de este informe, Juan del Río Ayala y Juan Márquez Peñate, plantean las siguientes conclusiones:

  1. Que por ser la índole de este apartado, sin perjuicio de su matiz artístico, de aspecto enteramente folklórico, todo cuanto se refiera a él debe caer en el ámbito de las CITES (desconozco si se refiere al término clásico de ciudad o a los Centros de Iniciativa y Turismo), a las que se debe dotar de la fuerza coactiva necesaria para hacer prevalecer el criterio que se ha expuesto sobre edificaciones rurales. Asimismo, deben las CITES procurar la propaganda entre las gentes del campo haciéndoles ver las excelencias y lo adecuado de la edificación tradicional, aún introduciendo en ellas las exigencias de confort e higiene de la vida moderna, para lo cual deben tenerse presentes los siguientes medios:

  • La divulgación de la casa humilde campestre conforme a las normas tradicionales, adaptadas incluso a los materiales modernos.
  • Estudio económico adecuado que haga posible su adaptación.
  • Fomentar el interés y la afición al estudio de la arquitectura rural, creando una inquietud en torno a lo que a ella se refiera.
  • Estudios sobre el color en función del paisaje
  • Promover conferencias y cursos en los pueblos sobre paisajismo y jardinería.

  1. La catalogación de casonas solariegas y palacios rurales, evitando su desaparición o ruina cuando sus propietarios no puedan conservarlos, promoviendo la adquisición por parte de los municipios con el objeto de instalar en ellos los pequeños museos locales de los que se habla en el texto de esta ponencia.
  2. Promover y divulgar las posibles adaptaciones de la cueva habitación a las necesidades de la vida moderna bajo el confort relativo y la higiene".