martes, 7 de agosto de 2012

Sol, playa, clima y…

Publicidad turística
El turismo se ha convertido en el tema de interés de expertos y profesionales en Gran Canaria. La Universidad, aunque son su parsimonia propia de un ente que le cuesta caminar, también está interesada en lo que acontece al principal sector económico de las Islas y de gran Canaria en particular. De ahí que mi columna –bastante abandonada, por cierto- se convierta en motivo para arrancar interesantes conversaciones.

Uno de los temas que más se plantea es hacia dónde deberíamos ir. Todos tienen ideas, o sospechas, de los problemas que tiene el destino Gran Canaria y que son más que evidentes, aunque cada uno pueda tener el foco puesto en aspectos diferentes.

La primera respuesta es un baño de realismo: el primer problema que tenemos es que recibimos –en Gran Canaria- 3,3 millones de turistas en 2011 (Lanzarote 2,0; Fuerteventura 1,9 y Tenerife 4,4) y no le sacamos rendimiento. ¿Por qué? Pues porque ofrecemos sol, playa, buen clima… y el negocio sobre esos valores naturales se lo lleva el turoperador, ya que el turista gasta cada vez más en origen y cada vez menos en el destino.

Pero ahí están. 3,3 millones de turistas que han llegado a Gran Canaria. Y también están ahí los empresarios, obstinados en camas y centros comerciales. Sin trabajar la promoción de forma conjunta, sin propiciar un punto de encuentro para abordar posibles iniciativas que den valor al destino y que la referencia no sea exclusivamente sol y playa. A lo largo del pasado siglo, en particular hasta la llegada del turismo de masas y la irrupción de las administraciones en el sector turístico, existió una entente y una colaboración que hicieron posible el ‘milagro’ turístico de Gran Canaria. También hubo una serie de personajes (creativos y apoyos institucionales) que lo protagonizaron. Pero hoy día –cuando de verdad hay capital isleño- no miramos en nuestro interior, en nuestros orígenes y así nos irá… Venderemos a precio de saldo nuestro sol, nuestras playas, nuestro clima, nuestros paisajes y no conseguiremos aprovechar la gestión de esos 3,3 millones de turistas que ya quisieran para sí numerosos destinos turísticos en el mundo.