jueves, 16 de enero de 2020

Radiotelescopio en las cumbres de Gran Canaria ¿por qué no?

Boceto del proyecto.

He participado el martes en las jornadas sobre César Manrique, cuyo centenario finalizará el próximo 24 de abril... Una de las frases más pronunciadas entre los presentes (y que nadie ha discutido) es que -probablemente-, si Manrique estuviera vivo, hoy no podría haber realizado ninguna de sus actuaciones, porque la protección se ha convertido en un dogma amurallado que impide modificar el paisaje 'natural' mientras apenas arreglamos los paisajes ya transformados. Talar uno, o cincuenta pinos, es un sacrilegio condenado por la mayoría y con razón. Otra colectividad arremete contra quienes quieren erradicar las cabras asilvestradas (e introducidas en las islas, que no autóctonas) que impiden la recuperación de flora autóctona en riesgo de extinción, como sucede con el caso de Guguy. También hay quienes rechazan que las cumbres hasta Guguy sean declarados Parque Nacional. Ahora surge la oposición al radiotelescopio en Tamadaba (ya nadie recuerda que hace 50/60 años el Cabildo comenzó la repoblación de unas cumbres de Gran Canaria totalmente 'peladas' por la acción humana para obtener leña, carbón o la pez -Los Llanos de La Pez-...).

Pero, ahora, esta iniciativa de radiotelescopio surgida del Instituto Geominero Español para impulsar la investigación sobre el cambio climático con esta instalación, se sitúa en el ojo del huracán de las redes sociales. La instalación afectará a una zona del pinar de unos 1000 metros cuadrados (el Parque Natural tiene 7500 hectáreas: 75 millones de metros cuadrados), rodeado por los espacios naturales del Nublo, Pilancones, Inagua, Tirma (otra purriada de millones de metros cuadrados)... Y ya surgen las voces discrepantes. Buscar otro enclave ¿en la cumbre, en otra isla?

Supongo que la elección no habrá sido por capricho y tendrá sus condicionantes técnicos y de comunicación. Pero ¿supondrá una tragedia de proporciones apocalípticas o, por el contrario, es una acción necesaria para intentar entender y actuar contra la devastación climática que se augura?

Personalmente considero que más impacto producen las antenas de telefonía, las 'bolas' del ejército del aire en el Pico de las Nieves (visibles desde toda la isla), los tendidos eléctricos y de telefonía, las construcciones cajoneras que salpican el interior de la isla y las carreteras que llevan por todos los rincones a personas y residuos de todo tipo. Asimismo, considero que el volumen es inferior a casi todos los telescopios que se han instalado en el Roque de los Muchachos (La Palma) y en Izaña (Tenerife), o en Meloneras (estación del INTA, que también impacta sobre el paisaje) pero ahí están, cumpliendo una función importantísima para el planeta. Por ello, espero que se dé la información suficiente sobre la localización exacta y su impacto paisajístico sobre el nuevo Patrimonio de la Humanidad de Risco Caído y las Montañas Sagradas, así como la trascendencia de esta instalación para poder opinar al respecto y valorar si merece la pena incorporar este tipo de elementos al paisaje o si existe otra opción que no produzca este rechazo (que probablemente habrá quien niegue que se instale en cualquier otro lugar).

Porque, al final, los técnicos de infraestructuras tendrán que discutir con los expertos en medio ambiente y dar solución a esta necesaria (si no imprescindible) antena... Y los técnicos tendrán que ponerse de acuerdo para que podamos tener un futuro y que los bosques sigan recuperando el territorio usurpado por el ser humano en la isla a sabiendas que habrán de contener instalaciones que son necesarias y no caprichos o negocios privados que se impongan contra los intereses de la comunidad.

(Fotos de Izaña, Roque de los Muchachos e infografía del proyecto de radiotelescopio)

Observatorio del Roque de Los Muchachos.


Observatorio de Izaña



1 comentario:

  1. Jaime Joaquin González Gonzálvez31 de enero de 2020, 15:42

    No sorprende el rechazo de los ecologistas y los ecoradicales que surgen en las redes sociales para Salvar Tamadaba. Lo que sorprende es la indiferencia de estos colectivos con la cuestión de la destrucción de las Cantoneras de Gáldarcon su traslado a otro lugar, sin tener en cuenta su ubicación, relación con las conducciones que llegan y las que salen y con las obras de almacenamiento. Pero también es verdad que los arqueólogos son ecologistas y estos técnicos son los enemigos de las obras hidráulicas históricas. Los arqueólogos privados han firmado para modificar un ficha que justifica la actuación, los del Cabildo Insular de Gran Canaria que para adelante y los políticos lo han aprobado en el pleno por unanimidad. En fin, ante el cambio climático es mejor aumentar a dos carriles la calle para aumentar la movilidad de los vehículos, por eso hay que salvar Tamadaba, porque hay que destruir las antiguas cantoneras de Gáldar. Con esto está dicho todo de los ecologistas en Canarias.

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