Todavía no se han constituido algunos Cabildos y municipios, así como el Parlamento y nuevo Gobierno de Canarias. Aún así, quisiera destacar que desde hace poco tiempo a esta parte he constatado que las instituciones se están tomando en serio el papel del sector turístico en las Islas y, sobre todo, el liderazgo político para que dicho sector pueda hacer frente a un mercado global cada vez más complicado y competitivo.
La iniciativa de Paulino Rivero de estar al frente del área de Turismo, y colocar como viceconsejero a un profesional del sector turístico, fue el primer paso. José Miguel Bravo de Laguna, virtual presidente del Cabildo de Gran Canaria ha anunciado que hará lo mismo en su institución, lo que daría el máximo rango al área de Turismo en esta Isla cuyo presente (pasado reciente y a medio plazo) es descorazonador en cuanto a política turística se refiere.
Al liderazgo turístico insular que pretende Bravo se suma el nombramiento de dos profesionales del sector en la capital grancanaria, con Pablo Barbero, y en San Bartolomé de Tirajana, con Ramón Suárez, ambos también en candidaturas del Partido Popular y con mayorías absolutas en sus respectivos ayuntamientos.
Este triángulo, triunvirato, trípode o trinidad genera unas expectativas enormes para la Isla, al conjuntarse el entusiasmo, la experiencia, el conocimiento y el apoyo social a un nuevo escenario en el que hace falta un proyecto amplio y que suponga un revulsivo para el destino (o los destinos) de Gran Canaria en el mundo.
Sea cual sea el color político de los ciudadanos, profesionales, empresarios e investigadores, es el momento de impulsar un nuevo modelo que posicione a Gran Canaria como un destino distinto, con personalidad, con atractivo, no como una copia de tantas que existen en el planeta y que le hace dudar a uno dónde ha pasado sus vacaciones, ya que los hoteles, aeropuertos y comercios cada vez son más parecidos si no copias exactas.
De todos modos, quizás más importante que los nombres antes citados sea la capacidad que tenga el Cabildo, Bravo y los concejales (incluidos los de otros municipios grancanarios) para empujar juntos. ¿Hacia dónde? Evidentemente, nos falta por saber cuál es el proyecto. Ya sabemos de sus nombres, capacidades y voluntad de trabajo, pero habrá que ver qué proyecto ponen en marcha y, dentro de cuatro años, evaluar lo conseguido.
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