jueves, 27 de octubre de 2011

Bungacoa

Ejército de barbacoas en marcha
El coche discurre por la carretera desde la avenida principal de Playa del Inglés hacia la bajada al Anexo II, justo la travesía que recorren miles de turistas para celebrar el ritual sagrado del bautizo turístico que durante décadas ha desarrollado la religión de sol y playa que ha permitido a Gran Canaria su actual nivel de desarrollo y bienestar.

Lo cierto es que el trayecto no es visualmente agradable. Más bien, hay partes que agreden la vista y pueden dar la sensación de agobio, de enclaustramiento, con muros y construcciones que se vuelcan sobre el caminante y pegostes que afean por su falta de armonía con lo construido o lo inmediato.

De todos modos, no voy a entrar en el tema del caótico urbanismo local o la chulería de muchos a la hora de hacer lo que les dio la gana sin que nadie observara las mínimas normas estéticas para que el principal destino turístico de Canarias no se degradara. Prefiero comentarles el nuevo especímen que se ha instaurado en las construcciones turísticas que se han convertido en segundas residencias, o primeras, y que han salido del mercado turístico incumpliendo las normativas que nuestras administraciones deberían obligar a cumplir.

  • El primer especímen se identifica fácilmente: la barbacoa adosada al bungaló. La cultura del tenderete del canario post rentista que adquiere el kit de ladrillos, chimenea y parrilla metálica que se convierte en lugar de veneración del sagrado humo oloroso de chuletón o chorizo parrillero. Muy interesante y llamativo este elemento kitsch para los turistas nórdicos que lo fotografían en su paseo alucinante hacia la playa.
  • Un segundo especímen es el apartamento convertido en casa permanente. Los expertos dicen que son infraviviendas, ya que tienen menos superficie que los pisos que fueron derribados en el barrio del Polvorín, pero al socaire de las crisis y con la falta de viviendas para trabajadores del sector, han sido la alternativa evidente ante la falta de una voluntad política de impedir el auge de los lumpen edificios en Playa del Inglés. Los turistas también hacen hermosas fotos de los collage de colores,, prendas de todo tipo y color tendidas al sol, y lo que quieran imaginar.
  • En tercer lugar y no menos importante, tenemos la ladera de San Agustín, con esa trasposición del Risco de San Nicolás en versión chalés cutres que muestran su altanería contra el paisaje, las normas urbanísticas y el impacto visual que ocasionan en perjuicio del principal sector económico de la Isla.

Así pues, tenemos tres importantes impactos urbanísticos que se solucionarían con una persecución normativa, fiscal y política que permitirera recuperar el núcleo de la caldera de la locomotora económica de Gran Canaria: el territorio y el paisaje urbano del espacio turístico.

Recordemos las palabras del urbanista Eduardo Cáceres, quien criticó en la clausura de la Universidad de Verano de Maspalomas en su última edición, al afirmar que Playa del Inglés puede reconvertirse, atacando determinadas cuestiones, como es la falta de suelo, ya que hay insignificantes porcentajes de espacios para superficies libres colectivas, algún que otro terreno de nadie (solares) o campos de golf. Por el contrario, las superficies libres interiores en los complejos de apartamentos y hoteles son amplias, pero no accesibles para cualquiera, lo que lleva a una “endogamia de los resorts”.

Otro punto a atajar es la distribución y organización de las alturas, o la confusión enorme de viarios y el excesivo espacio ocupado por las carreteras y calles en las zonas turísticas.

Pero, el principal asunto a corregir es el deterioro urbanístico en determinadas zonas es muy grave (insta a tirar el 3% de las construcciones de Playa del Inglés, a lo que se sumará en breve el 39% de las construcciones de la zona). Otro desaguisado urbanístico es la presencia de un 43% de área residencial, no turística en San Agustín, al tiempo que otro 26% de los establecimientos turísticos no están reglados. Algo similar ocurre en Campo Internacional, donde el 56% son residencias privadas y sólo el 24% corresponde a establecimientos reglados.

No sé si ustedes dirán que soy pesado con ésto, pero en su momento malvendimos el territorio de mejor calidad ambiental de la Isla por la obtención de divisas (auspiciado por el gobierno central) y después hemos dejado que se deteriore y se coniverta en un barrio residencial que no aporta riqueza a Gran Canaria. Si una carretera obliga a expropiar determinadas viviendas ¿por qué no recuperamos y ponemos en el mercado esos terrenos para construcciones que permitan generar riqueza para la isla?

3 comentarios:

  1. Para nada eres pesado. Todo lo que comentas en este post, brillante por cierto, está absolutamente ajustado a la realidad. En mi opinión el gran problema es el que comentas, la dejadez política que ha devenido en el incumplimiento de las normativas que nuestras administraciones deberían obligar a cumplir. La comercialización ilegal de unidades alojativas está a la orden del día y ni siquiera con pruebas fehacientes se actúa con contundencia por parte de la administración "competente?".

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  2. No considero que los que vendieron el suelo lo malvendieron. Lo que paso es que con tantos compradores la venta de suelo fue salvaje, lo que dejo una huella en el territorio que todavía hoy vemos en lo urbano y lloramos en lo natural. Otra cosa es que podamos responsabilizar en parte al Cabildo Insular, ya que a pesar de sus intenciones iniciales con el medio (charca y playa), no supo organizar lo urbano en su fase pre-salvaje y salvaje. Algo que sigue sin saber hacer en muchos campos. Por ultimo, amigo Millares, insistes en lo del Gobierno Central, pero la realidad es que habría que decir, bajo el signo de Franco. Dicen que se es mal observador cuando solo se ve la mano que mata y no quien la dirige. Franco ayuda a pagar la construcción de una presa, pero la presa es de iniciativa canaria, luego la presa no la hizo Franco, sino el Cabildo o el titular. Expresión personal. Saludos

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  3. Gracias anónimo. Jaime, gracias por tus comentarios. Aclaro que durante el franquismo, etapa Fraga al frente del Ministerio de Información y Turismo, se aprobaron leyes que facilitaban la inversión extranjera, libres de impuestos y los alemanes, además, venían con el amparo de su país con una ley (Strauss) que se creó como una RIC para la clase media y empresarios que quisieran quedar libres de impuestos por invertir en 'países subdesarrollados'. Con esas condiciones y dada la miseria que vivía España y la necesidad de divisas para hacer frente al recibo energético y a los gastos de los Planes de Desarrollo, se malvendió el territorio de mayor calidad en el país: sus costas vírgenes, incluidas Maspalomas, Corralejo, Lobos...
    Y estando de acuerdo con que Franco no es el responsable de todo, es el instigador y director de un sistema que llegaba a todos los rincones. No olvides la carretera que quiso poner Fraga en Famara, los proyectos urbanizadores de todo el territorio 'turístico' (todo lo que pudiera parcelarse y encontrara un fondo de inversión extranjero que lo comprara).

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