martes, 26 de abril de 2011

Un pacto ¿para qué turismo?

Maspalomas idílica junto a un destino 'maduro'
Canarias7 hace mención en su edición de hoy a una reunión para tratar la situación del turismo, a instancias del siempre voluntarioso y dinamizador Rafael Molina Petit (actualmente responsable del Consorcio de rehabilitación del Sur de Gran Canaria).
El titular es explícito: "El turismo reclama un pacto y menos trabas políticas". Y por la enjundia de los invitados a la reunión, la cita tenía cierta notoriedad: Paulino Rivero, Jose Miguel Bravo de Laguna, Marco Aurelio Pérez, Miguel Cabrera, Sergio Alonso, Juan Miguel Sanjuán y Angel Luis Tadeo Felipe. Políticos y empresarios de primera fila que tuvieron que bajar a la tierra a pesar de vivir en la nube de una coyuntura extraordinariamente positiva en cuanto a ocupación y llegada de turistas a las Islas.
La información, demasiado lacónica para la importancia del acto, explica: "El Gabinete Literario, en la capital grancanaria, acogió en la tarde de este lunes un acto en el que, tras una presentación hecha por el Consorcio Turístico del Sur, decenas de empresarios y directivos turísticos reclamaron de manera casi unánime un gran pacto que debe pasar por eliminar las trabas de los partidos políticos a las propuestas de inversión en la zona.
El gerente del Consorcio, Rafael Molina Petit, mencionó en su intervención la necesidad de ese pacto, así como el error de la demonización del turismo por parte de la sociedad canaria. Su mensaje fue recogido por muchos de los presentes, que lamentaron que la legislatura que ahora acaba apenas haya dado soluciones políticas a las necesidades de reconversión de zonas como Playa del Inglés
".
Es una lástima que no encontremos más información sobre lo tratado en la reunión, en la que, también es una lástima, se centraron en las dificultades de los empresarios y los políticos para buscar una salida a los problemas que acucian a las Islas Canarias como destino turístico que ya es considerado 'maduro' (eufemismo de obsoleto, o de congestionado, o con falta de reinvención...), donde las rentabilidades (hasta hace unos meses) auguraban un presente/futuro negro (perdonen este recurso racista) por la caída del número de visitantes y la falta de otros atractivos a nuestra oferta que se ha limitado (la han limitado) al sol y playa, que le funcionó bien al proceso de especulación y ladrillo que ha ocupado nuestros mejores territorios, desbordando ampliamente el equilibrio entre oferta y demanda para ese producto.
Así, nos encontramos en la actualidad disfrutando de una situación 'de prestado' con un importante número de visitantes que huyen de la incertidumbre que afecta a diversos países del norte de África, como sucediera hace unos años con la crisis de los Balcanes, que desvió también a las Islas a numerosos turistas alemanes.
Por lo poco que se sabe de la reunión, la preocupación planteada gira en torno a las trabas burocráticas para invertir y reconvertir los destinos 'maduros', como Playa del Inglés, donde tanto el Consorcio como el Plan de Modernización de Infraestructuras Turísticas buscan cómo 'lavar la cara' de esos desaguisados urbanísticos surgidos al albur del desarrollismo iniciado a comienzos de los sesenta coincidiendo con la política impulsada por el franquismo y cuyo rostro más conocido fue el de Manuel Fraga al frente del Ministerio de Información y Turismo. Un ministro que lanzó aquello de Spain is diferent, que mostraba una realidad que pretendía mostrar una España que quería superar la frontera pirenaica para obtener las divisas de la Europa que empezaba a interesarse por este país barato, aunque ya Canarias se había anticipado como destino turístico.
Volviendo a la reunión del Gabinete Literario, es cierto -penoso e injustificable- que municipios como Mogán o San Bartolomé de Tirajana lleven más de diez años sin actualizar el Plan General que permita ordenar su urbanismo, lo que provoca una enorme incertidumbre o inseguridad legal a quienes deseen invertir en dichos municipios. Asimismo, también es un anacronismo que el urbanismo se dirija desde despachos de políticos, arquitectos o empresarios y quede la participación limitada a la información pública para un 'corrígeme aquí esta línea', sin que se pueda enmendar o promover un Plan que re-cree un destino turístico. Algo similar a lo que hizo la familia del Conde cuando apostó por el concurso internacional de ideas que ganó el gabinete Setap hace justo medio siglo; o como hiciera Néstor Martín Fernández de la Torre, movilizando a la apagada sociedad de Gran Canaria para poner en marcha su visión turística de tipismo y originalidad; o como hiciera Pepín Ramírez (entonces presidente del Cabildo de Lanzarote) dejando en manos de César Manrique la posibilidad de convertir en arte el paisaje de la Isla y así deslumbrar al mundo...
Es necesario el pacto, pero no un acuerdo para quitar trabas a la especulación y a la construcción de más camas, porque eso terminará con nuestra industria. El pacto ha de ser más ambicioso, participativo, colectivo, para plantearnos hacia dónde ir y qué podemos ofrecer que nos diferencie, que defina otros perfiles de usuarios (¿por qué no atraemos el turismo de familia?), que nos posicione con nuestros valores, que nos satisfaga y, sobre todo, pueda ser sostenible y genere riqueza que se reinvierta en mejorar este destino turístico único y que (tal como insisto en cada artículo que publico) no hemos descubierto ayer, sino que fue reconocido en la antigüedad cuando situaron en nuestro territorio las Islas Afortunadas.

2 comentarios:

  1. Con estos interlocutores, solo puedo decir: Guardame una cria¡¡¡

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  2. Gracias por su opinión, aunque creo que se debe contar con la opinión de todos, si bien el asunto a debatir no son los personajes sino el contenido.

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