martes, 11 de enero de 2011

La crisis del modelo turístico canario

Aunque algunos tiren voladores por los datos del último año, la crisis turística es profunda y, encima, hemos de reconocer que la originan factores internos.
No podemos cargar las culpas de la situación a la crisis financiera de las hipotecas ‘subprime’ (que reventó en agosto de 2007), o las estafas piramidales de Forum Filatélico (mayo de 2006) o Madoff.
Aunque es cierto que la crisis internacional se ha instalado en España (no sólo en Canarias) y llega a todos los rincones de nuestra economía, en realidad afecta al sector de la construcción que no encuentra en la actividad del sector turístico una salida para su parálisis casi absoluta.
No voy a volverles locos con argumentaciones complicadas. Les he elaborado un gráfico en el que incluyo tres variables en el periodo comprendido entre 1995 y septiembre de 2009 (momento más dramático de la crisis para el turismo en Canarias):
  • Número de turistas registrados en Canarias
  • Número de camas hoteleras en Canarias
  • Índice de ocupación hotelera
Los datos son públicos, los pueden encontrar en las páginas de Internet de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias o del Instituto Canario de Estadística y, una vez cruzados, nos encontramos con una realidad: el crecimiento del número de turistas llegados a las Islas era sostenido y un poco mayor que el de alojamientos hoteleros. Sin embargo, a pesar de aumentar el número de turistas, llegó un momento fatídico: el año 2001, en el que la ocupación hotelera entró en caída, por debajo del 77%. De hecho, 2009 culminó con un índice del 61,7% y 2010 con una recuperación hasta alcanzar  el 63,8. Estos datos suponen que hay temporadas y zonas en las que mantener abiertos los hoteles cuesta dinero a sus propietarios.
Es cierto que la crisis ha influido, al igual que el volcán islandés, las alertas meteorológicas o los controladores aéreos… También es cierto que la estancia media ha caído de doce días a siete días. Pero el principal causante de esta situación es el exceso de oferta de camas hoteleras. Y el dato está ahí:
En 1996, Canarias contaba con 126.766 camas hoteleras. En 2009 alcanzaron la cifra de 186.628. Los crecimientos en porcentajes se dieron en todas las Islas Canarias: Fuerteventura (un 229% más), La Palma (un 159% más), Lanzarote (un 112%), Gran Canaria (45%) y Tenerife (31%).  Cada nueva cama hotelera (y no cuento aquí la oferta extrahotelera) necesita de 47 turistas más al año… Hagan los cálculos…
Evidentemente, la oferta no era la misma en cada Isla, así tenemos que el principal perjudicado en Gran Canaria era el sector extrahotelero (apartamentos y bungalós), si bien la crisis de este subsector ya venía coleando por el cambio de hábito de los visitantes y ha dado lugar al esperpento que hoy día es Playa del Inglés o Puerto Rico.
Como podemos leer en cualquier manual, recuperando descripciones de otras épocas de crisis, nos encontramos con una situación de sobreoferta y la consiguiente bajada de precios, lo que unido a la disminución del número de turistas por diversas causas consabidas (competencia de otros destinos, degradación del medio ambiente, falta de una oferta de ocio diferenciadora, precios caros en restaurantes y productos de consumo…) y nuevas (nuevos modelos de ocio y comunicación, crisis e inestabilidad internacional, nuevos operadores más agresivos en el transporte y la intermediación…), el resultado es que estamos ante una nueva crisis, si bien en esta ocasión se debe más a factores internos (defectos en la oferta canaria) que externos.
Así, sin menospreciar nuestro excelente clima, cada día aparecen nuevos destinos que compiten con nuestro territorio y ¿qué hemos hecho para mejorar la oferta? ¿Tenemos algún parque temático o hito que pueda posicionarnos en la oferta global como un destino atractivo? En Gran Canaria tenemos una oferta museística desfasada; una oferta de parques temáticos reducida y anticuada (parques acuáticos, Sioux City, Palmitos Park…) y llevamos años con aventuras que no se materializan (circuito de Fórmula Uno…) mientras seguimos aumentando la oferta de camas y de centros comerciales que se convierten en escenarios vacíos.
El resultado es obvio: el modelo está agotado y no hay visos de cambio. Y no es que no haya ‘materia gris’ para producir un revulsivo. Hace un siglo, Néstor dio un paso de gigante con su modelo centrado en el tipismo. Hace medio siglo, César volvió a sorprender al mundo con su modelo de recreación artística de la naturaleza de las Islas. Y hoy muchos canarios tienen propuestas para el nuevo paradigma, pero la mentalidad empresarial y/o administrativa prefieren mantener al paciente en la UCI porque son otras variables las que les motivan.

1 comentario:

  1. Este artículo que enlazo aporta más datos a la idea planteada: http://www.canariasahora.es/opinion/6514/

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