Puerto de El Pajar |
Santa Águeda, entre Pasito Blanco y El Pajar, es una de las zonas sin construir del sur de Gran Canaria. Un espacio sorprendente y de grandes posibilidades para una operación singular o, mejor, espectacular.
Pero centrémonos en el sentido de las palabras pronunciadas por Fernando del Castillo, heredero del conde de la Vega Grande, Alejandro del Castillo, quien se refirió a Santa Águeda, su bahía y terrenos en tierra como un espacio digno de un concurso internacional de ideas que recupere el espíritu de hace cincuenta años cuando la misma familia lanzó al mundo el nombre de Maspalomas al convocar a la Unión Internacional de Arquitectos para que ofrecieran alternativas a un espacio para el turismo en el mismo momento en el que los vuelos charter dieron a luz el fenómeno del turismo de masas.
Santa Águeda tiene otras cualidades que ofrecer. Su temperatura estable, sus aguas tranquilas y sus horas de insolación convierten la zona en uno de los mejores microclimas del mundo durante todo el año. A ello se suma un puerto que dejó de interesar a las empresas cementeras, un puerto creado por la familia condal cuando para construir Maspalomas Costa Canaria constituyeron una empresa cementera que fue expulsada del mercado por empresas peninsulares mediante una política de dumping (venta por debajo del precio) para monopolizar el mercado en Gran Canaria. Pero ahí está el puerto.
Para la familia condal, esa infraestructura es una oportunidad de negocio, un posible lugar de atracción para cruceros turísticos, si bien para ello tiene que haber un atractivo en el entorno, una oferta de ocio turístico que sea singular y única, capaz de atraer las navieras de cruceros a Santa Águeda como puerto base en vez de a la capital grancanaria.
Sin embargo, los periodistas y los ciudadanos en general han cogido el anuncio de la familia condal como un más de lo mismo, más camas en un territorio donde su suelo de mayor calidad se encuentra en franco proceso de deterioro y residencialización, sin que nadie lo impida ni obligue a los propietarios a cumplir con la calificación de suelo turístico.
Lejos de interesarse por una propuesta que podría significar un revulsivo para el sector económico más importante de la Isla, como lo ha sido Meloneras, la horda de anónimos se ha lanzado contra la supuesta invasión de camas y no han planteado posibles iniciativas que contribuyan a que Gran Canaria deje de ser el destino de sol y playa sujeto al precio de mercado de este producto turístico controlado por turoperadores foráneos.
Esperemos que impere la cordura y que el concurso anunciado por la familia condal se convierta en la gran oportunidad para Gran Canaria y nuestros descendientes.
Sería el sanatorio insustituible del siglo XXI, pero esta vez sin charco, palmeras y dunas: sólo clima y un magnífico horizonte azul. Con otras palabras, no haría falta delimitar ENP, hacer planes y gestionar esos espacios. Un chollo para todos. En mi opinión, otra buena idea de una familia que tanto ha hecho por Gran Canaria (p.e., la Presa de Soria, que es el futuro depósito inferior del proyecto de salto reversible propuesto por el Cabildo Insular de GC). Campos antiguos de tomateras donde sólo quedan los surcos, las acequias y las cuarterías. Un paisaje con posibilidades EXPANSIVAS. Go.
ResponderEliminarAsí es, Jaime, incluso con alguna iniciativa sorpresa que podría posicionar a Gran Canaria como destino de referencia y acabar con su consideración de 'comodity' (uno más en el mercado de sol y playa, afectado por la política de precios). Salud
ResponderEliminarSanta Agueda, el gran reto de seguir destruyendo Gran Canaria, por Dios, hasta donde vamos a llegar, todo construcciones, intereses particulares y politicos, pero que va a quedar de costa virgen, desde Bahia Feliz hasta Playa de Mogan, es lo unico que esta virgen, pero es que estan locos de destruccion, no pertenezco a ningun grupo politico, soy un ciudadado de Gran Canaria como otro cualquiera, y he visto en mis cuarenta años que tengo la destruccion de mi tierra poco a poco, demasiadas camas, tienen que ir a La Palma o al Hierro, por ejemplo, para ver lo que son islas bonitas no como Gran Canaria que la han destruido por todas partes, por Dios paren ¡YA! de destruir.
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